Hay cosas que no se pueden hacer en el puesto de trabajo y que pueden acarrear una sanción o incluso un despido, pero a un trabajador brasileño saltarse una pequeña norma le ha costado la vida en una trágica acción de su jefe.

Ocurrió el pasado lunes y el empleado terminó muriendo tras recibir dos puñaladas en el pecho de su supervisor. Y según testigos todo se debió a que el trabajador, que se llamaba Marcelo Camilo y tenía 36 años, se tomó un café fuera del horario establecido para ello. Al parecer, Camilo realizó un descanso cuando no le tocaba y ello provocó que su jefe le diera un toque de atención.

Una advertencia que derivó en una fuerte discusión en una oficina en la que no había cámaras y de la que Camilo salió ya apuñalado, con las manos en el pecho y tambaleando mientras su jefe caminaba tras él y le seguía increpando. Según fuentes de la empresa, no era la primera vez que discutían, y el jefe además había tenido también encontronazos con otros trabajadores, algunos de los cuales incluso habían llegado a denunciarlo.

El hombre, herido de gravedad, acabó muriendo horas después en el hospital al haberle alcanzado una de las puñaladas el corazón, mientras que el agresor aprovechó que el resto de empleados acudieron a ayudar al herido para huir, y todavía se encuentra en paradero desconocido.