Para muchos, la llegada del del calor y el buen tiempo dan lugar a la inauguración de la temporada de terrazas. Conversar con nuestros amigos de toda la vida, compartir cotilleos o recordar viejas anécdotas, todo ello es posible gracias al conocido 'salir a tomar algo'.

Asimismo, muchos buscan refrescarse mediante las bebidas y es ahí donde entra en juego la cerveza. La llamada 'rubia' es precisamente el refresco preferido por los españoles, sobre todo durante los días de mucho calor. Sin embargo, se cae en el error de que la cerveza cuanto más fría mejor.

Lo importante de la bebida es la temperatura a la que se sirve y eso depende mucho del tamaño, del formato en el que se pida y de la variedad que se elija. Además, no es lo mismo un botellín, una lata o una caña de barril. Aquí tienes algunas del as razones por las que no es recomendable tomar una buena cerveza en un vaso congelado.

La primera de ellas es que impedimos que ésta ofrezca toda la gama de aromas y sabores que la caracterizan. Nuestro olfato percibe menos sustancias a temperaturas más bajas y las papilas gustativas dan una señal menos intensa, por lo que tomar muy fría la cerveza hace que no la disfrutemos al cien por cien.

Cuando el hielo se incorpora a la pared del vaso y se va calentando, este se derrite y se acaba incorporando a la cerveza aguándola.

En un congelador el hielo pegado a la copa absorbe los sabores. Normalmente, las jarras en las que se suele servir están guardadas en arcones que comparten sitio con alimentos congelados como carnes o pescados, por lo que servir una copa con estos alimentos adheridos a la pared no es una experiencia agradable.

Otro problema es la espuma, uno de los elementos que caracteriza al refresco. Y es que, los cristales de hielo adheridos a las paredes de los vasos provocan problemas a la hora de formar la espuma, que cambia al entrar en contacto con el líquido y rompe la armonía de la cerveza y baja el nivel de cremosidad.

Otro factor importante es que servirla a temperaturas muy bajas provoca una mayor retención de CO2. Esto provoca que al tomarla tendremos un trago que nos va a llenar mucho más.

Por último, el contraste térmico entre el vaso metido en el frigorífico sometido a temperaturas mucho más altas, a la larga puede provocar que se rompa nuestro vaso favorito.

Con todo esto, ahora ya sabes cuál es la importancia de no servir la cerveza en una jarra congelada y por qué es importante que esta presente su esencia, la espuma y todos sus aromas que la caracterizan. Unos grados abajo van a tener efecto sobre el sabor, la textura, el aroma...

Temperaturas según tipos de cerveza

Lager 6 grados.

Pale aleentre los 9 y los 13 grados

8 y los 10

cervezas de trigo 4 y 7 Sour IPAs 7 a 10 gradosdunkel o doppelbock 7 y 11 grados nunca superen los 12 grados.