Este matemático, profesor universitario, presentador y youtuber, entre otras cosas, es también autor de Apocalipsis matemático, un libro recientemente editado por Penguin Random House, que demuestra que las matemáticas pueden ser divertidas y grandiosas.

¿Este libro es para todos los públicos?

El libro tiene muchos niveles. Habrá cosas que te entretendrán más y conceptos más difíciles. Lo aclaro en la introducción, no hace falta leerlo todo, ni seguido. Con las matemáticas tenemos muchas veces una sensación de impotencia y frustración como de que vamos a ser juzgados por nuestra habilidad para entenderlas, y es todo lo contrario, este libro está pensado para tomárselo con calma, divertirse y jugar con los conceptos y con uno mismo.

¿Por qué ese miedo a las matemáticas?

Casi todo viene de que las únicas matemáticas que conocemos son las de la asignatura que estudiamos en el colegio, y no son eso. Las mates de la escuela se restringen a operaciones, y eso hace que no las veamos en contexto y pierdan el sentido. Dividir con decimales, hacer derivadas... ¿para qué? Las estudiamos fuera de contexto, y aunque eso está cambiando, todavía debe cambiar mucho más, porque igual que para entender a Pérez Galdós estudiamos su vida, las matemáticas no son atemporales y cada resultado matemático tiene su contexto histórico, su razón y su pulso. Además, centrarnos tanto en las operaciones nos provoca un pánico escénico terrible, miedo a fallar y a quedar frente a todos como el tonto de la clase. Ese pensamiento nos inhibe y nos produce un bloqueo. Las matemáticas hay que incrustarlas en un mundo de sentido y en contexto.

¿Como lo que hizo Ángela Merkel para explicar a los alemanes cómo se contagia el coronavirus? ¿Nos falta ese uso práctico de las matemáticas?

Pues probablemente sí, y no creo que la enseñanza en matemáticas sea distinta en Alemania que aquí. Creo que es más una cuestión de actitud y de valoración social de las matemáticas y de la ciencia en general. Estos últimos meses hemos visto en los medios de comunicación mucha ciencia, muchas matemáticas aplicadas para explicar el avance de la pandemia. Estamos interpretando datos continuamente y se nos hace complicado a veces porque no tenemos esa costumbre, pero estamos aprendiendo a valorarlo más y a comprender que sin matemáticas sería muchísimo más complicado saber qué está pasando y entenderlo. No sabríamos qué pasa. Esta pandemia es la demostración de que saber matemáticas, saber interpretar datos, es una herramienta para ejercer la ciudadanía de forma crítica, porque si no sabemos interpretar los datos -que cada vez son más y más importantes- estaremos indefensos ante una élite que controla todo eso y lo puede usar de una forma para manipularnos más.

¿Estamos perdiendo el miedo a las matemáticas? ¿Se están poniendo de moda?

La situación está cambiando mucho. A nivel académico porque cada vez tienen más aplicaciones y más empleo -la carrera de Matemáticas tiene paro cero-. Y cada vez se normaliza más la conversación sobre matemáticas. A mí me alucina que cada vez haya más gente viendo el canal de YouTube o que progresivamente se vendan más libros como el mío, y los medios de comunicación, casi todos, tienen ya una sección dedicada a las matemáticas. Creo que la situación está cambiando. Nos estamos dando cuenta de que saber interpretar datos y gráficas es importante.

¿Puede poner algún ejemplo que demuestre que esta materia mola?

En la historia de las matemáticas y de cómo hemos llegado a los conceptos matemáticos hay historias absolutamente preciosas de gente increíble, y no solo de grandes genios, sino de todo un progreso cultural y humano por conquistar esta parte del conocimiento que es muy hermoso. Y en aplicaciones curiosas, pues... ¿qué sale más caro, pagar a escote o dividir la cuenta? Pues se han hecho estudios y se ha visto que una de ellas es generalmente más cara que la otra. O, ¿cómo elegir la fila más rápida para pagar en el supermercado? O saber cómo se calculan las curvas de la carretera para que no te estrelles, o cómo las matemáticas se pueden usar para manipular elecciones o para descubrir un fraude.

¿Con qué canal de divulgación se queda?

Yo empecé en esto de la divulgación en 2007, cuando me presenté en el concurso de monólogos científicos de Famelab. Después, en retrospectiva he visto que siempre se ha hecho una divulgación muy buena pero para una población con un cierto nivel cultural, con libros y programas que, salvo algunas excepciones como Félix Rodríguez de la Fuente, no llegaban al gran público. Sin embargo, ahora, las redes y canales de Youtube han permitido una visión de la ciencia mucho más popular y que no tiene el objeto de explicar los temas en profundidad, pero sí de despertar el interés. El éxito está en complementarse en todas las maneras de acercarse a la divulgación, la más culta y ésta más social. Las dos hacen falta.

UN PROGRAMA SOBRE CIENCIA

El pasado día 5 la ciencia para todos los públicos regresaba a La 2 con el estreno de la sexta temporada de Órbita Laika, que ha llegado con secciones renovadas y nuevos temas de la mano de expertos que ayudarán a los espectadores a entender su entorno y a abrir la mente a nuevas experiencias y conocimientos. Eduardo Sáenz de Cabezón continúa como presentador del programa que, entre sus novedades, incorpora al neurocientífico y divulgador Xurxo Mariño, quien se encargará de desvelar todas las curiosidades que esconde el encéfalo. Mariño, reconocido conferenciante y autor de varios libros divulgativos, cuenta entre sus reconocimientos con el Premio Especial del Jurado de Comunicación Científica de FECYT o el Premio Tesla. Junto a él están los colaboradores habituales del programa: Marián García, en farmacia y nutrición; Ricardo Moure, en biología; Deborah García Bello, en química; Javier Santaolalla, en física; Laura Morán, en psicología; y José Miguel Viñas, en meteorología. Además, cada semana visitarán el plató científicos expertos en el tema del programa en cuestión para profundizar un poco más en alguno de los aspectos más curiosos e interesantes del asunto tratado.