Con la llegada del calor, lo más frecuente es que muchas personas apuesten por pasar su tiempo de descanso al aire libre. Mientras que algunos optan por bares y terrazas,  otros prefieren quedarse en el jardín de su casa. Y un buen elemento que no puede faltar en los hogares con exterior es un toldo, elemento que nos aporta sombra y frescura.

Sin embargo, y especialmente tras el mal tiempo, es frecuente encontrárselo sucio. Ya sea de barro, polvo, moho o escombros, es imprescindible limpiarlo en profundidad, al menos una vez al año. Solo así podremos mantenerlo en buen estado y ahorrarnos imprevistos.

Un toldo en el patio interior de una vivienda Freepik

Cinco consejos para una limpieza total  

Cualquier momento es bueno para terminar con la suciedad de tu toldo. Aunque parezca una tarea complicada, en realidad es mucho más sencilla de lo que parece, siguiendo unos cuantos pasos para garantizar su duración.

Agua y jabón 

Si puedes usar una manguera, mejor, ya que la presión del agua ayuda a limpiar la suciedad, pero no debe ser demasiado fuerte. Si no, puedes elegir un pulverizador con agua templada y jabón neutro

Aplica la misma solución para el mecanismo y no olvides aclarar bien la manguera. Como consejo, nunca emplees productos abrasivos ni disolventes, ya que pueden dañar el tejido.

Vaporeta

Las vaporetas son limpiadores de vapor que limpian y desinfectan al liberar vapor de agua a alta presión. Gracias a ellos, la humedad y la elevada temperatura despegarán y eliminarán la suciedad más incrustada.

Cepillo blando o aspirador

Frota con un cepillo de cerdas blandas la lona del toldo para terminar con toda la suciedad acumulada. Asimismo, no dudes en pasar el aspirador antes de aplicar el agua y el jabón. 

Para las partes metálicas, utiliza una bayeta humedecida o una esponja. Esto es recomendable realizarlo varias veces al año, porque se suele depositar bastante suciedad en el mecanismo.

Secar la lona al sol

Una vez hemos acabado con la limpieza del toldo, llega un momento clave. Dado que el secado es importante, si lo plegamos con restos de humedad, es posible que acabe apareciendo moho, tanto en la lona como en los mecanismos.

Por ese mismo motivo, debemos extender la lona del toldo y esperar a que se seque con el sol

El tratamiento hidrofóbico

Una vez el toldo esté limpio y completamente seco, echaremos un poco de agua encima para comprobar que resbala por su superficie y que no es absorbida. Así sabremos que el tratamiento hidrofóbico ha tenido éxito.

Además, con una limpieza completa impedirás que la suciedad acabe dañando la capa protectora del toldo, que pierda color y que se deteriore. 

Tipos de toldos 

Los toldos son estructuras que brindan sombra y protección contra los elementos. Existen varios tipos de toldos, cada uno diseñado para satisfacer diferentes necesidades y preferencias. Estos son los más comunes. 

Retráctiles

Estos toldos se pueden extender o retraer según sea necesario, ofreciendo flexibilidad para controlar la cantidad de sombra o sol. Son ideales para patios y terrazas.

Fijos

Son estructuras permanentes que no se pueden mover. Proporcionan protección constante y son adecuados para cubrir ventanas, puertas y áreas específicas del jardín.

Los toldos pueden llegar a bajar hasta 4ºC la temperatura de la casa. Freepik

Verticales

También conocidos como cortinas solares, estos toldos se despliegan verticalmente para proteger del sol y proporcionar privacidad. Son comunes en balcones y ventanas.

De brazo articulado

Son similares a los retráctiles, pero con brazos que se extienden hacia afuera, permitiendo una mayor proyección y estabilidad.

De punto recto

Son toldos sencillos que se despliegan hacia adelante, ideales para ventanas y balcones pequeños.