El Tour ya está en marcha. Era una etapa, por recorrido y por cómo llegaba Vingegaard a la carrera, para probar al danés. El Tour es la primera carrera que corría tras su dura caída en la Itzulia. Era su primer día de competición y parecía lógico que el UAE le probara, pero el UAE no ha sido valiente del todo. Han querido examinarle y se han dado cuenta que uno de los suyos, Ayuso, no iba top y no han querido arriesgar.
Han preferido quedarse con todas las opciones en un Tour que se antoja en un mano a mano entre Pogacar y Vingegaard siempre que el danés esté bien. Han optado por no eliminar a Ayuso cuando lo valiente hubiera sido medir de verdad a Vingegaard para saber si está fino. No han despejado la duda de saber cómo está realmente el danés por miedo a perder la baza de Ayuso. Creo que deberían haber sido más agresivos teniendo en cuenta que se espera un duelo cerrado entre el esloveno y el danés. Por contra el Visma ha corrido con inteligencia. Han tirado en momentos puntuales y han dejado entrever que están mejor de lo esperado. En cuanto al desarrollo de la etapa, el DSM ha firmado una exhibición. Es un equipo diferente al resto, pero si algo tiene es que corre con las ideas muy claras.
Tienen su forma de entender las carreras y de competir. Eso les ha concedido el doblete en Rímini con Bardet y Van der Broek. Han sido valientes y lo han hecho todo perfecto. Hablamos de una estructura que es un tanto particular en su manera de trabajar, pero les da resultados. En el lado opuesto, hemos podido observar el planteamiento del Astana para este Tour, que no es otro que lograr el récord de victorias de etapa con Cavendish.
El británico ha salvado el fuera de control después de sufrir muchísimo. Si en la toma de contacto estás así, no quiero ni pensar cómo estará en el décimo día del Tour. Cambiar las dinámicas es muy difícil. Para mí, supeditar todo a Cavendish es un error. Es el esprinter que menos en forma está. Es muy complicado que consiga batir ese récord. El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk