Reconoce que hay muchos escépticos que niegan que los espíritus puedan ponerse en contacto con las personas cercanas que aún están en la Tierra. Mikel Lizarralde se presenta como el vínculo para que una serie de gente se despida, declare su amor o ajuste cuentas con los que habitan en lo que se denomina el Más Allá. Confiesa que supo con anticipación la fecha exacta en la que moriría su padre y que la predicción se cumplió. También ha visualizado su funeral, y "sé el día, el mes y el año en el que voy a morir", añade. Le gustaría que la información fuera equivocada, pero "sé que va a ocurrir como me lo han dicho". Para crédulos e incrédulos, el médium guipuzcoano habla de cómo empezó en un mundo tan poco tangible y lleno de luces y sombras que a muchos les pone los pelos de punta.

¿Qué diferencia hay entre un médium y un vidente?

Un vidente sería una persona sensitiva que puede predecir cosas concretas del futuro, pero no hay espíritus. Un médium, además de ser vidente, tiene la capacidad de contactar con personas que están en el Más Allá. Todos los médium son videntes, pero hay videntes que no son médium.

Pregunta obligada, además de muy tópica cuando se está ante alguien que tiene poderes extraordinarios. ¿Qué me diría si le pregunto el número que va a tocar en un sorteo de lotería?

Ja, ja, ja€ A lo mejor lo jugaría yo si lo supiera. No te lo podría decir. No funciona así, nosotros no somos adivinos. Los médiums conectamos a una o más personas que viven en la Tierra con otras que siguen viviendo, pero que están en el Más Allá.

¿Y hay un Más Allá?

Sí. Seguimos viviendo, no morimos, seguimos vivos después de ese cambio al que llamamos muerte. Conectar con seres del Más Allá puede dar mucha paz a la gente que busca hablar con ellos.

A nivel general somos muy incrédulos cuando alguien nos dice que es médium y que puede hacernos hablar con una persona que ha muerto.

Me gustaría saber por qué es tan difícil de creer. Es cierto que es algo muy desconocido, que no está reglado y que da lugar a la picaresca, pero quizá no entendemos muy bien lo que hace un médium. Lo que has dicho, vamos, el número de la lotería o cuántos hijos voy a tener. Me sorprende que la gente crea que vamos a adivinar, porque eso nosotros no lo hacemos. El problema es que algunas personas que dicen dedicarse a esto han hecho un espectáculo denigrante en los medios y han provocado la risa y el rechazo.

En su libro cuenta que supo con bastante anticipación el día en el que iba a morir su padre y también que conoce la fecha en la que usted mismo dejará este mundo. Duro, ¿no? ¿Cómo se sobrelleva?

Fatal. ¿Para qué quería saber yo esa información? ¿Por qué tenía que saber cuándo iba a morir mi padre? ¿Para qué tengo que saber cuándo voy a morir yo? Cuando recibí la información sobre la muerte de mi padre intenté negarla, intenté cambiarla. Me enfadé mucho.

¿Con quién?

Con los de arriba, pero luego lo vi como una oportunidad. Pude disfrutar de mi padre, no me quedó nada pendiente de decirle, le pude dar todos los caprichos. Al saber esa información la aproveché mejor y estuve más tiempo con él. Le llevé a Canadá, donde tenía una amiga a la que no había visto en 45 años, y también fuimos a Londres y allí se montó en el Metro con su txapela, fuimos a su restaurante favorito... Tuvimos muchos momentos de estar, hablar y pasear.

¿Acertó en la fecha su confidente del Más Allá?

Sí. Siempre hay un atisbo de esperanza, de que no te lo puedes creer, pero según se acerca la fecha ves cómo tu padre se va deteriorando y encontrándose peor.

¿Comentó con alguien lo que iba a pasar?

Tuve muchas dudas y lo pasé muy mal. Tengo la sensación que el duelo ya lo había pasado cuando él murió. Es algo que me pasaba de niño e intenté ocultarlo, intentaba taparlo y encima me culpaba.

¿Por qué?

Porque las cosas que decía que iban a ocurrir, pasaban. Creía que no estaba haciendo predicciones, sino que las estaba generando yo.

Dice saber también la fecha de su propia muerte. ¿Se lo ha dicho a alguien?

Sí, a grandes rasgos a mi pareja. No la fecha exacta, pero sí sobre qué edad. También me queda la esperanza de que no suceda, pero bueno, faltan muchos años.

Un alivio, supongo.

Ja, ja, ja€ También. Pero hay cosas que no te gustan saber y esta es una de ellas.

