¿Preparado para disfrutar del Tour?

La verdad es que tener en casa la mejor carrera del mundo va a suponer una gozada. A ver si sale todo bien y, como dices, podemos disfrutar de un evento así.

¿Guarda recuerdos de la edición que arrancó en Donostia en 1992?

De aquel Tour en sí mismo no muchos, la verdad. Me pilló durante aquella época en la que pasé a profesionales, me recalifiqué a aficionados y volví luego a dar el salto. Seguramente me estaría preparando para alguna carrera, todavía sin perspectivas cercanas de llegar a correr una prueba así pero con la motivación que esta siempre implica en el ciclismo base. Ves pasar por tus carreteras de entrenamiento a los mejores corredores del mundo y eso siempre provoca que los chavales se animen y se ilusionen.

¿Confía en que esa especie de efecto contagio vuelva a darse con motivo del Tour 2023?

Sí, espero que se repita. Parece evidente que, sobre todo tras la pandemia, nuestro deporte ha experimentado algo parecido a un boom, pero básicamente a nivel de cicloturismo. Los que trabajamos en las escuelas, mientras, echamos de menos que ese mismo boom afecte igualmente a las raíces, a los más jóvenes. Ojalá ver ciclismo de élite mundial tan de cerca les anime a intentar participar en espectáculos semejantes, dedicándose a la bicicleta para tratar de ser profesionales algún día.

El ciclismo es un deporte muy sacrificado, y muchos sostienen que la juventud de hoy en día no está dispuesta a renunciar a ciertas cosas ni a ejercer ciertos sacrificios.

Es posible que los chavales y las chavalas de ahora tengan esa mentalidad, pero le doy la vuelta a su argumento y les lanzo otra pregunta. ¿A cuántas cosas renuncian también ellos mirando las redes sociales o jugando con el móvil? Yo les animaría a que dediquen todo ese tiempo a otras cosas, no tan digitales o virtuales y sí más reales. Por ejemplo, al deporte en general o al ciclismo en particular. Tengo la sensación de que el deporte les gusta, y mucho además. Se trata de que dejen de seguirlo de forma sedentaria y de que se animen a practicarlo. El ciclismo o cualquier otro, ¿eh? Me da igual.

Hablando del ciclismo base... ¿Cómo está el asunto de los motoenlaces para las pruebas que se celebran en Gipuzkoa? Salieron adelante con lo que en marzo se denominó “parche”.

Sigue siéndolo. Fue un parche que sigue vigente. La solución definitiva al problema no está en la Diputación ni en el Gobierno Vasco... Creo que este es un asunto que hay que tratar a nivel estatal, porque tiene sus ramificaciones y al final repercute en el ciclismo y en los ciclistas de todos los territorios. Al fin y al cabo, las carreras de Gipuzkoa las disputan corredores de Bizkaia, de Araba, de Castilla y León o de Catalunya. Además, en otros sitios, en Bizkaia por ejemplo, los mismos motoenlaces ya están mirando hacia aquí para ver qué movimientos se dan, porque, repito, el problema es más global de lo que parece.

Atiende a la actividad de los motoenlaces y a la ausencia de un reconocimiento de su labor en clave profesional.

En la mayoría de los deportes, en fútbol, baloncesto, balonmano y demás, los partidos se juegan en un punto muy concreto, en una cancha o en un campo. En el ciclismo, mientras, el terreno de juego está en carreteras que hay que cortar y vigilar. Las carreras necesitan organizadores. Y los organizadores necesitan motoenlaces. ¿Soluciones? Desde la Federación Guipuzcoana, más que soluciones, buscamos una mesa redonda que involucre a todas las partes y en la que analicemos a fondo la situación para encontrar la forma de sacarla adelante. En estos últimos meses, precisamente a raíz de la próxima salida del Tour, bien que nos han pedido voluntarios... Pues nosotros también queremos reuniones para tratar otros temas.

