¿Mear de pie o sentado? En 'La Revuelta' no tienen dudas

La modelo Rolf Schrader fue este lunes la protagonista de 'La Revuelta'. La catalana, que es una de las modelos más importantes del sector, a sus 26 años ha desfilado para Prada, Dior, Fendi, Hermès, Chanel, Valentino o Bottega Veneta, entre otros, en diferentes Fashion Weeks.

Durante la entrevista, Schrader hizo un alegato a favor de que los hombres meen sentados, y tanto David Broncano como Grison mostraron su opinión favorable.

"A mis hijos les estoy obligando a mear sentados", espetó el colaborador, mientras que el presentador también señaló que un amigo suyo también aboga por sentarse.

"Yo vivo con dos compañeros de piso hombres y mean sentados. Gente, tenéis que mear sentados que es mucho más cómodo", dijo la modelo, a lo que Grison añadió: "Es el futuro"

Higiene y convivencia

Aunque en muchas culturas es habitual que los hombres orinen de pie, cada vez son más las voces que destacan los beneficios de hacerlo sentado. Esta práctica, lejos de ser solo una cuestión de comodidad, tiene múltiples ventajas tanto para la salud como para la higiene y la convivencia.

Desde el punto de vista higiénico, orinar sentado reduce significativamente las salpicaduras. Incluso en los baños más limpios, orinar de pie puede causar microgotas que se esparcen por el suelo, el inodoro e incluso por la ropa. Al hacerlo sentado, estas salpicaduras prácticamente desaparecen, lo que ayuda a mantener el baño más limpio y reduce el trabajo de limpieza.

Esta es una de las razones por las que muchos hogares, especialmente en países como Alemania, Japón o los Países Bajos, recomiendan esta práctica.

Facilita el vaciado

En cuanto a la salud, algunos estudios sugieren que orinar sentado puede facilitar un vaciado más completo de la vejiga. Esto es especialmente útil para hombres mayores o aquellos con problemas de próstata, ya que puede reducir el riesgo de infecciones urinarias o problemas relacionados con la retención de orina.

Además, al adoptar una posición más relajada, se reduce la tensión en los músculos pélvicos y abdominales.

Por otro lado, está el aspecto simbólico y social. Orinar sentado puede interpretarse como un gesto de consideración hacia quienes comparten el espacio, demostrando respeto por el entorno común. También desafía ciertos estereotipos de masculinidad, favoreciendo una relación más libre y consciente con el propio cuerpo.

En definitiva, orinar sentado no es solo una cuestión de costumbre, sino una práctica que puede mejorar la higiene, la salud y la convivencia. Adoptarla no implica perder nada, y sí puede aportar mucho.