omo ocurre con los contagiados por covid, no queda otro remedio que poner también en cuarentena los escenarios económicos que organismos expertos e instituciones han dibujado para 2022. El zarpazo con el que la pandemia ha querido despedir 2021 así lo aconseja.

Pese a que el año que termina estaba llamado a marcar un antes y un después en la crisis vírica gracias a las vacunas, la incertidumbre asoma en el horizonte, agudizada por la crisis en la cadena de suministros , el desbocado precio de la energía y el IPC, ahora mismo lo más preocupante de cara a 2022.

Pero antes de cruzar el umbral del año nuevo, conviene sellar el que termina y lo hace con dos importantes acuerdos en materia de pensiones y de legislación laboral. El triunfalismo con el que ha sido vendido el acuerdo que han alcanzado las tres partes concernidas (Gobierno español, CEOE y los sindicatos CCOO y UGT) sobre la bocina para modificar la polémica reforma que acometió el PP en 2012, pende de una mayoría parlamentaria que, al cierre de esta edición, no está garantizada.

Desde Euskadi, la decepción con este pacto es doble. Para EH Bildu, que puso sus huevos en la cesta de la derogación, se trata de puro maquillaje que solo puede contentar a la patronal, mientras que el PNV echa en falta el marco vasco, es decir la prevalencia del convenio autonómico frente al estatal que convalida el pacto.

El acuerdo de las pensiones, sin embargo, sí consiguió el respaldo parlamentario aunque también el descuelgue de la patronal, disconforme con el mecanismo de equidad intergeneracional que subirá transitoriamente las cotizaciones sociales para rellenar el fondo de reserva o la conocida como hucha de las pensiones. Este mecanismo contempla una subida de las cotizaciones sociales durante diez años de 0,6 puntos, de los que 0,5 puntos serán pagados por la empresa y 0,1 puntos por el trabajador.

Estos dos acuerdos son peajes impuestos por Bruselas para abrir el grifo de las gigantescas ayudas con las que la Unión Europea espera salir de la crisis pandémica transformando la economía comunitaria sobre bases verdes y digitales.

Un maná que todas las instituciones esperan con los brazos a abiertos y que ya ha provocado las primeras fricciones con el control y la gestión de los dineros que pretende realizar el Gobierno de Pedro Sánchez.

En Euskadi, el año 2021 ha traído la renovación de la Ley de Aportaciones, que estaba pendiente de realizarse desde 2011 y que, una vez refrendada, permite enterrar el enfrentamiento que mantenían las diputaciones por esta cuestión. La nueva ley no varía el método por el que se calcula qué parte de sus ingresos aporta cada Hacienda foral a la bolsa común de la que sale el presupuesto de Lakua (el llamado coeficiente horizontal), aunque sí incrementa en casi medio punto, hasta el 1,45%, el Fondo General de Ajuste, lo que da garantías a los territorios.

Euskaltel, CAF...

En el ámbito empresarial, la noticia del año ha sido la compra de Euskaltel por MasMóvil. Al cierre de 2021, más de un millón de líneas móviles con contrato con Euskaltel, lo que representa más del 80% del total de líneas móviles del grupo en Euskadi, Galicia y las correspondientes a nivel estatal de la marca Virgin Telco, ya han migrado a la red del grupo MásMóvil.

También es destacable el paso dado por CAF para implantarse en Francia. Primero, con el contrato que "arrebató" a Alstom por 2.500 millones para el suministro de trenes a la línea de cercanías RER B de París y, después, con la adquisición, también a Alstom, de su fábrica ubicada en Reichshoffen.

La apuesta por convertir Miramon en un polo de la industria biocientífica ha obtenido el premio gordo con la inauguración de la nueva planta Viralgen, la firma adquirida por la multinacional Bayer, y que va a situar a Gipuzkoa a la vanguardia de las terapias génicas quintuplicando su producción.

Y aunque ya queda lejos en la memoria, el año arrancó con el infructuoso intento de reflotar una de los buques insignia de la siderurgia guipuzcoana. El grupo Christian Lay presentó un plan para reabrir las instalaciones cerradas con la crisis financiera pero el Ayuntamiento de Azpeitia, en manos de EH Bildu, no autorizó la operación y enterró definitivamente una parte indisociable del desarrollo industrial y económico de la comarca del Urola.

irugarrenean, bai; aldez aurretik, prozedura edo epe-arazoengatik huts egindako bi saioren ondoren, Diputatuen Kongresuak argi berdea eman zion apirilean euren lan-bizitzan amiantoarekin kontaktuan egon diren pertsonentzako konpentsazio-funtsa sortzeari. Soilik Vox abstenituta, goi-ganberak bere egin zuen Eusko Legebiltzarrean 2019an aho batez onartutako Lege Proposamena. Bertan eskatzen zitzaion Estatuari, une honetan aurre egin behar izaten dieten prozesu judizial luzeen zain egon gabe, funts bat artikulatzea erasandakoei kalte-ordainak luza-tzeko.

Kalkuluen arabera, EAEko 25.000 herritar egon dira amiantoaren eraginpean, eta 3.000 inguru Nafarroan. Horren eraginez, Euskal Autonomia Erkidegoan 2.800 pertsona hil direla onartu da, eta 40.000 Estatuan. Amiantoak biriketako minbizia eragin die langile askori, bai eta beren bikotekideen laneko uniformeekin kontaktuan zeuden hainbat etxekoandreei ere.

Haustura sindikala

Fronte sindikalari dagokionez, euskal zentral nagusien arteko desadostasunarekin amaitu da aurtengo urtea. ELAk eta LABek urtea amaitu aurretik greba orokorra dei-tzeko aukera erabat baztertuta geratu zen, Garbiñe Aranburu buru duen sindikatuak adierazi zuenez, epe laburrean, behinik behin, Mitxel Lakuntza buru duen sindikatuaren "ezezkoak" aukera hori "erabat zapuztu" duelako.

Ekintza bateratuaren ildo bat eraikitzeko ezintasun hori agerian geratu aurretik, ELAk kongresua egin zuen, idazkari nagusia eta zuzendaritza berritzeko. Kongresu horretatik ondoriozta daitekeenez, erakundean ez da pitzadurarik antzematen, eta liderrak badu indarrik norabideari eusteko. Are gehiago, ordezkarien %90,7tik gorako babesa lortuta, 2019ko %95a baino txikiagoa izan arren, ehuneko sendoa inondik inora; Mitxel Lakuntzak babes irmoa topatu zuen, ELAk patronalarekin duen konfrontazio-estrategiari eusteko, eta Madrilen ere iritsi behar diren lekutara irits daitezen, euskal alderdiei presioa egiteko. EAEn %40tik gorako ordezkaritza dutelarik, eta Nafarroan ia %36koa, 2022 "gatazka-urtea" izango dela aurreratu zuen Lakuntzak.