Todos estamos pensando en la crono y en la etapa del sterrato, que rematarán el primer bloque del Tour. En la crono se van a ver cositas. Veremos qué pasa, pero el otro día Vingegaard hizo la etapa del Galibier con monoplato y me dio la impresión de que le faltó desarrollo en el descenso. Veremos si perdió tiempo por eso o porque sus piernas no daban más de sí. El examen de la crono será importante para todos y situará el rumbo del Tour. Pogacar es el líder, pero el favorito para la crono es Evenepoel. Es perfecta para sus características. Luego habrá que ver cómo está el danés, que el año pasado se marcó una crono impresionante que decidió el Tour. Roglic también está llamado a hacer una buena crono. Va a ser un momento clave para la carrera porque puede reforzar a unos y debilitar a otros. En la etapa del Galibier se vio algo, pero la crono deberá aclarar cosas. Expectación máxima. En cuanto a la etapa con final en Dijon, más allá del amago de los abanicos, un día de calma para los favoritos resuelta en una llegada al esprint, donde no existe un dominador claro. Groenewegen ha esprintado mejor que nadie en Dijon. El Uno-X también ha trabajado bien, pero creo que se ha expuesto demasiado pronto, a casi tres kilómetros del final. Es demasiado tiempo tirando. Se han quedado bastante lejos a pesar de que han trabajado mucho. Kristoff no estaba en el lado correcto del esprint, lo que demuestra que hay que medirlo bien todo. Se han vaciado. Hay que llegar a los últimos 400 metros para que entre el lanzador. Eso ha perjudicado a Kristoff. En las tres llegadas al esprint ha habido tres ganadores distintos. El hecho de que no haya un favorito claro en las llegadas masivas implicará que estas sean más peligrosas porque hay más corredores que creen que pueden tener opciones de vencer. Ahora espera la crono, un día clave.
El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk zarauztarra