En Innobasque hemos aprobado un nuevo Plan Estratégico a cuatro años vista conscientes de que se va a desarrollar tras el terrible impacto que la pandemia ha tenido en todos los órdenes de nuestras vidas, pero a la vez con el convencimiento de que encaramos cuatro años decisivos en la transformación de Euskadi hacia una sociedad más justa, inclusiva, avanzada y con mayores niveles de bienestar.

Lejos de cargarnos de pesimismo y de continuismo en la Agencia Vasca de la Innovación-Innobasque creemos que la pandemia debe servir para significarnos, para evidenciar el valor de nuestra aportación al enriquecimiento de Euskadi y subrayar que ni en estas circunstancias renunciamos a su posicionamiento entre las regiones que lideran la I+D europea.

Para nosotros es muy importante subrayar esta idea, esta misión, antes de desgranar los aspectos más importantes del Plan Estratégico 2021-2024. Lo inesperado y complejo de esta crisis ha inquietado a muchas empresas (especialmente pymes) que aún no han introducido una cultura innovadora en su organización y que durante estos últimos meses han comprobado cómo la visión estratégica, la internacionalización, la sostenibilidad, la colaboración o la digitalización han ayudado a otras firmas a sortear dificultades a la hora de producir o vender.

Por todo ello hemos concebido un Plan Estratégico que, al tiempo que responde a los retos planteados por el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación Euskadi 2030 para lograr un país más digital, justo y sostenible, pretende estar a la altura de las expectativas de las pymes, que en estas circunstancias exigen que seamos prácticos y nos centremos en la obtención de resultados. Así, el primero de los seis objetivos definidos en el nuevo Plan pone el foco en contribuir de manera significativa al incremento de la innovación en las pymes. Concretamente, queremos que la mitad de las pequeñas y medianas empresas vascas relacionadas con los sectores de mayor valor añadido desarrolle durante el período de vigencia del plan alguna actividad innovadora o que al menos sea asesorada para hacerlo.

En segundo lugar, queremos aumentar la presencia internacional de la I+D vasca, algo fundamental para aprovechar las oportunidades que generarán los fondos del noveno programa marco de investigación e innovación de la Unión (Horizonte Europa) y del instrumento temporal de recuperación NextGenerationEU. Nuestra meta cuantificable en este apartado es formar al menos al 30% de nuestras entidades innovadoras para que, independientemente de su tamaño o actividad, participen en programas europeos.

Otro aspecto que queremos reforzar a través del nuevo plan es la colaboración con todas nuestras entidades socias; nos gustaría ayudarles a identificar necesidades e incluso ser para ellas un laboratorio de experimentación, por lo que intentaremos que a lo largo de estos cuatro años todas ellas participen en alguna de nuestras actividades.

Ya fuera del ámbito meramente empresarial, el cuarto de nuestros grandes objetivos en este nuevo plan habla de talento, de la necesidad de cultivarlo fomentando el interés de la juventud vasca (especialmente entre las chicas) por la ciencia y la tecnología. Para lograrlo trabajaremos para que, de aquí a 2024, el 40% de nuestras escuelas desarrolle alguna actividad Steam (acrónimo que se utiliza para el fomento de las vocaciones científicas en los jóvenes).

Los dos últimos objetivos que hemos establecido están directamente relacionados con la actividad y funcionamiento de la propia Agencia Vasca de Innovación. Por un lado, creemos necesario dotar al Sistema Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación de los análisis y herramientas avanzadas que le permitan mejorar tanto sus procesos de toma de decisiones como sus modelos de gobernanza. Y, por último, reforzaremos las capacidades de nuestro equipo interno y seguiremos optimizando la sistemática de innovación en la organización.

He comenzado esta tribuna asegurando que en este momento Innobasque ha de significarse y la voy a acabar deseando contagiar ese espíritu a todos y cada uno de nosotros. La pandemia ha de servir para reivindicarnos como sociedad, para demostrar que ya tenemos los valores de responsabilidad, esfuerzo y compromiso que, junto con el emprendimiento y la innovación, también nos harán merecedores de un puesto entre los mejores.