El último año no ha sido el mejor para el reparto de La que se avecina, ya que Cristina Medina (Nines Chacón en la serie) se ha tenido que enfrentar a un cáncer de mama, que anunció en septiembre, y dos meses después, en noviembre (aunque su familia lo comunicó en diciembre), José Luis Gil (Enrique Pastor en la ficción) sufrió un ictus.

La andaluza no ha escondido en ningún momento la enfermedad, sino que ha aprovechado su visibilidad para reivindicar las dificultades, sobre todo las económicas, que sufren quienes padecen esta enfermedad, y que se suman a las puramente físicas o psicológicas propias del cáncer.

Esta semana acudía a un acto público y aseguraba que va “tirando. Todo va bien (dice cruzando los dedos), que podría ir mal, no hay metástasis ni historias. Todas las revisiones están dando bien y todo el tratamiento va bien. Aunque sea duro, todo va muy bien”.

Medina hablaba con mucha fuerza, pero se derrumbó y se echó a llorar cuando la reportera le preguntó por José Luis Gil, de quien poco se sabe, más allá del comunicado que emitió su familia, un mes después de sufrir el ictus, en el que afirmaban que se estaba recuperando en su casa.

“No puedo ni siquiera hablar”, decía entre sollozos, lo que le hizo pensar a la periodista que el zaragozano había empeorado, aunque la actriz lo desmintió. “No, está mejorando, pero ha sido un golpe muy duro y como estoy tan susceptible padezco muchísimo por él y por su familia. Es muy duro también para la gente que está a su alrededor, así que les mando muchísimo ánimo”.