Alos tres años pidió un acordeón y a partir de ahí su vida ha sido música, realizada a través de muchos instrumentos, porque este hombre es multiinstrumentista, cantante, showman, líder de muchos cotarros gracias también a su vis cómica y un tipo que cae bien allá donde va. Lleva 35 años sobre los escenarios y en platós de televisión, le gusta el mundo de la enseñanza y dice que siempre tendrá su casa en Errenteria, el lugar en el que vive con su pareja y donde están sus amigos y su familia. Mientras se emite Late motiv va cuatro días a la semana a Madrid, pero en cuanto termina la grabación el jueves vuelve a subir a Gipuzkoa, a casa. Luis Mari Moreno, Pirata, es un hombre popular al que siempre da gusto escuchar, cuando toca y también cuando habla.

¿Cómo ha estado lo de la gira de este año con RocKalean?

El verano tendría que haber sido una época de giras, aunque estando la cosa como está, lo de las giras es mucho decir. Hemos tenido alguna que otra actuación, pero no todo lo que debía haber sido si hubiéramos tenido un verano al uso, en el que no tendríamos que haber parado.

¿Cómo surgió su presencia en el programa de Buenafuente?

De repente. Hace tiempo trabajaba mucho en televisión. En la 1 y en ETB, muchísimo. Lo del programa de Buenafuente surgió casi de la nada. Estaban montando la banda de Late motiv y me lo ofrecieron.

¿Qué hacía usted entonces?

Dar clases. Estaba de profesor de saxofón en Zumarraga (Gipuzkoa) y tuve que cambiar los planes. Este es un tipo de trabajo, el del programa, que va yendo y viniendo y vamos un poco a la caza de lo que va saliendo.

Supongo que dirá que Andreu Buenafuente es una maravilla para trabajar.

No puedo decir otra cosa. Con él todo es una maravilla, como dices. Es muy buen jefe y muy buen compañero. En las temporadas que llevamos de programa aún no le he escuchado gritar a nadie, y haciendo televisión es bastante raro que no se escuche algún grito.

Lleva usted toda una vida en el mundo de la música...

Y que lo digas. He cumplido 35 años en la música desde que me empezaron a pagar por ella. Cuando empecé tenía 13 años, llevo ya tiempo y aquí estaré lo que la vida me deje.

Hace unos meses se convirtió en un personaje viral con la versión en euskera de Back in black

Una gamberrada total, pero fue Buenafuente el que apuntó la idea y nosotros la hicimos. Es divertido que una cosa así se haga viral en Euskadi, aunque también se vio mucho fuera.

¿Qué es lo que le hizo convertir la música en el eje de su vida?

Nací con ella. Mi madre siempre me ha dicho que a los tres años pedí como regalo un acordeón, fíjate lo dentro que llevaba la música. Han pasado 45 años y sigo con la música a cuestas. La culpa la tiene la familia, porque en mi casa siempre ha habido mucha música. Mi tío materno era músico, tocaba el trombón y estaba rodeado de instrumentos.

Y nunca pensó en otra profesión, ¿no?

La verdad es que no. Siempre he tenido facilidad para tocar instrumentos musicales y todo surgió de una forma natural. Alguna vez he dudado de la música, porque es una profesión de muchos altibajos. Estar en la música es como montarte en una montaña rusa, pero al final, siempre ha habido algo que me ha empujado a seguir y espero que siempre haya algo que no me deje renunciar a la música.

La pandemia les ha dejado casi sin escenarios y con otras formas de asistencia, pero no es lo mismo ir a un concierto y estar sentado que poder cantar y moverse al ritmo de los músicos.

La música está dentro de los sectores más dañados por esta pandemia. Quizá es que no se ha sabido enfocar muy bien. Poco a poco se va normalizando algo, pero solo algo. Hay algún concierto en el que la gente está de pie, con mascarilla, y hay que confiar en el buen hacer de quienes acuden a un espectáculo musical, ¿Cómo se va a salir de esta? Pues no lo sé, creo que nadie tiene ni la más mínima idea. Confío en que se acabe volviendo a lo que ahora llamamos normalidad.

Se le considera un músico multiinstrumentista, ¿tiene alguno que sea su favorito?

Va por rachas, pero el que más toco es el saxofón. Toco un montón de instrumentos; la última vez que hice recuento creo que me salieron veintidós diferentes. Ha habido tiempos en los que he tocado más el trombón, otros ha sido el teclado€ Pero tengo que decir que la racha del saxofón está durando muchos años.

Veintidós instrumentos, increíble. Tiene que ser difícil dominar tantos. ¿Un don especial?

