Dentro del recorrido del Tour de Francia por Gipuzkoa los días 2 y 3 de julio, uno de los pasos más curiosos será el de Alkiza. Los ciclistas cruzarán por el medio de esta localidad de Tolosaldea, de apenas 370 habitantes, revolucionando la tranquila vida de los vecinos durante el fin de semana. Los Pogacar, Vingegaard y compañía tendrán que hacerse hueco por las estrechas carreteras que llevan al pueblo, coronar el puerto de montaña de tercera categoría –cuya pancarta está situada justo entre el Ayuntamiento y la plaza después de 4,2 kilómetros al 5,7% de pendiente media– y afrontar después la bajada hacia Asteasu, entre los ánimos de los vecinos y de quienes se acerquen a disfrutar de una jornada histórica... pero que también causará unos cuantos quebraderos de cabeza en el municipio.

“Aquí hay una cima de montaña, así que el dispositivo tiene que ser especial”, comienza diciendo Iñaki Irazabalbeitia, alcalde de Alkiza, justo en el lugar en el que acabará la subida. Enfrente está la escuela, donde estudian 49 niños y niñas que tienen entre dos y doce años. Una cifra que, por elevada, llama la atención. Comenta el alcalde que Alkiza es la localidad guipuzcoana con una media de edad más baja: según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 30% de sus vecinos tienen menos de 20 años. Una rareza en los pueblos, pero que Alkiza luce con orgullo.

Toda esa gente, pequeños, mayores y de mediana edad, verán cómo los mejores corredores del mundo pasan por al lado de sus casas, quizás luchando por meterse en una escapada, ya que el terreno es propicio para emboscadas. Eso sí, los vecinos tendrán que elegir en qué lado ponerse, ya que el pueblo, durante todo el domingo –al menos hasta que pasen los corredores– quedará literalmente partido en dos por las vallas que estarán puestas a ambos lados de la carretera.

“El Tour pone sus condiciones y hay que aceptar. El sábado ya no se podrá circular por aquí en coche, salvo los vecinos, y el domingo desde cuatro horas antes de que pase la caravana, ni los de aquí”, resume el alcalde, que lamenta que a nivel organizativo se han sentido “un poco solos” por parte de las instituciones: “Al final hay que organizar algo aquí para la gente que venga, con una pantalla gigante, una txozna para comer y beber algo, porque el ostatu tiene que cerrar, música, unos baños públicos desmontables… Calculamos 7.000 euros, una cifra que hemos bajado, que para nosotros es mucho dinero. Pedí una ayuda a la Diputación, pero no se nos ha dado nada”.

Reconoce Iñaki que es un evento que “pondrá en el mapa” localidades quizás menos conocidas como puede ser Alkiza, pero considera que no van a tener un retorno: “Aquí somos lo que somos. Hay un ostatu y un agroturismo, nada más, y los dos funcionan bien. Habrá retorno en las capitales, en Donostia, Bilbao y Gasteiz, donde puede ir mucha gente, pero aquí no. Dicen que es un proyecto de país, pero el planteamiento creo que no ha sido bueno para los pueblos pequeños. Aquí habrá lío y no recibimos ayuda. Seguro que los demás pueblos piensan lo mismo. El domingo, si alguien de aquí tiene que ir a trabajar, tendrá que salir pronto de casa”.

En cualquier caso, dice el alcalde que intentarán “organizar una jornada bonita” y que espera “que venga gente de fuera”. Se reconoce aficionado al ciclismo –de hecho suele salir a andar en bici con otros vecinos de Alkiza y ha visitado en alguna ocasión los Pirineos– y dice que “va a ser bonito ver a los mejores por el pueblo”: “A ver, a la gente le hizo ilusión cuando supo que una etapa del Tour va a pasar por aquí, lo que no quita para que cause algunos inconvenientes, sobre todo económicos”. Una de las consecuencias positivas puede ser la esperada mejora de las carreteras de acceso a Alkiza, aunque el día que NOTICIAS DE GIPUZKOA visitó esta localidad las obras no se habían llevado a cabo aún.

