Adela González ha debutado este lunes en SálvameLa guipuzcoana, tras su sorprendente fichaje, ya es una más entre los Jorge Javier Vázquez, María Patiño, Terelu Campos y demás, pero en principio su labor no va a ser la de sumarse al gallinero habitual, sino la de poner la nota de rigor y documentación, la de ofrecer datos y contextualizar los temas que se traten en el larguísimo y veteranísimo programa de las sobremesas-meriendas-casicenas de Telecinco.

“Aquí estoy con el diccionario Sálvame-Español, Español-Sálvame”, bromeaba la periodista de Lasarte en una de las promos emitidas estos días por el canal de Mediaset. Diccionario en el que buscaba términos tan utilizados en Sálvame como 'agua con misterio' o 'darle al mortero'. “Es todo un reto, pero soy vasca y muy cabezota”, decía.

Y antes de su debut, la vasca se paseó tanto por Socialité como por Sábado Deluxe, donde ya entró en contacto con un Jorge Javier al que le aseguró que “me vais a querer muchísimo”. “Hay un gran equipo y yo me voy a sumar con lo que mejor sé hacer, comunicar, y siempre siendo yo. Soy una mujer viva, con sangre, me gustan los retos y si siempre hago lo mismo no me pruebo, y vengo a probar", aseguró Adela González antes de su debut.

Su llegada coincide con la desaparición como presentadora de Sálvame de Paz Padilla, tras su discusión por las vacunas con Belén Esteban y a la que dio un toque incluso el todopoderoso Paolo Vasile, consejero delegado de Mediaset España. Pero Adela no llega para ser presentadora suplente, sino para ser un complemento.

Periodista de amplia trayectoria

La carrera de la guipuzcoana ha estado más centrada en la información que en el entretenimiento. Tras estudiar Periodismo en la Universidad de Navarra y comenzar en la radio, fue muy conocida para los espectadores de ETB, donde desarrolló una interesante trayectoria, antes de dar el salto a Madrid para incorporarse a La Sexta de su amigo y excompañero de platós Iñaki López. En la cadena de Atresmedia llegó a ser la presentadora suplente de Mamen Mendizábal en Más vale tarde, desde donde se pasó a Telemadrid al frente de un ambicioso proyecto, un magacín de tarde en directo en la que ella era la conductora: La redacción.

Un proyecto que comenzó poco después de que en 2020 afrontara el momento más duro de su vida: la pérdida de su hija de ocho años al no poder superar un cáncer. Los cambios en la televisión autonómica madrileña la dejaron sin sitio, pero entonces surgió la oferta con la que no contaba y que le costó digerir, pero que terminó aceptando con el incondicional apoyo de su marido, porque supone volver a establecerse en Madrid y no en su querida Euskadi.

¿Y cómo ha sido su debut? Pues con una mezcla de solvencia y de nervios, vestida con un elegante traje azul. Experiencia le sobra, aunque no en esos jardines, pero le echa ganas. “¡Un nuevo y gran reto! ¡Con tanto vértigo como ilusión! ¡A por todas!”, escribía en Twitter el 1 de febrero, cuando se confirmó su fichaje. Y este lunes, poco antes de su estreno, se expresaba en términos similares: “¡Qué ganas de arrancar! ¡Ilusionada y muy contenta! ¡A por todas!”. Y así ha sido, debutando en torno a las 16.00 horas en el ahora llamado Sálvame Lemon Tea (antiguo Sálvame Limón) junto a María Patiño y Terelu Campos, poniendo en contexto la ruptura de Anabel Pantoja y su marido Omar, en una función, en la que camina de la mano de una pantalla gigante, que ha provocado opiniones diversas en las redes.

Mientras algunos espectadores celebraban su llegada al programa para aportar un poco de seriedad, otros no entendían qué pinta su perfil en un espacio como ese, algunos no sabían de dónde había salido porque no les sonaba de nada y otros incluso le advertían de que no sabe dónde se ha metido. Opiniones para todos los gustos pero, como siempre, la que dictará sentencia será la audiencia, que es la que al final manda en un programa por el que han pasado decenas de periodistas y colaboradores desde que arrancó en 2009.