La nevera es uno de los electrodomésticos más importantes de la cocina. Su función principal es conservar los alimentos en buen estado, prolongar su vida útil y evitar intoxicaciones.

Sin embargo, muchas veces se pasa por alto un aspecto crucial: su limpieza regular y el control de la humedad en su interior. Un frigorífico limpio no solo es más higiénico, sino que también es más eficiente, menos propenso a generar olores desagradables y más saludable para todos los miembros del hogar.

El peligro de la suciedad y la humedad

En el interior de una nevera pueden acumularse restos de alimentos, líquidos derramados o moho en rincones poco visibles.

Estos residuos son caldo de cultivo para bacterias y hongos que pueden contaminar otros productos y, en casos extremos, causar problemas de salud. Además, la humedad excesiva favorece la proliferación de moho y acelera la descomposición de frutas y verduras, lo que genera desperdicio de alimentos y gasto innecesario.

La humedad también afecta la eficiencia del frigorífico. Si se condensa agua en las paredes o bandejas, el compresor debe trabajar más para mantener la temperatura adecuada, lo que incrementa el consumo energético. Por eso, es fundamental revisar periódicamente los cajones, baldas y juntas de las puertas para detectar posibles focos de suciedad o acumulación de humedad.

Un truco simple pero efectivo: los corchos

Más allá de los productos de limpieza habituales, existe un truco casero y natural que ayuda a combatir el mal olor y la humedad dentro de la nevera: usar corchos de botellas de vino. Estos pequeños tapones de corcho, al estar hechos de material poroso, tienen una gran capacidad de absorción, tanto de humedad como de olores.

Basta con colocar unos cuantos corchos (limpios y secos) en los cajones o estantes de la nevera.

También se pueden dejar en el congelador durante algunas horas. Al cabo de poco tiempo, notarás que los olores desagradables desaparecen y que el ambiente interno se mantiene más seco y fresco.

Este método no sustituye una limpieza profunda, pero sí ayuda a mantener el frigorífico en buen estado entre limpiezas.

Corchos de vino Pixabay

Consejos adicionales para una nevera impecable

  • Limpieza mensual: Vacía la nevera una vez al mes y limpia el interior con una mezcla de agua y vinagre blanco o bicarbonato. Evita productos químicos agresivos que puedan dejar residuos.
  • Secado completo: Tras la limpieza, seca bien todas las superficies para evitar la acumulación de humedad.
  • Contenedores cerrados: Guarda los alimentos en recipientes herméticos para evitar derrames y transmisión de olores.
  • Revisión de productos: Cada semana, revisa los alimentos y desecha los que estén caducados o en mal estado.
  • No sobrecargar: Deja espacio entre los productos para permitir la correcta circulación del aire frío.

Con un mantenimiento adecuado y trucos sencillos como el uso de corchos, tu nevera se convertirá en un espacio más saludable, eficiente y libre de malos olores. La higiene alimentaria comienza desde el interior de este electrodoméstico esencial.