¿Qué tiene la tarde que tanto importa en la tele? Es cuando la gente empieza a llegar a las pantallas y va decantando, hora a hora, la batalla del prime time y su pico de 30 millones de espectadores, con todo lo que implica en influencia social y negocio publicitario. La nueva temporada promete ser brutal en medio de la polarización política. Ana Rosa Quintana tiene un reto dramático en Telecinco: si fracasa habrá ganado posmortem la basura de Sálvame y rodarán cabezas en el staff de Mediaset. Frente a ella, Sonsoles Ónega en Antena3, muy segura; y la incógnita del resurrecto Jordi González en La 1. ¿Y cuál es la alternativa? ETB tiene su modelo centrado en los valores de cercanía, información, deportes, cultura y humor. En las tardes ha incorporado uno de esos productos de refresco, pero bien hechos que se demanda para pasar el rato. Es el concurso Dinero a saco, de matriz británica, producido por K2000 y presentado por Klaudio Landa, cuya vocación está lejos de ser el hombre del saco o cualquier ogro infantil recreado por Stephen King en sus relatos. Mejor que nadie Landa representa el espíritu de cordialidad que una cadena pública necesita para ser útil, densa y diversa. Dinero a saco es sencillo en su desarrollo, muy popular, pero bastante tacaño en premios y por eso poco adictivo. Su buen diseño y el dinamismo que imprime Landa le permite superar con creces las exigencias de un programa diario. ¿Es suficiente? ¿Puede ETB2 competir hasta el Teleberri con dos concursos, un magacín de proximidad y un espacio gastronómico frente a los arrolladores y poco plurales programas de opinión y agresividad política de las cadenas españolas? Hace falta algo más, pero nadie sabe dónde está el equilibrio entre el ruido y la responsabilidad social. Mientras tanto, ¡a saco!