El Gobierno alemán insistió ayer en que Rusia no es “un socio fiable”, tras reanudarse los suministros a través de Nord Stream, y respaldó la propuesta de la Comisión Europea (CE) de reducir el consumo de gas en un 15%, incluido en aquellos países que no dependen de la energía rusa.

“Es una propuesta correcta”, afirmó el ministro de Economía y el Clima, el verde Robert Habeck, para recordar que ésta no es aún algo “acordado” y que topa con el rechazo de otros países del bloque comunitario. Habeck, vicecanciller en el tripartito liderado por Olaf Scholz, aludió a la negativa de aquellos socios que no ven por qué deben reducir su consumo, ya que no tienen una fuerte dependencia del gas ruso, como Alemania.

A su juicio, lo correcto es mantener el principio de “unidad” en la respuesta a Moscú y que todos los países “contribuyan” a reducir ese consumo, de acuerdo al principio de “solidaridad” formulado por la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. Según Habeck, se ha demostrado, tras la “absolutamente injustificable agresión a Ucrania”, que Rusia no es “un suministrador fiable”, sino que aprovecha “cualquier pretexto” para practicar la “extorsión” hacia Alemania y el conjunto de Europa.

Alemania ha reducido su dependencia del gas ruso. En febrero significaba el 55 % del total de sus importaciones y ahora es el 26%.