bilbao - BMW acelera la electrificación de su gama, proceso que no es un fin en sí mismo, sino un método para alcanzar el objetivo final de la descarbonización, es decir, de la movilidad sostenible. El libro de ruta de la marca bávara contempla la incorporación progresiva de productos con mínimo impacto medioambiental. Es el caso de la motorización híbrida enchufable que el X1 estrenará en mayo. Ese sistema de impulsión mixta, que rinde 220 CV y permite 57 kilómetros de autonomía en modalidad exclusivamente eléctrica, se adaptará en septiembre al X2.

El conjunto motriz obtiene su potencia combinando dos tipos de propulsor. Asocia un bloque tricilíndrico de gasolina 1.5 con otro eléctrico. El primero se encarga de accionar las ruedas delanteras, mientras que el otro mueve las traseras; de este modo se obtiene tracción integral de manera puntual. El sistema, semejante al empleado por el Serie 2 Active Tourer y por el Mini Countryman, consta de una batería de iones de litio para alimentar al motor eléctrico. Su aportación permite que este impulse en solitario el vehículo en desplazamientos de hasta 57 km. Reponer su contenido enchufada durante cinco horas a una toma doméstica.

La hibridación hace posible homologar comedidos registros combinados de consumo y emisiones: de 1,9 a 2,1 litros a los cien y entre 43 y 48 g/km de CO2. Gracias a ella, el X1 acredita una velocidad punta de 193 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos; los registros del X2, algo más aerodinámico y liviano, son levemente mejores.