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Telepredicador

Rafa Castaño se queda sin sillón

Más extraño ha resultado que el adiós definitivo de Castaño ni se haya promocionado en la cadena, pese a que el morbo del momento garantizaba un subidón de audiencia

Rafa Castaño se queda sin sillónTelecinco

Rafa Castaño acaba de entregar su sillón de una forma entre extraña y sospechosa, como si supiera –o temiera– que el concurso, que sigue con audiencias justitas, tenga ya los días contados y no le merezca la pena soltar pasta por si no quedan días suficientes para recuperarla. Así que esta vez decidió ofrecer 5.000 euros a su verdugo, quien en una sola tarde ya había ganado por sí solo 6.900, lo que equivale a hacerle un corte de mangas mientras intentaba contener una sonrisa bravucona.

Su oponente, Héctor, no aceptó, claro, y decidió quedarse con el sillón (lo que le permite continuar en el programa), calculando que solo con ganar una segunda tarde le daba para superar la ridícula oferta del ya excampeón, que las otras dos veces que le derrotaron había soltado 25.000 euros por cabeza para mantener su plaza en el concurso de Tele 5, que abandona con 170.500 euros, aunque llegó a tener 182.300.

Hector Alarcia

Agárrate al sillón se queda así descabezado de su gran campeón, que es algo que debía haber ocurrido en su primera derrota, toda vez que Castaño entró a dedo (lo colocaron por haber sido campeón de Pasapalabra) y quienes lo derrotaron lo hicieron por méritos propios ateniéndose a las normas del concurso.

Pero más extraño ha resultado que el adiós definitivo de Castaño ni se haya promocionado en la cadena, pese a que el morbo del momento garantizaba un subidón de audiencia. El adiós definitivo se produjo ante apenas 700.000 espectadores y un 7,8% de cuota de pantalla, datos incluso por debajo de lo conseguido otros días por este concurso. Es como si alguien en Tele 5 no quisiera levantar la audiencia del programa ni por una vez.

En cualquier caso, un ganador con los pies de barro, que dé más juego y más esperanza a sus rivales, es lo que necesitaba el concurso de Eugeni Alemany para ganar en emoción. Ojalá no se lo carguen.