Decir que se quiere ser artista suele un shock para los padres, pero ¿cómo se dice: Aita, ama, yo quiero ser médium cuando sea mayor

Nunca lo dije. De hecho, yo no quería serlo, era como una dicotomía que llevaba dentro. Desde los 14 años intentaba decirle a todo el mundo que no sentía nada, que ya no tenía percepciones. Intenté hacer de todo menos eso. Pero por otro lado, me iba a leer libros en secreto de tarot, de mentalismo, de hipnosis€

Viviendo en Urretxu (Gipuzkoa), lo de los secretos tenía que ser un poco difícil.

Tienes razón. Me iba al pueblo de al lado, solo nos separa un río, así que también se enteraba todo el mundo. En la biblioteca cogía libros de ocultismo y me los leía. Así que existía en mí esa contradicción: no quería ser médium, pero por otro no me apartaba del todo. Nunca quise ser médium, pero me atrapó el destino.

Perdone, pero es que no tengo ni idea sobre su profesión. ¿Se puede estudiar para médium?

Yo estudié en Canadá con Marilyn Rossner y su marido. Son autoridades mundiales en este campo. Iba a ir para un año y estuve dos y medio.

¿Cómo justificó el viaje en casa?

A mis padres no les dije para qué iba a Canadá porque no me iban a dejar ir. Les dije una mentirijilla, que iba a perfeccionar mi inglés y a aprender francés.

¿Y le creyeron a pies juntillas?

Al principio igual sí, pero se descubrió el pastel estando yo allí y se enfadaron, claro. Me acuerdo de que mi padre me decía bastante cabreado: Si estuvieras aquí te diría de todo. Pero tampoco les sorprendió mucho porque conocían mi trayectoria.

¿Qué piden sus clientes?

Normalmente vienen personas que han perdido a un familiar y quieren saber cómo está. En ocasiones no se han podido despedir y quieren hacerlo.

¿Cómo es una sesión?

Cuándo viene alguien hace preguntas, pero yo procuro saber de ese alguien lo menos posible. Lo que hago es conectarme por voz y sobre sus cabezas se abre una gran pantalla de cine. Les voy diciendo lo que veo, lo que siento, lo que me están diciendo.

¿Ha habido gente famosa en su consulta?

Sí; no es la gran mayoría, pero sí que acude gente muy conocida.

Los políticos€

Pues mira, sí. Alguna de esas personas famosas está en el mundo de la política.

¿Y quieren saber que va a pasar en las elecciones?

Ja, ja, ja€ Eso no, eso es como acertar el número de la lotería. Los casos que he tenido vienen por temas más personales de su vida o de alguna pérdida. Tuve un caso, un famoso a nivel estatal, que vino porque su mujer le dijo que tenía que ir a mi consulta. Él llegó muy escéptico, pero luego nos hicimos amiguillos.

¿Da su profesión para vivir medianamente bien?

Depende, al menos en mi caso. Yo nunca he buscado este trabajo, nunca me he anunciado. Una vez apareció una señora que me tocó el timbre, que había escuchado en una conferencia de Marilyn Rossner que había venido de Canadá y que me quería como médium. Estuve dos horas con ella y nunca pregunté cómo supo mi dirección, fue algo extraño, pero luego trajo a su hermana, la hermana a la cuñada y así empezó todo. Y hasta hoy. Pienso que toda mi vida es algo del destino. Soy un chico de pueblo sin grandes pretensiones. No necesito lujos.

Un nuevo mensaje es el título de su libro. ¿Qué es lo que nos quiere transmitir?Un nuevo mensaje

El mensaje de mi libro es que no morimos.

Una teoría que puede ser cuestionable.

Supongo que sí. El libro habla de quién soy, de cómo descubrí este don, de las experiencias que tuve. También quiero que los lectores se acerquen a lo que es realmente ser un médium, no a esa visión estilo Hollywood que algunos pueden tener por los espectáculos televisivos que han visto. También quiero que el libro pueda servir para personas que tienen sensaciones y percepciones como las que tengo yo, pero que no saben a quién acudir o no tienen referentes. Eso es lo que me pasó a mí.

PERSONAL

Edad: 43 años.

Lugar de nacimiento: Urretxu (Gipuzkoa).

Trayectoria: Comenzó a tener percepciones sensoriales a los 11 años, cuando le llegó la información de la fecha exacta de la muerte de un vecino. Asegura que nunca quiso dedicarse a la videncia o a ser médium, pero su resistencia fue debilitándose y siendo muy joven se fue a Canadá para estudiar con una de las médium más famosas del mundo, Marilyn Rossner. Acaba de publicar un libro Un nuevo mensaje.