an pasado más tres años desde que los escándalos de Harvey Weinstein destaparan cientos de casos de abuso en las esferas del poder, un efecto dominó que en 2021 ha recobrado fuerza con una lista de denuncias contra destacados nombres del cine, la música y la política. A la caída de Armie Hammer en Hollywood, por la filtración de mensajes sexuales de contenido perturbador; se suman las revelaciones de actrices y asistentes contra Marilyn Manson semanas después de que la cantante FKA Twigs demandase a Shia LaBeouf por agresiones que él ha reconocido. Coinciden en el tiempo las acusaciones de “comportamiento intolerable” que las protagonistas de Buffy, cazavampiros vertieron contra el cineasta Joss Whedon y los 21 hombres que denunciaron a John Weaver, estratega del Partido Republicano, por extorsión sexual. La cascada de denuncias en apenas un mes refleja que el movimiento #MeToo, lejos de terminar, continúa descubriendo experiencias de abuso que en la mayoría de casos tienen un patrón muy similar.

Inmediatamente después de dar la bienvenida a 2021, el nombre de Armie Hammer comenzó a sonar en todas las redes sociales: se habían filtrado de forma anónima presuntos mensajes privados del actor en los que detalla perturbadoras fantasías sexuales. “Necesito beber tu sangre” o “soy cien por cien un caníbal” son algunas de las frases atribuidas a Hammer. Durante varios días el actor continuó siendo tendencia, a medida que salían más conversaciones con todo tipo de peticiones, que iban desde las mutilaciones hasta el canibalismo. La prensa dio a Hammer el beneficio de la duda hasta que se rescataron fragmentos de viejas entrevistas en las que el protagonista de Call me by your name admitía sus gustos sexuales “extremos”. Los testimonios de dos de sus exparejas, Courtney Vucekovich y Paige Lorenze, terminaron por confirmar su historial abusivo, que él negó en un escueto mensaje referido a “jodidas mentiras” y “ataques en internet”. Inmediatamente Hammer perdió sus próximos papeles: la serie sobre la gestación de la película El Padrino (1972) y una comedia que iba a protagonizar con Jennifer Lopez.

Después, la lupa del #MeToo se posó en Marilyn Manson. La polémica en torno a la siniestra estrella del metal comenzó cuando la actriz Evan Rachel Wood denunció que fue víctima de “terribles” abusos durante años por quien fue su pareja hasta 2010. “Comenzó a acosarme cuando era adolescente y abusó terriblemente de mí durante años. Fui manipulada y me lavó el cerebro para que me sometiera. He dejado de vivir con miedo a represalias, calumnias o chantajes”, escribió. La protagonista de Westworld aseguró antes en numerosas ocasiones que fue maltratada por un compañero sentimental que no había identificado. Tras mencionarle salieron testimonios similares de la cantante Phoebe Bridgers y de gente que trabajó con él, como la estilista Love Bailey: “No soy fan de la cultura de la cancelación pero cuando alguien como Marilyn Manson te apunta con una pistola a la cabeza, es hora de hablar”. El músico se defendió y dijo que eran “horribles distorsiones de la realidad” pero no fue suficiente para evitar que su discográfica rescindiera su contrato.

La respuesta de Manson fue contraria a la que Shia LaBeouf esgrimió en diciembre después de que su exnovia, la cantante FKA Twigs, le denunciase por abuso físico y mental. “He sido abusivo conmigo mismo y con todos a mi alrededor durante años. Tengo un historial de hacer daño a las personas más cercanas a mí”, aseguró LaBeouf a The New York Times. Esta misma semana, su abogado cambió de estrategia y negó todas las acusaciones en un juzgado de Los Ángeles.

La política ha vuelto a relacionarse con el #MeToo tras la denuncia colectiva de una veintena de hombres supuestamente extorsionados por John Weaver, importante asesor del Partido Republicano. El testimonio de todos, jóvenes y becarios (algunos menores), coincide: solicitaba actividades sexuales a cambio de empleos en su comité de acción política, The Lincoln Project, prominente foro conservador contrario al expresidente Trump.

Han pasado más tres años desde que los escándalos de Harvey Weinstein destaparon cientos de casos de abuso