‘GH VIP 8’ se estrenó el pasado jueves en Telecinco, siendo uno de los programas que más ilusión ha generado dentro de la nueva parrilla televisiva. En su inauguración, la presentadora Marta Flich desveló unos cuantos nombres del casting del reality show y una inesperada novedad: la máquina de los deseos. Consiste en un casillero que contiene varias tentaciones a los que los aspirantes podrán acceder. Pero, si cayesen en ellas, se les descontaría dinero del premio final, tasado en 150.000 euros. Esta mecánica se trata, sin duda, de un factor decisivo para los concursantes durante su andadura en la casa.

Una vez todos los concursantes se reunieron en el salón de la nueva casa de Guadalix de la Sierra, la conductora confirmó la cantidad total del premio, aclarando continuación que la cifra podría variar, “dependiendo de las decisiones tomadas”. Entonces, el programa mostró el casillero de la máquina de los deseos, que contenía varios objetos en su interior. Según explicó Marta Flich en la gala, recuperar los teléfonos móviles conllevaría una reducción de 8.000 euros del montante final; instalarse en una suite, restaría 5.000; lograr la inmunidad valdría 12.000 euros, mientras que disponer de algunos productos de belleza y cuidado personal costaría tan solo 100 euros. No obstante, la presentadora matizó que estas cifras podrían ir cambiando durante los próximos días. 

Aun así, la máquina de los deseos no podrá ser utilizada en cualquier momento. De hecho, los concursantes únicamente tendrán la oportunidad de pedir un deseo si la luz de una de las casillas se enciende. Al mismo tiempo, Flich contó que unas veces se podrá usar “individualmente”, y otras, en cambio, “en grupo”. Esta nueva mecánica, nunca antes vista en anteriores ediciones de ‘GH VIP’, buscará añadir más expectación y dar lugar a estrategias y alianzas entre compañeros de la casa, que lucharán por hacerse con la victoria en el reality show. 

Más novedades de esta edición

La gala inaugural de’ GH VIP 8’ ofreció otra sorpresa tanto a la audiencia como a los concursantes: ‘la cueva del pasado’. Es un ascensor capaz de transportar a cualquier época de la historia, concretamente al Paleolítico, tomando ahí el nombre. Es un paraje frío, inhóspito e incómodo al que irán a vivir seis aspirantes. Por si fuera poco, carecerán de cama, espejo, comodidades y baño. Y es que, desplazarse del siglo XXI al pasado es lo que tiene.