Una vecina de Valencia ha sido condenada por un juzgado de lo Penal de Valencia a nueve meses de prisión por no atender a un perro que estaba enfermo y en fase terminal. La mujer la llevó al veterinario y allí le dieron la opción de la eutanasia, pero no accedió ni a esto ni a su tratamiento para el dolor, según dijo, por falta de dinero. El juez entiende, sin embargo, que la mujer era conocedora del estado del animal y no hizo nada para evitar el sufrimiento que le producía la Leishmaniosis.

La protectora Modepran, situada en la localidad de Paterna y responsable del refugio de València que había recogido al animal en muy mal estado tras ser advertida por la Policía Local, fue la que realizó la denuncia de abandono animal.

Al parecer, el animal, de raza Beagle y de nombre Juanito, se encontraba en un estado general pésimo debido a la falta de atención y a la aparición de un tumor mamario ulcerado de grandes dimensiones. En concreto, presentaba una gran herida sangrante, inflamada y necrosada en el lado derecho del abdomen.

Además de los nueve meses de cárcel, pena que se le suspende al ser inferior a dos años y carecer de antecedentes computables, el juez le impone tres años de inhabilitación de profesión, oficio o cargo relacionado con animales y para la tenencia de los mismos.

Juanito fue encontrado abandonado el 24 de marzo de 2017, con una grave desnutrición, con atrofia muscular, deshidratación, anemia severa y fallo renal, así como apático y con una elevada carga parasitaria. Como consecuencia de este estado, el 18 de abril se le tuvo que practicar una eutanasia humanitaria.

Inicialmente el fiscal de Medio Ambiente solicitaba una pena de 18 meses de prisión, pero tras reconocer los hechos en un acuerdo de conformidad se le rebajó a nueve meses de cárcel.

La dueña argumenta "falta de dinero"

La sentencia señala que la acusada era conocedora del estado de salud del animal, que no tenía chip ni documentación veterinaria, por lo que se le impone una pena de prisión de nueve meses y el pago de 312 euros a Modepran por la recogida, hospitalización e incineración del animal.

Fuentes de la protectora admitieron que la mujer no tenía dinero para el tratamiento, pero creen que debería haber buscado otras soluciones antes de dejarla agonizar en casa. Es más, aseguran que esto debe servir de ejemplo para casos similares.