Tengo facilidad para ello. No los domino, los utilizo todos con un nivel que podemos considerar medio. Con eso tengo bastante para hacer mis pinitos y mis grabaciones. Y unos son más fáciles que otros. La trompeta es un instrumento complicado, uno de los más exigentes. Hay que estar muy en forma para ser un buen trompetista. Te hablo de ella por ponerte en un ejemplo, porque tocarlos bien todos es complicado, pero no lo es si lo que pretendes es salsear.

¿Cuánto tiempo lleva ya con RocKalean?

Diez años, más o menos. Llevamos un buen rato juntos.

¿Es difícil mantener una banda de forma estable?

No creo que sea difícil mantenerse en una banda que depende de muchas cosas, como del trabajo que haya. Si hay trabajo para una banda la gente está motivada y todo va bien. Y si la gente está motivada, hay trabajo. Es una especie de rueda de hámster. Esto es una profesión y tú tienes que llevar dinero a casa para poder vivir. Comemos un poco de todo lo que hacemos, pero parte de la despensa es de RocKalean.

Tengo curiosidad por saber por qué le llaman Pirata.

Ja, ja, ja€ No sé si voy a poder sacarte de tu curiosidad, no lo sé. Tendrías que preguntar a quien empezó a llamarme así. Creo que fue cuando empecé a tocar con bandas, tenía solo once años, y he continuado siendo Pirata hasta hoy. Me verían la pata de palo, el parche, el loro€

¿Cómo le llama su gente?

Pirata, Pirata. Ese es mi nombre ya. Luis Mari me llama poca gente; bueno, solo mi madre, pero es cuando se enfada conmigo. No me importa que me llamen así, de hecho me gusta mucho. Lo veo como algo cariñoso, algo cercano.

¿No se complica la vida al ser voz e instrumentista?

No me lo parece. Es como cuando combinas dos instrumentos diferentes, incluso de familias diferentes. Nunca me he puesto trabas y siempre he ido probando. Tampoco es que sepa de canto. Canto lo que canto a base de escuchar a los demás, a base de imitarlos, y al final yendo a mi bola. No pienso demasiado en lo que hago ni en cómo lo hago, es todo bastante natural.

Parece que versionar se ha puesto de moda.

Con Los Torpes empecé a hacerlo en los 90. Sobre todo versionábamos el vestuario y la música. Pocos lo hacían entonces, así que fuimos un poco visionarios. De hecho, en aquella época alguna oficina de managers con la que hablábamos para que nos moviera por los escenarios nos decía cuando explicábamos lo que hacíamos: Eso no se lleva, no está de moda, la gente no lo quiere€ Y mira ahora.

¿A qué artistas le gusta versionar?

No sé elegir. Cada vez que me han ofrecido hacer una versión me he sorprendido. Hay versiones que me parecían muy difíciles y que luego han resultado muy chulas, y otras al revés. Nunca sabes lo que va a pasar hasta que te pones a ello.

¿Cómo ve su futuro?

Con música, con mucha música. Creo que la música es una carrera para toda la vida.

¿Hasta la jubilación?

¿Existe? El otro día me encontré con una persona que debía estar jubilada por ley y le pregunté por este asunto. Es un músico conocido y me dijo: De esto no se jubila nadie. Yo no te digo que los músicos que se dedican a dar clases no se jubilen de eso, pero si eres músico ejecutante, no, no te jubilas. Pienso que los músicos debieran ser una parte ejecutante y otra docente. Ahí tenemos a Miguel Ríos, con 77 años, que ha sacado un disco y está de gira. El maestro Pedro Iturralde murió el año pasado con 91 años y estaba en activo. El veneno musical es tan fuerte que no te deja retirarte.

El lamentable circo de Raúl Cimas y la orquestina del Pirata. Dígame qué es.

Un espectáculo. Imagínate hasta dónde podemos llegar con ese título. Es un show que retomamos ahora en septiembre, una gamberrada. Queríamos montar una especie de circo ambulante, de aquellos que en el pasado iban de ciudad en ciudad y tenían varios números.

Es que cuando he preguntado por usted me han dicho que es muy gamberro...

Ja, ja, ja€ Lo soy. Incluso soy gamberro por encima de mis posibilidades. También lo soy en el buen sentido. Me gusta mucho el circo, el humor, me gustan los hermanos Marx, me gusta el cachondeo y disfruto con el music hall. Me gusta todo esto junto. No me veo tocando en una orquesta todo serio y vestido de frac.

¿Con el acordeón alegró a muchos jubilados?

Mis primeras actuaciones fueron en hogares de jubilados, sí. En el barrio de Gabierrota (Errenteria), donde vivían mis padres, se solía hacer una fiesta para los jubilados, me llamaban, y allí me iba yo con mi acordeón. Tendría diez años y tocaba pasodobles, valses, rancheras mexicanas€ No recibí nunca ninguna queja.