Ramón, vecino de Alkiza, posa con la foto que Indurain firmó para su familia. Arnaitz Rubio

Una foto de Indurain firmada

Los niños y niñas de la escuela salen entonces al patio, que es la propia plaza del pueblo, y un vecino, Ramón, se une a la conversación. “Va a estar bonito, ¿no? Servirá también para que la gente conozca el pueblo”, comenta, y espera que se deje ver algún ciclista vasco aprovechando el alto de montaña: “A ver si alguno se mete en una escapada y puede destacar, pero está difícil porque hay algunos que lo quieren todo. Ya sabes, Pogacar, Vingegaard y esos”.

Ramón vuelve al rato. “¿Os enseño una foto de Indurain?”, pregunta. Abre la puerta del bar, que antes llevaba su familia y que ahora está cerrado, y posa con una imagen del pentacampeón del Tour, que dedicó una foto suya a la familia de Ramón. Y es que Indurain –y muchos otros ciclistas– ya conocen Alkiza, por donde han pasado en varias ocasiones la Itzulia y otras pruebas de aficionados. Por no hablar de que es un lugar de entrenamiento recurrente.

Marcos Esteban, dueño del ostatu de Alkiza. Arnaitz Rubio

El ostatu, cerrado

En el mismo edificio donde está el Ayuntamiento se encuentra el ostatu del pueblo, que abre a las diez de la mañana para comenzar a preparar la comida de los chavales del cole. Y es que el comedor escolar es el mismo ostatu. Un lujo, por qué no decirlo. Es una buena hora para tomar un café con el alcalde y Marcos Esteban, el dueño, mientras sirve los cortados, muestra su descontento por la llegada del Tour a Alkiza. ¿El motivo? Que no puede abrir por el dispositivo de seguridad que pone vallas en la misma puerta del negocio e impide la movilidad de la gente.

El domingo, que es el día que pasa la carrera, estamos obligados a cerrar, y es un día que supone el 40% de la facturación de la semana. Y el sábado no puede venir gente de fuera, así que será otro día en el que perderemos dinero.Durante el año nos turnamos en vacaciones para no cerrar ningún fin de semana y por el Tour tenemos que cerrar. Para mí es un roto porque me rompe las cuentas del mes. Es una pérdida potente de dinero”.

Comenta Marcos que tanto el sábado como el domingo pueden dar de comer cada día a “65 personas”, cosa que no podrán hacer el primer fin de semana de julio. Así que no está nada emocionado con el paso de los corredores por el pueblo: “¿Ver el Tour? No es mi intención”.

Asun Murua es la dueña del agroturismo de Alkiza. Arnaitz Rubio

“Se verá qué bonito es Alkiza”

Asun Murua es la dueña del único agroturismo de Alkiza. Un precioso edificio que probablemente los ciclistas ni se preocuparán en mirar, porque lo pasarán apenas unos metros antes de coronar el puerto y bastante tendrán con coger posiciones en el pelotón. Pero desde la tele quizás si pueda apreciarse.

“Más gente puede conocer Alkiza gracias al Tour, ¿no? Verán que es un sitio bonito y como mínimo aparecerá el nombre en pantalla, que no es poco”, comenta Asun: “Será un acontecimiento bonito y espero que venga gente ese día al pueblo, aunque tendrán que venir andando. No sé si la gente suele desplazarse andando a ver el Tour”. “Sí”, le aclara Iñaki, “es habitual que los puertos de montaña estén cerrados, así que los aficionados están acostumbrados a moverse a pie o en bici”.

En cuanto a su negocio, dice Asun que no le afecta: “Normalmente trabajamos bien en esa época. Algunos clientes cogieron para esas fechas sin saber que iba a pasar por aquí el Tour. De hecho, les ha tenido que avisar. A algunos les ha hecho gracia. Tengo por ejemplo unos de Puerto Rico que están encantados de que van a ver el Tour en directo. Van a avisar a sus hijos para que puedan ver el pueblo por la tele”. Y es que Alkiza, discretamente situado entre montes en el interior de Gipuzkoa, tendrá su cuota de protagonismo con la llegada del Tour.

Los más pequeños

Los municipios guipuzcoanos más pequeños que surcarán los corredores son:

-Mutiloa (124 habitantes)

-Zerain (144)

-Abaltzisketa (309)

-Alkiza (370)