Bruselas – La Unión Europea anunció ayer un acuerdo entre Serbia y Kosovo para poner fin a la crisis abierta por la polémica ley kosovar que impone a las personas provenientes de Serbia cambiar sus matrículas y entregar sus documentos de identidad, para ser reemplazados por otros emitidos en Pristina.

“Tenemos un acuerdo”, anunció ayer en Twitter el Alto Representante de Política Exerior, Josep Borrell.

“Serbia ha acordado abolir los documentos de entrada/salida para los titulares de documentos de identidad de Kosovo, mientras que la parte kosovar ha acordado no introducirlos para los titulares de documentos de identidad serbios”, explicó.

“Los serbokosovares, así como todos los demás ciudadanos, podrán viajar libremente entre Kosovo y Serbia utilizando sus tarjetas de identificación. La UE acaba de recibir garantías del primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, para este fin”, añadió Borrell.

El máximo responsable diplomático de la UE se congratuló del fin de este conflicto gracias a “una solución europea”. “Felicitamos a ambos líderes por esta decisión y su liderazgo”, añadió Borrell.

Serbia y Kosovo protagonizaron otro episodio de su largo enfrentamiento desde que las autoridades kosovares planearan dejar de reconocer los documentos de identidad serbios a principios de agosto. Las autoridades serbias no reconocen los documentos kosovares.

En su respuesta, militantes serbios acabaron bloqueando el acceso a dos cruces fronterizos en el norte de Kosovo, que está predominantemente poblado por serbios. La Policía de Kosovo informó de que perpetradores no identificados dispararon contra oficiales kosovares. Nadie salió herido en el incidente.

La crisis obligó a pronunciarse a la misión de la OTAN en Kosovo, que recordó que está lista para tomar cualquier medida que sea necesaria para garantizar la estabilidad en Kosovo, incluido un mayor despliegue de efectivos.

A finales de julio se vivieron momentos de máxima tensión en la zona fronteriza entre ambos países ante la inminente entrada en vigor de unas medidas que Pristina calificó como de “reciprocidad”, por las que dejaba de aceptar los documentos de identidad y las matrículas de coches de Serbia.

Presiones de la UE

Gracias a la presión de la UE, Kosovo accedió entonces a suspender la entrada en vigor de sus medidas por un mes, hasta el 31 de agosto.

El pasado día 18, Josep Borrell citó en Bruselas a una cumbre a los líderes de Serbia, Aleksandar Vucic, y Kosovo, Albin Kurti, que terminó sin acercamientos para rebajar las tensiones. El diálogo promovido por la UE había facilitado escasos avances hasta ahora, a excepción de algunos acuerdos puntuales, pese a que fue un formato abierto por ellos mismos en el año 2011 y que es clave en sus aspiraciones de entrar al club comunitario.

Ahora mismo, Serbia es candidato a la adhesión y es uno de los países en la lista que, además, tienen abiertas las negociaciones, aunque estas se han estancado en los últimos años –en parte por los acercamientos de Vucic con la Rusia de Putin–. Kosovo, al que no reconocen cinco Estados miembros, se mantiene como candidato potencial. – NTM

En corto

l Nuevo gobierno en Serbia. El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha propuesto este sábado de nuevo como primera ministra a Ana Brnabic, casi cinco meses después de las elecciones en las que el gobernante Partido Progresista revalidó su mayoría.

Brnabic, de 46 años, ascendió al cargo por primera vez en 2017, en sustitución del propio Vucic, y encara su tercer mandato. “Tengo una gran confianza en Ana. Es extraordinariamente leal al país”, dijo el jefe de Estado. Esta apuesta, sin embargo, podría no ser definitiva, ya que Vucic prepara una gran remodelación.

l Independencia. Kosovo, que está habitado en su mayoría por personas de etnia albanesa, se separó de Serbia en 1999 y declaró su independencia en 2008. Serbia no ha reconocido la independencia de Kosovo y continúa reclamando el territorio.