El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó ayer que ha sacado varias lecciones de los disturbios que sacudieron el país durante una semana hace menos de un mes, y las principales son que hace falta orden e imponer más autoridad a los jóvenes, algo que corresponde en primer lugar a las familias. “Mi primera lección es orden, orden y orden. La segunda es que nuestro país necesita una vuelta de la autoridad en cada nivel, y en primer lugar en las familias”, subrayó ayer Macron en una entrevista en televisión que en principio debía servir para hacer balance de los 100 días de actividad de su Gobierno, marcados por la polémica aprobación de la reforma de las pensiones a mediados de abril.

El presidente, que fue entrevistado por las dos grandes cadenas generalistas de televisión desde Nueva Caledonia, territorio francés en el que ha iniciado una gira de una semana en Oceanía, consideró “incalificable” la violencia de los disturbios que se prolongaron durante una semana tras la muerte por un tiro policial el 27 de junio de un menor de 17 años que trataba de escapar de un control. Hizo hincapié en que desde entonces “lo que ha prevalecido es la vuelta al orden” y eso gracias a “un despliegue inédito” con 45.000 agentes de las fuerzas del orden, que permitió poner fin a los altercados “en cuatro días”, cuando en los disturbios que hubo en 2005 se había tardado tres semanas.

Destacó también que esa acción policial, con 4.000 personas detenidas, tuvo su corolario en “una respuesta judicial implacable”, con cientos de arrestados enviados ante los tribunales y “decisiones judiciales muy rápidas”.

Emmanuel Macron se refirió al hecho de que entre los autores de los altercados “hubo muchos jóvenes”, que entre los arrestados la media de edad era de 16 años, que esos jóvenes se caracterizan por proceder de “un marco familiar fragilizado” y que a su parecer la respuesta tiene que venir de la mano de una mayor autoridad.