Se apunta a cualquier ritmo, a cualquier son.

Desde música clásica cuando estaba en el conservatorio, hasta salsa, jazz, he tocado con grupos punkis, he hecho rock€ También he hecho mucha charanga y he tocado en bodas, en verbenas... No me importa tocar de todo.

Parece que el reguetón no entra entre sus gustos musicales.

Particularmente no me llama la atención. Además, como todo estilo musical, se puede hacer bien o mal. No me atrae, pero he escuchado reguetón muy bien hecho. La temática que habitualmente usan para las letras no me llega en absoluto. Es de lo más barriobajero. Lo respeto, pero no va conmigo. La música es sentimiento y cada uno tenemos un sentimiento diferente y unos gustos que pueden no coincidir. A quien el reguetón le despierte sentimientos, pues bien para él.

¿En qué lugar coloca al acordeón, su primer instrumento?

Como te decía, va por temporadas. Terminé la carrera y acabé hasta el gorro del acordeón. Me aburrí de ese mismo instrumento del que me enamoré siendo un niño muy pequeño. Cuando terminé los estudios lo guardé, luego se vendió, les di a mis padres el título y les dije que hicieran con él lo que quisieran. Después Los Despistaos necesitaban un acordeonista, me animaron, me convencieron y me tuve que comprar un acordeón. Fue veinte años después de haber terminado la carrera. Ahora con Raúl Cimas lo llevo y me he vuelto a enamorar de este instrumento. Me sigue gustando, tiene una sonoridad muy bonita y me trae grandes recuerdos de infancia.

¿Cuántos instrumentos tiene en casa?

Demasiados. Los conté y ya no me acuerdo. Nosotros somos como los yonquis, cuando tenemos algo de dinero lo gastamos en nuestra droga. Siempre hay un saxofón que he visto, una guitarra que parece que te está llamando, uno de segunda mano que vende un colega y lo compras... Igual tengo cuatro o cinco piezas del mismo instrumento.

Vamos, como en una tienda musical.

Ja, ja, ja€ Más o menos. Los músicos solemos ser caprichosos en eso.

¿Dónde está su casa, en Madrid o en Errenteria?

Errenteria, sin duda. Mi vida está aquí. Madrid es mi lugar de trabajo, al que voy cuatro días a la semana, pero cuando terminamos de grabar el jueves me vengo a casa. En Errenteria están mi pareja, mi gente, mis amigos€

¿También se dedica su pareja a la música?

Para nada. No tiene nada que ver con esto. Además, canta fatal. Ella se ha dedicado a lo hostelería.

Se comenta que tiene previsto volver a la enseñanza.

Siempre lo he hecho. Llevo dando clases de música desde que tenía 18 años. Hice varias carreras de música: acordeón, saxofón, bombardino y tuba, y me gusta dar clases. Ahora he cogido la academia de música AMC en Donostia. Tiene un método muy interesante de enseñanza. Es un proyecto en el que tengo puesta mucha ilusión, muchas ganas y a ver cómo va la iniciativa.

¿Va a tener tiempo con tantos frentes abiertos?

Si lo que tienes delante te gusta, se saca tiempo de debajo de las piedras. Ahora estoy en el programa de Buenafuente, sí, pero nada es eterno y algún día terminará. Entonces me agarraré a las clases y a otras cosas.

PERSONAL

Edad: 48 años.

Lugar de nacimiento: Errenteria (Gipuzkoa), donde reside.

Estudios: Acordeón, saxofón, tuba y bombardino. Toca hasta 22 instrumentos, entre ellos, además de los anteriores, el oboe, la flauta, la armónica, el teclado o el helicón.

Inicios: Comenzó en la música siendo una criatura y a los 10 años animaba con un acordeón a los jubilados de su barrio con pasodobles, valses y rancheras mexicanas. A los 13 formaba parte de grupos musicales que actuaban en fiestas populares y verbenas. A esa edad, la música empezaba a ser una profesión y ya cobraba por tocar.

Trayectoria: Ha formado parte de bandas como Los del Gas, Los Torpes o Los Despistados. Ahora se le puede ver en Late motiv, de Andreu Buenafuente, con la superbanda del programa. Su grupo actual fuera de la tele se llama RocKalean. Ha colaborado con otras bandas como Barricada, Marea o La Orquesta Mondragón. Aunque ahora trabaje en Movistar+, pero también lo ha hecho en La 1 o en ETB. Compagina su actividad con el espectáculo de humor El lamentable circo de Raúl Cimas y la orquestina del Pirata y da clases.