El lavavajillas es uno de los electrodomésticos más prácticos en cualquier cocina, pero también uno de los que más se descuida en su mantenimiento. Aunque su función es limpiar, con el tiempo puede acumular grasa, restos de comida y cal, provocando malos olores y reduciendo su eficiencia. Para evitarlo, hay una serie de trucos de limpieza básicos que ayudan a mantenerlo en buen estado, alargar su vida útil y garantizar que los platos salgan realmente limpios.

Limpia el filtro con frecuencia para evitar restos y olores

El filtro del lavavajillas suele ser el principal responsable de los malos olores. Su función es recoger los restos de comida que se desprenden durante el lavado, pero si no se limpia con regularidad, estos residuos se descomponen y generan mal olor. Se recomienda extraer el filtro una vez por semana y lavarlo bajo el grifo con agua caliente y un cepillo pequeño.

Un hombre coloca varios platos en el lavavajillas. Freepik

Si está muy sucio, se puede dejar en remojo unos minutos con agua caliente y unas gotas de vinagre blanco o jabón lavavajillas. Esta tarea apenas lleva unos minutos y mejora notablemente el funcionamiento del aparato.

Usa vinagre blanco como limpiador natural una vez al mes

El vinagre blanco es un desinfectante natural que elimina la grasa, la cal y los restos acumulados en el interior del lavavajillas. Para utilizarlo correctamente, basta con verter un vaso de vinagre blanco en el interior del electrodoméstico (puede colocarse en un recipiente en la bandeja superior o directamente en el fondo) y ejecutar un ciclo de lavado en caliente sin vajilla. Este proceso, realizado una vez al mes, ayuda a mantener el interior limpio y sin olores, al mismo tiempo que previene la formación de depósitos calcáreos en las tuberías y resistencias.

Deja la puerta entreabierta tras cada lavado

Una práctica sencilla y eficaz para evitar la humedad y los olores es dejar la puerta del lavavajillas entreabierta cuando termina el ciclo de lavado. Esta ventilación permite que el vapor salga y que el interior se seque correctamente, reduciendo la posibilidad de que aparezcan moho o bacterias. Muchos malos olores están relacionados precisamente con la humedad estancada, por lo que este gesto, que no supone ningún esfuerzo, es uno de los más efectivos a largo plazo.

Limpia las gomas, la puerta y los brazos aspersores

El interior del lavavajillas no es solo el tambor: también es importante prestar atención a las gomas de la puerta, las bisagras y los brazos aspersores por donde sale el agua. Las gomas se pueden limpiar con una mezcla de agua y vinagre, o con un paño húmedo y unas gotas de detergente neutro. En el caso de los brazos giratorios, conviene revisarlos cada cierto tiempo para comprobar que los orificios no estén obstruidos por cal o restos de comida. Si lo están, pueden limpiarse con un palillo o un cepillo fino. Unas piezas obstruidas afectan directamente a la presión del agua y a la eficacia del lavado.

Una rodaja de limón en la bandeja superior

Un método natural y muy eficaz para mantener el lavavajillas con buen olor consiste en colocar una rodaja de limón fresco en la bandeja superior antes de ponerlo en marcha.

Un vaso de agua con limón cada mañana ayuda a eliminar toxinas. A glass beaker and a jug of cold lemonade on a white wooden background surrounded by lemons

Te puede interesar:

El ácido cítrico actúa como desengrasante y neutraliza los malos olores, dejando además un aroma fresco dentro del aparato. No hace falta hacerlo en cada lavado, pero repetirlo una vez por semana puede ser suficiente para mantener el ambiente agradable sin necesidad de productos químicos.

Además del mantenimiento doméstico, algunas marcas recomiendan utilizar limpiadores específicos para lavavajillas cada tres o seis meses, especialmente si el agua de la zona tiene mucha cal. Combinando esos productos con los trucos caseros mencionados, el lavavajillas se mantendrá en condiciones óptimas.