En breves fechas España reconocerá al Estado palestino, en una medida que pretende conceder un estatus internacional a su pueblo, en la línea de la última resolución de Naciones Unidos, que obligue a Israel a llevar a cabo un proceso de paz sostenible en la zona. Pero esta posición de España no es ni mucho menos común en el seno de la Unión Europea que, tras mostrar su fortaleza y unidad en crisis como el brexit, la pandemia o la guerra en Ucrania, se ha roto en pedazos ante el conflicto e Gaza. Desde Alemania, que desde un principio ha mostrado su apoyo a Israel tras el ataque de Hamás, a la más cercana a Palestina, representada por España e Irlanda, la mayoría de los Estados miembros navegan en una indefinición tramada en torno a la teoría de una paz basada en los dos Estados, pero permitiendo una negociación entre ambos para llegar a ese punto, que nunca se produce.

España e Irlanda

Dos los países europeos que están dispuestos a legitimar un Estado palestino, seguramente la próxima semana: España e Irlanda. España ha sido un promotor principal de este movimiento dentro de la Unión Europea, con Pedro Sánchez señalando que el reconocimiento del Estado palestino es una prioridad en su política exterior. Sánchez ha indicado que prefiere un enfoque coordinado con otros países de la UE en lugar de un reconocimiento unilateral, pero el tiempo avanza y la situación en Gaza no hace sino agravarse. Eslovenia también ha anunciado que está de acuerdo con esta posición mientras que Bélgica y Malta también lo barajaban, pero finalmente esperarán a ver como se desarrolla la situación. La estrategia que pretende el reconocimiento del Estado palestino se basa en la necesidad de establecer un equilibrio en el statu quo internacional de ambas partes del conflicto. España considera que el pueblo palestino con un Estado reconocido tendrá más fuerza a la hora de sentarse a negociar la paz con Israel.

Suecia y exrepúblicas soviéticas

En Europa, varios países ya han reconocido formalmente a Palestina como Estado. Suecia fue el último de la Unión Europea en hacerlo, otorgando reconocimiento oficial el 30 de octubre de 2014. Además, otros países europeos, como Islandia, reconocieron a Palestina en 2011. Antes del reconocimiento formal de Suecia, algunos países del antiguo bloque oriental ya habían extendido su reconocimiento en los años 80, durante la Guerra Fría, como Polonia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. Después de un período de cambios políticos, en 1988, Yugoslavia y Checoslovaquia también reconocieron a Palestina tras la Declaración de Independencia Palestina. Cuando en noviembre de 1947 Naciones Unidas recomendó la partición del territorio de Palestina: uno israelí y otro palestino, comenzó un conflicto que duraría más de siete décadas y que continúa a día de hoy, debido, en gran parte, a que al menos 80 países no reconocen a uno de los dos Estados, imposibilitando la de definición de un territorio y sus fronteras.

Francia y Alemania

Francia siempre ha evitado pronunciarse de forma clara. Y se ha escudado en su compromiso para trabajar y consolidar la solución de los dos Estados. El caso más difícil es el de Alemania debido a su relación especial con Israel, que hace casi inconcebible el reconocimiento de Palestina. El peso del genocidio del holocausto es un impedimento en la clase política y en la sociedad alemana para dar un paso unilateral de reconocimiento del Estado palestino, que está en las antípodas de lo que Berlín puede aceptar. El reconocimiento es un punto de partida, en ningún caso un punto final. Lo primero que se pretende es forzar a Israel a un alto el fuego, la apertura de corredores humanitarios por carretera y el inicio de negociaciones entre Israel y Palestina, que defina las fronteras de ambos territorios de modo sostenible. Se trata de encontrar agentes duraderos para construir esa paz duradera y entre ellos, no se encuentra Hamás, pero sí la Autoridad Palestina.