Jimmy Kimmel replica a Donald Trump después de que pidiera su despido: "¡Cállate, cerdito!"
El presidente estadounidense repite sus ataques después de que el pasado mes de septiembre Kimmel viera suspendido su programa durante seis días tras un monólogo en el que trató el asesinato de Charlie Kirk
El enfrentamiento entre Jimmy Kimmel y Donald Trump ha sumado un nuevo capítulo. El presidente de Estados Unidos volvió a reclamar la madrugada del 20 de noviembre el cese del presentador, recurriendo a su red Truth Social para atacar directamente al cómico y a la cadena ABC, propietaria de Jimmy Kimmel Live!. El mensaje arremete contra el humorista y pide su salida del programa nocturno, algo a lo que Kimmel ha respondido con ironía y enmarcando el ataque como parte de su rutina matinal.
"¿Por qué ABC Noticias Falsas mantiene a Jimmy Kimmel, un hombre SIN TALENTO y con audiencias televisivas MUY MALAS, en antena? ¿Por qué los consorcios de televisión lo soportan? Cobertura totalmente sesgada. ¡¡¡Saquen a ese vago del aire!!!", escribía Trump, que insistía en el argumento de la supuesta debilidad de audiencia del espacio tras años convirtiendo a los late shows críticos con su figura en objetivo habitual.
Kimmel abrió el siguiente programa respondiendo desde el plató, con tono irónico y apelando a la contradicción entre el reproche y la atención que Trump le presta. "Sigue diciendo que tenemos malas audiencias. Y deberíais hacerle caso, porque si hay alguien que sabe de malas audiencias, es ese tipo", dijo Kimmel aludiendo a la caída del respaldo al presidente en sondeos recientes. A continuación, recordó que el mandatario ya "intentó que me despidieran en septiembre" y añadió que "no funcionó, señor presidente, admiro su tenacidad".
El nuevo comentario de Trump llegó apenas minutos después de la emisión del programa, un detalle que el propio Kimmel interpretó como señal de que el presidente estaba viéndolo en directo. Así que, el presentador, una de las figuras más reconocibles del humor televisivo estadounidense y rostros más visibles del late night desde 2003, planteó un pacto con el presidente, enlazando con una de las frases más repetidas de Trump en los últimos días.
"Si está viendo el programa esta noche, como supongo que hace, le propongo esto: yo me iré cuando usted se vaya. Seremos un equipo. Nos alejaremos juntos hacia la puesta de sol, como Butch Cassidy y el Chico Sundance en Dos hombres y un destino, afirmó haciendo una referencia al clásico cinematográfico de 1969. Y remató apropiándose de una expresión usada recientemente por Trump: "Y hasta entonces, si me permite tomarle prestada una frase suya... cállate, cerdita".
La coletilla final no es casual. "Cállate, cerdita" ha dominado titulares en Estados Unidos en los últimos días, después de que Trump la dirigiera a una periodista de Bloomberg, Catherine Lucey, cuando esta le preguntó por la publicación de los archivos vinculados a Jeffrey Epstein. El incidente se produjo en pleno debate político sobre si el Gobierno debe desclasificar más documentación del caso, especialmente por la presión pública y de sectores del propio Partido Republicano. Kimmel ya había dedicado buena parte de su monólogo del miércoles a esa reacción del presidente, señalando que Trump "pierde los nervios cada vez que le preguntan por Epstein".
El nuevo choque no se entiende sin recordar que, a mediados de septiembre, ABC, propiedad de Disney, suspendió Jimmy Kimmel Live! de forma temporal tras un monólogo en el que Kimmel criticó a sectores del movimiento MAGA por instrumentalizar políticamente el asesinato de Charlie Kirk. Sus palabras se calificaron de ofensivas y derivaron en presiones institucionales donde el presidente apoyó públicamente la retirada del programa.
ABC suspende el programa de Jimmy Kimmel por comentarios sobre Charlie Kirk
Tras seis días fuera de antena, Disney levantó la suspensión y Kimmel regresó el 23 de septiembre con un monólogo defendiendo la libertad de expresión, aclarando el sentido de sus palabras y cargando de nuevo contra el uso de la maquinaria institucional para intimidar a medios críticos. "Nunca fue mi intención burlarme del asesinato de un joven, no creo que haya nada gracioso en ello, pero no quiero que esto vaya sobre mí porque este programa no es realmente importante", explicó Kimmel.
"Lo importante es que podamos vivir en un país que nos permita tener un programa como este", proclamó el presentador, mientras recordaba sus conversaciones con cómicos y periodistas rusos o de países de Oriente Medio "que acaban en prisión por hacer bromas sobre aquellos que están en el poder".
Disney anuncia que recupera el programa de Jimmy Kimmel
"Y lo peor es que mientras estaban en prisión, sabían lo afortunados que éramos aquí. Nuestro derecho a la libertad de expresión es lo que más admiran de este país", afirmó, denunciando que los ataques contra su programa o los que acabaron con el de Stephen Colbert son algo "antiestadounidense". "Eso no es legal, no es estadounidense... Es antiestadounidense y es muy peligroso. Nuestro líder celebra que los estadounidenses pierdan su sustento porque no puede soportar una broma", añadió.
Lejos de hundir al formato, la emisión de vuelta tras la suspensión de Kimmel reunió aproximadamente 6,3 millones de espectadores en abierto, el mejor dato regular del programa en más de una década, multiplicando por más de tres su media reciente. El dato adquiere más relieve porque el episodio no se emitió en alrededor del 23% de los hogares estadounidenses debido al boicot mantenido por Nexstar y Sinclair. El monólogo superó además los 26 millones de visualizaciones en redes sociales en pocos días.
Trump reaccionó entonces con nuevos ataques, celebró la suspensión y criticó que Disney devolviera el programa a la parrilla, insinuando incluso represalias regulatorias contra ABC. En esa línea, Kimmel llegó a ironizar días después con que Trump estaba ayudando involuntariamente a impulsar su popularidad cada vez que lo atacaba.
En paralelo, el futuro de Kimmel en la cadena permanece abierto. Su contrato actual concluye al término de esta temporada y el presentador ha mostrado en los últimos meses dudas sobre si continuará más allá, tras más de dos décadas al frente del formato. El futuro del formato a medio plazo sigue abierto, pero el pulso con el presidente, convertido ya en un elemento recurrente del late night norteamericano, parece lejos de agotarse.