La alimentación saludable y sostenible está de moda. Además, la posibilidad cada vez mayor de adquirir ese tipo de productos en grandes superficies ha animado a los consumidores a comprar de forma más sostenible. Y sin embargo, no todos los especialistas en nutrición coinciden en afirmar que, desde un punto de vista científico, los alimentos ecológicos sean más saludables para nuestro organismo. La pregunta que se hace la gente de a pie es: ¿realmente valen lo que se paga por ellos?

En la carne, una de las premisas de la ganadería ecológica es garantizar el bienestar de los animales, por lo que no deben estar hacinados en sitios cerrados, y tanto el matadero como la carnicería deben cumplir una serie de condiciones específicas. Esto afecta al precio de los productos. Así, el pollo ecológico puede llegar a costar hasta 10 euros por kilo frente al pollo sin estos requisitos, que se acerca a los 4 euros.

En los huevos, la primera diferencia es la calidad de vida de las gallinas ponedoras. Por ejemplo, el código impreso en la cáscara de un huevo ecológico comenzará con un 0. Al proceder de una gallina ecológica, esta no habrá ingerido pesticidas, antibióticos ni hormonas. Su precio se halla en los 5,98 euros la docena. En las gallinas sin código el precio se sitúa en torno al 1,50 euros la docena, pero aquí pueden hallarse restos químicos que contenga el pienso del que se alimentan.

La verdura y la fruta ecológicas no tienen conservante alguno, ni aditivos de origen químico. Por ello, a lo largo de su cultivo no se usan fertilizantes químicos ni plaguicidas, sino exclusivamente medios naturales y fertilizantes orgánicos. También se sigue su ciclo natural a la hora de la cosecha. Por esto, el precio de unos tomates puede alcanzar los 5,70 euros el kilo, mientras que los convencionales rondan los 2 euros. En el caso de las lechugas el precio varía entre 1,35 euros la pieza frente a 0,89.

En el olivar tradicional, para conseguir el mejor aceite para evitar plagas y malas hierbas no se utilizan fertilizantes químicos, sino laboreos naturales y métodos respetuosos con el medio. De este modo se logra una cosecha de aceitunas sanas y en su punto justo de maduración, con las que se obtiene un magnífico aceite ecológico; cierto que a un precio algo superior, 8,5 euros frente a 4,99 euros, pero es un diferencial que muchos creen bien compensado por los beneficios en salud a medio y largo plazo.

El auge de la ecología también ha llegado al vino. Para que uno sea ecológico no solo su elaboración debe de serlo, sino también el suelo donde se cultiva la uva, el cuidado de las viñas y la conservación general. Asimismo, quien se encarga de la cosecha no utiliza maquinaria, y el precio medio por botella es de 6,85 a 7 euros. Por el contrario, en el vino no ecológico se usan abonos artificiales y sulfitos para conseguir una mejor conservación del producto. Y también se emplea maquinaria para los procesos de recolección y mantenimiento. Esta hace que el precio descienda a unos 5,15 euros de media (hablamos de unos vinos de consumo habitual).

Entre los productos que más incrementan su precio por la certificación como producto ecológico sobresale la canela, cuya versión ecológica es de media un 390% más cara que la que no lo es. Además, otros productos muy habituales como el arroz blanco redondo, el café instantáneo y la sal gruesa marina ven multiplicado su precio por cuatro debido a esta característica.

En otros alimentos la subida es menor, de solo unos céntimos. Por ejemplo, el chocolate, cuyo precio crece de los 1,09 euros hasta los 1,35 en su versión más básica. También el aceite de coco se encarece de media en 38 céntimos por cada cien gramos, y el vinagre de manzana solo implica un aumento de 0,10 euros en su versión bio.

Productos Eco, Bio y orgánicos. Cómo diferenciarlos

* Eco. Son los alimentos que siguen un proceso de producción respetuoso con el medio ambiente, utilizando energías renovables y preservando al máximo los recursos naturales. Para su cultivo se usan fertilizantes naturales. De este modo se aprovechan las condiciones naturales del suelo o del clima, y en el caso de la ganadería, se respeta la crianza en condiciones óptimas y naturales.

* Bio. Son los alimentos que no tienen ningún componente que haya sido alterado genéticamente ni tampoco que haya recibido intervenciones de laboratorio para lograr el resultado final. Así, se hace un proceso natural de selección de especies, se cierra su ciclo reproductivo y se preserva además la biodiversidad. Al menos el 95% de los ingredientes del producto deben cumplir con estos estándares.

* Orgánico. Un alimento etiquetado como orgánico es aquel que está libre de síntesis química y en cuyo proceso de producción se han utilizado únicamente productos cien por cien naturales. También es conveniente saber que no todos los alimentos orgánicos son Bio, ya que puede que no contengan químicos pero sí productos que hayan sido manipulados genéticamente.