¿Van a haber problemas con la disponibilidad de esos voluntarios?

No, porque los clubes, que son a quienes se han solicitado esas personas, están por la labor y quieren ayudar al Tour. El problema reside en que el propio Tour y el Gobierno Vasco han encomendado tareas organizativas a una empresa intermediaria, que es la que se ha reunido con las tres federaciones (alavesa, vizcaina y guipuzcoana) para solicitar voluntarios. La respuesta ha sido que sí, que esos voluntarios se facilitan, pero que el ciclismo base también necesita ayuda, aprovechando que ahora viene la mejor carrera del mundo. Claro, la empresa intermediaria ha replicado que no tiene por qué solucionar nada en la cantera, que solo tiene que solucionar la organización del Tour... Y yo pregunto: ¿pero el Tour qué es?, ¿el Tour no es ciclismo también? Porque si el Tour es solo mercancía, que no recurran a los clubes y que busquen auxiliares por sus propios medios.

O sea que su colaboración la tendrán, pero a regañadientes, sin obtener nada a cambio.

A ver, si al final el Gobierno Vasco o las diputaciones, que son las entidades que nos aportan, nos obligan en cierto modo a colaborar, nosotros tendremos que hacerlo. Pero pienso que esa no es la vía ideal. Repito que la vía es organizar una mesa redonda y buscar soluciones para el futuro. No sé cuántos ciclistas euskaldunes van a haber en la salida del Tour, pero la gente tiene que entender que esos corredores han salido de la base, creciendo y entrenando mucho para llegar hasta donde lo han hecho. Si no se mira hacia abajo para ver lo que trabajamos en la cantera... Pues eso, si no se mira hacia abajo, igual en el próximo Tour que salga de Euskadi, dentro de equis años, no habrá ningún corredor vasco.

Le iba a preguntar precisamente respecto a ello, pero me ha respondido ya con su última frase.

Es que es así. En mi época, las categorías de juveniles y cadetes tenían que dividirse en función del año de nacimiento, por una cuestión de masificación de ciclistas. Obviamente, de la cantidad salía la calidad. Ahora, mientras, no hace falta decir que aquello no ocurre ni por asomo. ¿Qué pasará en un futuro? Pues no lo sé. Bienvenido sea el Tour de Francia, pero no me está gustando nada cómo se ha gestionado su llegada.

¿Disfrutaremos al menos de los Aranburu, Bilbao, Landa y compañía durante las etapas vascas?

Son corredores que se van a mover, cazadores con muchísima clase. Sin embargo, de cara a la general, habiendo una crono de por medio y por muy corta que sea, veo difícil conseguir una buena clasificación. Además, hay que tener en cuenta que están Pogacar y Vingegaard, a quienes pueden sumarse posibles sorpresas como Van Aert. Se ha entrenado como el que más, ha perdido peso y parece que nadie sabe nada de él... Veremos. También habrá que tener en cuenta a otros ciclistas muy bien situados en el ranking internacional, pero siempre un escalón por debajo de los dos favoritos.

¿Qué espera para esos dos días de arranque?

Hablamos de etapas complicadas, porque son las primeras y porque, a alturas tan tempranas de un Tour, asumir la responsabilidad es difícil para los equipos de los grandes candidatos. Siempre dejan un margen para que ganen otros y corresponda a estos controlar la carrera. Pero claro, cuesta recordar un inicio tan ratonero como el de Euskadi. Alguno parecido ya se ha dado, en Bretaña por ejemplo, pero no de forma tan acusada. Nadie en el pelotón podrá tumbarse en el sofá, lo que en el argot ciclista alude a situarse cómodamente a cola del grupo, porque la colocación apunta a ser fundamental. Y esto implica un peligro claro.

¿Cuál?

