'El Hormiguero' daba comienzo este lunes a una nueva semana con una de las entrevistas más importantes que ha realizado hasta la fecha y que será recordada durante mucho tiempo, especialmente su gran importancia a nivel político.

Pablo Motos recibió en el plató al grupo activista ruso Pussy Riot. Masha Aliójina y Olga Borisova acudieron al plató de Antena 3 y no dudaron en hablar de los temas más importantes del momento relacionados con su país de origen: Putin y la guerra de Ucrania.

Además, también hablaron con Pablo Motos sobre el premio que recogerán el próximo 17 de junio en Tenerife, donde también actuarán, el premio Alan Turing LGTBIQ+ y explicaron el origen de su grupo feminista punk rock que surgió como una respuest a la figura política de Putin y la represión que sufren en su pañis desde hace años.

PUSSY RIOT EXPLICA CÓMO ES RUSIA

"Son dos personas a las que, en ese momento, el presidente ruso las está persiguiendo", fueron las palabras que eligió Pablo Motos para presentar a las primeras invitadas de la semana, que hicieron una entrada especialmente fría, comparada con la alegría y efusividad que normalmente se vive en el espacio televisivo de Trancas y Barrancas.

Masha Aliójina y a Olga Borisov protagonizaron una entrevista que tocó temas mucho más serios de lo habitual en el programa, y explicaron que tanto sus acciones como las protestas que protagonizaron en su país natal las llevaron a meterse en varios problemas, tener numerosos problemas con las autoridades e incluso terminar en la cárcel.

Las activistas también dijeron sobre el premio que van a recibir en los próximos días, que obtener un tipo de galardón así "en Rusia sería impensable", debido a que es "ilegal en nuestro país decir que eres gay".

En ese momento, el presentador quiso hacer un gesto que no tiene absolutamente ningún tipo de consecuencia en ningún país occidental, sin embargo, hacerlo en Rusia es muy diferente.

Motos sorprendió mostrando una bandera arcoíris y preguntó a sus invitadas: "¿Qué pasaría si un presentador hiciera esto en la televisión rusa?".

Ninguna de las dos dudó ni un solo segundo en su respuesta: "Lo primero que harían sería despedirte, y luego, encarcelarte", aseguraron de forma muy contundente, y Masha añadió que "si haces algo contra Putin, buscan cualquier excusa para meterte en la cárcel".

LAS CÁRCELES EN RUSIA

Masha Aliójina es la que más tiempo ha pasado en la cárcel de las dos integrantes y recordó que fue condenada a 12 años de prisión por "gamberrismo motivado por odio religioso", sin embargo, sus acciones nada tuvieron que ver con estos cargos, ya que, como ella mismo explicó, lo que hizo fue "una performance contra Putin y siempre que te metes con Putin, encuentran un motivo para meterte en la cárcel", señaló Masha.

Muy molesta por lo que ocurre en su país, la activista destacó que "es una hipocresía que utilicen a la iglesia para tapar los crímenes de Putin" y recordó que durante su juicio "dijeron que el feminismo era una ideología que va contra dios y así lo dictaminó el tribunal, los testigos dijeron que éramos brujas y también consta en la sentencia€".

La componente de Pussy Riot explicó a los espectadores, antes de concluir, como son las cárceles en Rusia: "Es un sistema de tipo gulag, un campamento de trabajos forzados cosiendo uniformes de la policía y de las fuerzas de seguridad. No te lo retribuyen, tienes 4 € al mes y no tenemos acceso a médicos ni comida normal", relató.

Por su parte, Olga Borisov, que antes de convertirse en activista fue agente de policía, desveló lo que el gobierno de Putin está comunicando a la población rusa sobre lo que ocurre en Ucrania.

"La propaganda rusa dice que están luchando contra los nazis y hay gente que todavía se acuerda de la II Guerra Mundial€ Dicen que Ucrania es Rusia, que somos iguales y que hay que salvarles de los nazis", contó Olga.

Antes de dar por finalizada la entrevista, las dos activistas aseguraron que para vencer a Putin "hay que dejar de patrocinarle, tiene que haber un embargo completo del gas y del petróleo ruso", y pidieron una mayor implicación internacional y especialmente europea para que se sigan "incautando las propiedades de los oligarcas rusos", que, en su opinión, deberían "venderse y darles el dinero a los refugiados ucranianos".