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Tribuna Abierta

Crisis climática y responsabilidades legales

En la actualidad se cuenta con una base más sólida para exigir responsabilidades legales a los grandes causantes del cambio climático.

Crisis climática y responsabilidades legalesEP

En abril de 2024, las “Mujeres mayores por el clima” (KlimaSeniorinnen), que son un grupo de mujeres suizas mayores de 64 años lograron en abril de 2024 una sentencia histórica del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), tras la presentación de una demanda contra su país que condenó a Suiza por no hacer lo suficiente contra el cambio climático, violando así los derechos humanos de las personas mayores. La demanda alegó que la inacción climática del Estado suizo afectaba su salud y bienestar, especialmente durante las olas de calor.

Las demandantes argumentaron que las mujeres mayores son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, sufriendo problemas de salud y limitaciones en su vida diaria debido a fenómenos como las olas de calor.

La acción judicial de las KlimaSeniorinnen, iniciada en 2016, se convirtió en un caso emblemático de litigio climático, donde un tribunal europeo condenó a un estado por su inacción climática, estableciendo un importante precedente legal.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló a favor de las mujeres suizas, declarando que Suiza estaba violando sus derechos humanos. El fallo condenó la inacción climática del estado, requiriendo a Suiza adoptar medidas más efectivas para proteger los derechos de sus ciudadanos mayores frente a la crisis climática.

Más recientemente, el pasado 23 de julio la Corte Internacional de Justicia (CIJ) decidió declarar que la inacción frente al cambio climático puede ser sancionada por el derecho internacional. Se trata de una opinión consultiva, que establece la obligación legal de los Estados de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger a la ciudadanía. Si bien no es jurídicamente vinculante por el momento, abre caminos y supone un importante impulso para cuestionar la actitud pasiva e irresponsable de muchas administraciones en materia del medio ambiente. En un futuro próximo, la inacción podría derivar en sanciones, reparaciones económicas muy fuertes y, en resumidas cuentas, en responsabilidades penales ante las demandas que ya se han empezado a realizar.

La declaración responde a la iniciativa de un grupo de jóvenes de Vanuatu, un pequeño estado insular del Pacífico, que es uno de los lugares del planeta más vulnerables al cambio climático, sufriendo un aumento del nivel del mar más del doble del promedio mundial, lo que causa erosión costera, intrusión de agua salada y el desplazamiento de comunidades. La iniciativa fue apoyada por más de 100 países y presentada formalmente ante Naciones Unidas. La Asamblea General consultó al tribunal internacional, que ya se ha pronunciado sobre dos cuestiones clave: las obligaciones que tienen los Estados, de conformidad con el derecho internacional, para afrontar la crisis climática, y las consecuencias jurídicas que podrían afrontar en caso de pasividad que pudiera conllevar daños evitables.

Algunos puntos de esta declaración de la Corte Internacional de Justicias (CIJ) que son importantes mencionar: asumen que “las consecuencias del cambio climático son graves y de gran alcance, afectando tanto a los ecosistemas naturales como a las poblaciones humanas. Estas consecuencias subrayan la amenaza urgente y existencial que representa el cambio climático”. Reconocen que el cambio climático es un “riesgo existencial universal”, inequívocamente causado por la actividad humana, y que los Estados miembros tienen el deber de prevenir daños significativos al medio ambiente actuando con la debida diligencia y de utilizar todos los medios a su alcance para evitar que las actividades realizadas bajo su jurisdicción o control causen daños significativos al sistema climático y al medio ambiente.

A su vez, el pasado 3 de septiembre, un estudio de ETH Zurich (una universidad pública de investigación situada en la ciudad suiza de Zurich) publicado en Nature abre la puerta a litigios climáticos contra los grandes emisores de CO2. La industria fósil podría ser llevada a juicio en la siguiente dana, grandes incendios, sequías y destrucción de cosechas, etcétera, si se comprueba que hay un vínculo claro entre estos desastres y la industria fósil.

Según este estudio de ETH Zurich, entre 2000 y 2023, 213 olas de calor extremas fueron significativamente más intensas y probables debido al cambio climático.

La mitad de ese aumento se debe a las emisiones de 180 grandes productores de combustibles fósiles y cemento, incluyendo Aramco, Gazprom, ExxonMobil, Chevron, BP, Shell, entre otras. Catorce de estas 180 entidades destacan sobre el resto y han hecho la misma contribución al cambio climático que las 166 organizaciones restantes juntas. Según estos resultados, los cinco mayores productores de combustibles fósiles entre entidades estatales o empresas privadas provienen de la ex Unión Soviética, seguidos por la República Popular China -debido a la producción de carbón- y las compañías petroleras Saudi Aramco, Gazprom y ExxonMobil.

Lo más importante: una cuarta parte de esas olas de calor no habrían ocurrido sin el calentamiento global causado por estas empresas. Este avance en la ciencia de la Atribución Climática proporciona pruebas sólidas para llevar a juicio a los responsables. La atribución climática es el proceso científico de determinar si el cambio climático ha influido en la frecuencia o intensidad de eventos meteorológicos extremos y, de ser así, en qué medida. Utiliza modelos climáticos para comparar el mundo real con un hipotético mundo sin las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano.

Como señala el autor principal, el investigador Yann Quilcaille del ETH Zurich, “el estudio puede ser usado como evidencia científica en litigios climáticos, y la investigación supone un paso importante hacia la rendición de cuentas”.

Los eventos meteorológicos adversos ya están impactando a millones de personas provocando hambrunas y muertes. Hay que exigir responsabilidades a quienes no hacen lo suficiente, desde los gobiernos a las empresas, que han priorizado sus intereses económicos, aunque ya sabían desde la década de 1980 que la quema de combustibles fósiles llevaría al calentamiento global. Los tribunales no pueden ignorar su responsabilidad de proteger los derechos presentes y futuros.

Estos precedentes jurídicos frente a la inacción climática responden a una larga estrategia por parte de la sociedad civil organizada de todo el mundo de llevar la emergencia climática a los tribunales y marcará un punto de inflexión en el derecho climático en todo el mundo.

De esta forma, en la actualidad se cuenta con una base más sólida para exigir responsabilidades legales a los grandes causantes del cambio climático.