Hoy en día todos los bloques corren igual, delante y protegiendo a su líder en fila india. Digamos que aquellos pelotones en forma de flecha han pasado a mejor vida, en beneficio de unas formaciones, las actuales, que resultan muy peligrosas. Todos los equipos quieren situar delante a sus líderes, pero en la carretera no hay sitio para todos. ¿Mi pronóstico? Nadie ganará el Tour en Euskadi, obvio, pero igual sí vemos quién no está preparado para llevárselo.

O sea que caerá alguna careta que otra.

Digamos que pueden haber sorpresas. Quizás no suficientes para descartar a alguien, pero sí para constatar que un ciclista o varios no han llegado todo lo bien que quisieran.

Aludía antes al duelo entre Pogacar y Vingegaard...

Hay que decir, para empezar, que UAE y Jumbo cuentan con dos bloques espectaculares. Ineos, mientras, tiene un nivel muy similar, aunque sin un líder claro para optar a la general. Esto último puede incluso ayudar a la hora de dar juego y salsa a la carrera, aunque la gran clave está en el modo en que los dos favoritos han encarado el Tour. Vingegaard ha completado una preparación muy adecuada, con sus picos de forma, con sus descansos... Pogacar, mientras, se ha podido ver condicionado por la lesión sufrida en Lieja. Desde entonces no ha competido y ha tenido, digamos, una preparación muy lineal, muy continua. Podría acusarlo al final, en los Alpes, si no se dosifica bien durante la primera parte de la carrera.

El Tour solo tiene 22 kilómetros contrarreloj. ¿Qué opina usted al respecto? Fue especialista de la disciplina y también diseñador de recorridos: tiene una visión muy completa del asunto.

Las cronos tiene que estar sí o sí en una gran vuelta. Esa visión completa que comentas me ha hecho saber que mucha gente estima aburridas las contrarrelojes: la audiencia televisiva prefiere asistir a duelos mano a mano durante etapas en línea. Sin embargo, yo siempre subrayo que las cronos también aportan a largo plazo, porque pueden generar en la clasificación un panorama que obligue en mayor medida a atacar en la montaña. Al típico escalador que pierde dos minutos en la contrarreloj ya no le va a valer con atacar a cinco kilómetros de meta en un puerto, igual tiene que hacerlo en la subida anterior. Ah, y tampoco creo que debieran perderse las cronos por equipos.

¿Pero se van a perder?

Bueno, cada vez hay menos. Y si no se organizan en las grandes vueltas, ¿en qué carreras se van a organizar? Es una disciplina muy bonita, en la que se aprecia bien lo trabajados que están los equipos. Igual habría que matizar los efectos de los tiempos en una clasificación general, pero la disciplina en sí misma es muy bonita y debe sobrevivir.

¿Qué significa el Tour en cuanto a dimensión si lo comparamos con el resto de carreras del calendario?

Para empezar, el Tour no es un acontecimiento únicamente deportivo: tiene mucho de mediático y sirve para vender país. Aquí repito lo que te comentaba antes: el ciclismo no se practica en estadios; pasa por ciudades, paisajes o monumentos, y ayuda a que el telespectador desee viajar a este o a aquel lugar. Todo esto mueve un mercado impresionante.

¿Y qué hay de lo deportivo?

Deportivamente, no me atrevo a decir que el Tour lo es todo, pero sí creo que condiciona todos los análisis que se hacen en el ciclismo. Tú puedes ser un gran contrarrelojista, pero si no has ganado una crono en el Tour... Y a los escaladores les sucede más o menos lo mismo. Igual han ganado etapas en muchísimas carreras, pero siempre se tendrán que enfrentar a la misma pregunta. Ya, ¿pero cuántas de esas victorias fueron en el Tour? Los mejores ciclistas del mundo están en el Tour, y si ganas en ese contexto te haces definitivamente con una plaza en la gran élite. Repito que a esta carrera le rodea mucho marketing, pero también es cierto que significa el objetivo de los mejores, y que hay que tener mucho talento para conseguir una victoria en ella.