Antes de cumplir los diez años ya tenía un buen currículo como actor, porque su prueba de fuego de verdad, después de pequeñas apariciones, fue la serie de TV3 Vantdelplà. Llegó con su décimo cumpleaños, estuvo en ella durante 358 episodios y le supuso fama y popularidad en Cataluña, pero su rostro fue mucho más conocido cuando se embarcó en Merlí, historia que también se vio en Antena 3 y en ETB-1. Cancelada en abierto, pasó a ser Merlí: Sapere aude en Movistar+, y el viernes estrena su segunda temporada. Además de actuar, Cuevas ha hecho publicidad (desde los cinco años de edad, su comienzo real en el mundillo) y doblaje (en este caso desde los nueve años; todo un prodigio de precocidad).

Merlí: sapere aude es una serie de éxito que le ha colocado a usted en un lugar preferente.Merlí: sapere aude

Bueno, lo de mantenerse en un buen lugar en esta profesión es algo que no puedes controlar. Estar en un lugar u otro es a veces cuestión de suerte. Me gustaría que esta temporada mantuviera el éxito de la anterior y de las de su versión original.

¿Estaría dispuesto a considerar ser el protagonista de nuevas temporadas?

Siempre que grabo una temporada pienso que es la última que voy a hacer, así que creo seriamente que esta va a ser la última.

¿No da para más la historia de Merlí?

Estoy convencido de que la serie quedará muy bien cerrada con esta entrega, pero si en un futuro se pensara retomarla, lo consideraría. He trabajado muy a gusto, y tal y como están las cosas, es gratificante tener entre manos una serie de continuidad, pero tampoco se trata de alargar innecesariamente los argumentos.

Lleva usted mucho tiempo trabajando para lo joven que es...

Es verdad que llevo un rato en esto. Comencé desde muy chiquito, primero probando como un juego y luego tomándomelo más en serio. Al principio no era consciente de que esto era un trabajo y después ya me fue enganchando. He hecho de todo hasta llegar a este punto.

¿Cómo se metió en este mundillo, tan alejado de las vidas cotidianas como oficio?

Ahora es mucho más cercano, creo yo. Es cierto que no todo el mundo tiene entre sus expectativas ser actor, pero posiblemente tampoco tenga ser médico, bombero o periodista. Es una profesión más y puedo asegurar que hay mucha gente metida en ella. Empecé por una actividad extraescolar del colegio. Yo hacía teatro infantil, nos propusieron a un grupo de niños ir a un casting, me dieron un papel en una película y aquel juego se convirtió en algo más serio.

¿Qué tiene en común con Pol, el personaje que interpreta en la serie?

Muy pocas cosas: que somos de Barcelona y que tenemos la misma cara porque se la presto yo. Pienso que soy más pausado y reflexivo que él, que es más irreverente que yo. Pol es una persona muy impulsiva, un tío con muchísima ira dentro por todo lo que le ha pasado en la vida. Objetivamente, pienso que ha tenido una vida mucho más difícil que la mía.

Lleva dos años de mucho trabajo...

La verdad es que sí. Además de en Merlí: Sapere aude, he trabajado en otros proyectos. Cada temporada de una serie te lleva unos meses, no es que estés todo el año trabajando en un título. He tenido más personajes y me siento afortunado.

Ha estado en varios episodios de Alguien tiene que morir,

Me ha encantado hacer esos tres capítulos, porque es una serie muy diferente. Es de época, situada en el Madrid de los años 50, y se desarrolla dentro de una clase muy alta, un círculo concreto de sociedad. Alfonso nada tiene que ver con Pol. Es mucho más sofisticado, distinto en todo. Eso es lo bonito de esta profesión, que puedes ser bueno o villano, rico o pobre, listo o tonto, y cualquier perfil me encanta.

Ha pasado por El ministerio del Tiempo, Cuéntame, 45 revoluciones

Sí, y estoy satisfecho. No es que me considere el mejor, ni mucho menos, pero creo que he recorrido un camino bonito desde que empecé en esto y estoy contento con todos los proyectos que me han ofrecido. Algunos son pequeños papeles, pero con personajes que se convierten en muy grandes; otros, como el de Pol, son de protagonista. Yo los pongo a todos en el mismo nivel, porque todos significan una nueva oportunidad para mi carrera.

