El paracetamol es uno de los medicamentos que está presente en los botiquines de todos los hogares, al ser de uso muy común y de venta libre en las farmacias. Según el último informe de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles, el paracetamol es el tercer fármaco más vendido, por detrás del Nolotil y del Adiro 10.

Recurrimos habitualmente a él para paliar molestias del día a día como el dolor muscular, de cabeza, de articulaciones o menstrual. Tiene propiedades analgésicas que alivian ciertos dolores leves o moderados y antipiréticas, para bajar la fiebre.

En principio se trata de un medicamento seguro para la salud, siempre y cuando lo utilicemos en las dosis adecuadas, y como cualquier medicina conviene tomarla con todas las precauciones.

A la hora de tomar paracetamol casi siempre nos asalta la misma duda: ¿debo tomarlo con el estómago lleno o vacío? Los expertos aseguran que si lo que buscamos es un efecto rápido es mejor tomarlo en ayunas. En ese caso, con el estómago vacío, este medicamento que también es antiinflamatorio, puede llegar a la sangre entre 10 y 30 minutos después de ingerirlo. Si lo tomas durante la comida, o inmediatamente antes o después de comer, puede que no te haga efecto hasta entre una y cuatro horas después.

Comidas y bebidas que no debes consumir

También debes tener en cuenta que hay determinadas comidas y bebidas que tienes que evitar si tomas paracetamol, ya que su velocidad de absorción se verá notablemente reducida. Esto no es ningún problema si no necesitas un alivio rápido de las molestias; en el caso contrario, si lo que necesitamos es atacar un dolor agudo lo antes posible, es mejor evitarlos.

Se trata de alimentos ricos en hidratos de carbono o pectinas. En el primer caso, cabe destacar el pan, la pasta o las patatas, y en el segundo, frutas como las manzanas, naranjas, mandarinas, limones, grosellas, moras, plátanos o melocotones y verduras como las zanahorias, el tomate o los guisantes.

En cuanto a las bebidas, sí que debes evitar a toda costa el alcohol, ya que su ingesta a la vez, antes o después que el paracetamol puede resultar muy perjudicial para tu salud. Un consumidor habitual de alcohol (tres o más bebidas alcohólicas -cerveza, vino o licor-) puede sufrir graves daños en el hígado.

Así, utilizar el paracetamol para paliar los efectos de la resaca es una muy mala opción. Tanto el alcohol como el paracetamol se metabolizan, es decir, se transforman en una molécula más fácil de eliminar del organismo, en el hígado, y ambas sustancias mediante una enzima llamada CYP2E1. Si se consume solo una de ellas, la enzima está en baja cantidad.

Al metabolizarse solo el paracetamol se produce un metabolito, el NAOQI, ligeramente tóxico y que puede causar la muerte celular. En una dosis normal, la cantidad de paracetamol que se transforma en este metabolito es mínima y se elimina gracias al glutatión, un protector de las células.

Por el contrario, si también hay alcohol, la mayor cantidad de la enzima CYP2E1 provoca que la producción de este metabolito también sea mayor. Si llega a un nivel más alto de lo que el glutatión es capaz de eliminar, se pueden producir graves daños en el hígado.

El ibuprofeno siempre será una mejor opción para pasar el mal trago de la resaca.