La muerte del hombre fallecido tras recibir una brutal paliza en junio de 2021 en el barrio donostiarra de Altza será juzgada por un tribunal del jurado entre el 16 y el 26 de febrero de 2024 en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, han informado a Efe fuentes del caso.

Según recoge el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Efe, el acusado de este crimen, quien presumiblemente había consumido alcohol y estupefacientes junto a su víctima antes de los hechos, se enfrenta a una petición de doce años de cárcel por parte del Ministerio Público, que le imputa un delito de homicidio con la atenuante de consumo de drogas.

El suceso tuvo lugar el 26 de junio de 2021, cuando el inculpado, que por entonces tenía 32 años, coincidió en el barrio de Larratxo con la víctima, de 50, a la que conocía "desde hacía tiempo".

El documento de la Fiscalía concreta que ambos pasaron juntos aquella tarde, durante la que tomaron "diversas consumiciones" en distintos bares de la zona y permanecieron un tiempo en las máquinas recreativas de un salón de juegos.

Consumo de estupefacientes

Durante este tiempo, ambos efectuaron presuntamente "consumos de diversas sustancias estupefacientes" hasta que, en un momento dado, el imputado logró "un premio en una de las máquinas recreativas".

El procesado destinó parte de este dinero a "la adquisición de una cantidad de heroína" para consumirla posteriormente, tras lo que ambos hombres se dirigieron a una zona de huertas próxima a la calle Lauhaizeta, en la que había una serie de caravanas utilizadas "ocasionalmente como vivienda" y donde residía "un conocido común".

El texto del Ministerio Público concreta que, una vez en este lugar, los dos varones "comenzaron a consumir heroína en el interior de una de estas caravanas", hasta que el acusado "comenzó a albergar sospechas" de que la víctima podría "haberse apoderado de parte de la droga o del dinero" del premio de las tragaperras, lo que dio lugar a una discusión entre ambos.

En este contexto, el inculpado, "enfurecido" porque consideraba que había sido "objeto de una deslealtad", presuntamente comenzó a golpear "sin cesar" al damnificado "de forma brutal y repetida", primero en el interior de la caravana, aunque luego prosiguió con la agresión "por las zonas aledañas", mientras le propinaba "puñetazos y patadas", incluso con una silla metálica y "otros objetos" que había "desperdigados" por el lugar, hasta que finalmente la víctima "cayó al suelo" donde quedó tendida.

Brutal paliza

La Fiscalía considera que el procesado, defendido en este procedimiento por el letrado Bernardo Sebastián, presuntamente propinó esta brutal paliza al perjudicado "con ánimo de menoscabar su integridad física hasta el punto inclusive de darle muerte".

A raíz de los golpes, la víctima sufrió múltiples heridas en las extremidades y en diferentes partes del cuerpo, entre ellas distintas fracturas en la parrilla costal, así como un severo traumatismo craneofacial con "hemorragia subaracnoidea cerebelosa y protuberancial" que le produjeron "una hemorragia profusa con shock hipovolémico" y "daño encefálico agudo traumático", que finalmente le ocasionaron la muerte.

Según informó en su momento el Departamento vasco de Seguridad, transcurrido un tiempo, terceras personas alertaron a la Ertzaintza de que el agredido permanecía tendido en el suelo en la zona de Lauhaizeta, por lo que una patrulla de seguridad ciudadana acudió al lugar y comprobó que el hombre "carecía de signos vitales" y que el cadáver presentaba "claros indicios de criminalidad".

Reguero de sangre

Además, en la zona había un importante reguero de sangre y en el interior de una de las autocaravanas los agentes localizaron al presunto homicida que tenía restos de sangre en sus vestimenta.

El sospechoso fue identificado y, tras las comprobaciones necesarias, fue detenido por su presunta implicación en los hechos.

El documento de la Fiscalía constata ahora que el inculpado padece de un trastorno de personalidad mixto con rasgos antisociales y límite relacionado con un trastorno por uso de diversas sustancias psicoacticvas.

El Ministerio Público considera que estos hechos son constitutivos de un delito de homicidio con la atenuante de intoxicación por consumo de estupefacientes por el que reclama doce años de prisión y cinco años de libertad vigilada una vez sea excarcelado.

Asimismo, demanda que indemnice a los familiares del fallecido con un total de 102.000 euros.

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