¿Hay diferencias entre el Merlí

Pienso que esta parte, la de Movistar+, es mucho más madura. No hay tantas tramas como en la original y tiene un personaje protagonista más claro. Hay una trama principal y el resto son secundarias y de apoyo para el argumento central. En la serie madre había muchas diversificaciones, tanto en los personajes como en los temas a tratar, mientras que esta afronta unos conflictos más centrados en el mundo adulto y no tanto en el universo adolescente o muy juvenil.

¿Se ajusta a la juventud de Carlos Cuevas?

Creo que sí, que es un buen reflejo. La historia habla con mucha certeza de lo que nos pasa a los jóvenes de hoy en día, sobre todo a los que estamos en esa línea que marca ser joven y ser adulto. Refleja muy bien las actitudes desafectivas que se tienen. También muestra el desamparo de mi generación, el sentir que nos habéis entregado un mundo de mierda, la verdad.

Vaya, es usted claro y directo en sus opiniones.

Es que es verdad. A veces se nos criminaliza a nosotros, a todos los que están cerca de mi edad. Se dice eso de los jóvenes de hoy en día€ Claro, cabrones, pero para lo que nos habéis dejado... Antes nuestros padres podían trabajar con lo suyo, pero eso ahora no pasa. Estamos jodidísimos, así que es normal que a veces estemos enfadados y hagamos cosas raras.

¿Tiene alguna idea para mejorar y salvar el mundo maltrecho que hemos dejado a su generación? Porque no vale solo con protestar...

Seguir adelante e intentar que no se vaya todo al garete. Personalmente voy a intentar hacer todos los personajes que me dejen. Quizá cuando se acaben, si algún día se acaban, me haré pintor, músico o cualquier otra cosa, pero joder, habrá que quejarse un poco.

Si eso le hace sentirse mejor...

Un poco. Creo que hay que cambiar muchas cosas en este mundo en el que vivimos.

Eso es algo que toda generación ha dicho a los 25 años o antes.

Supongo que sí, pero da la sensación de que ahora la cosa está peor que nunca. Hay que hacer algo por mejorar, por no conformarte siempre con lo mismo.

Y la pandemia no incita al optimismo...

Para nada, la verdad, ahora parece todo más negro, pero habrá que arreglar el mundo.

¿Nunca pensó en dedicarse a otro oficio?

En serio, no, nunca pensé que pudiera hacer otra cosa que meterme dentro de un personaje y sacarle jugo. Sí que me interesan otros aspectos de este mundo, como la dirección, la escritura, la pintura, la escultura... Si me tengo que arremangar para hacer otra cosa, no hay problema, lo haré en su momento.

Además, puede vivir de ser actor.

Ahora sí, pero ojo, es muy fácil decir sí. Yo ahora mismo vivo de esta profesión, pero veo a otros compañeros que son mucho mejores que yo y lo están pasando mal, así que me puede ocurrir lo mismo. Por ahora disfruto de lo que tengo, y en el futuro, ya se verá.

¿Tiene algún otro personaje a la vista?

Estoy con los ensayos de una serie, pero no puedo hablar de ella porque no me dejan. Ya se sabe cómo van estas cosas: silencio total hasta que anuncien el proyecto sus responsables.

Personal

Edad: 25 años (27 de diciembre de 1995).

Lugar de nacimiento: Montcada y Reixach (Barcelona).

Trayectoria: Con cinco años hacía publicidad. Su gran salto se produjo cuando tenía tan solo diez años y tuvo un relevante papel en la serie catalana Vantdelplà. Estuvo en ella durante siete temporadas. Tras ella pasó a tener un papel secundario en Luna, el misterio de Calenda. Merlí, otra serie de TV3 le volvió a colocar en el escaparate de la popularidad al verse en Antena 3. Durante 40 capítulos se le pudo ver en Cuéntame cómo pasó. Ha participado en la serie Alguien tiene que morir y el viernes estrena Merlí: Sapere aude.