Las 21 familias que viven en otros tantos inmuebles del número 28 de la calle 31 de Agosto, afectadas por el incendio originado en el bar Senra, seguían este martes por la mañana en shock por lo sucedido mientras recogían, acompañadas por agentes de la Guardia Municipal, sus enseres de sus respectivas casas. Aún no saben cuándo podrán regresar a su hogar, ya que están a la espera de lo que les comuniquen desde el Ayuntamiento de Donostia.

Uno de los más perjudicados, si no el más, es Alex Montiel, dueño del popular bar La Cuchara de San Telmo y de un piso que está en el entresuelo y que fue arrasado por las llamas. “No ha quedado nada”, dice, desolado: “En el bar hay destrozos, sobre todo por lo que cayó de los pisos. Si los gremios entran rápido, podríamos abrir en 15 días, pero mi casa es un siniestro total”.

Alex Montiel estaba “descansando en casa, porque el domingo por la noche ya había bajado el ritmo de trabajo de todo el puente” y “empezó a aparecer humo en casa y en el bar”. Los bomberos apagaron el fuego, pero el lunes volvió a hacerse fuego, la estructura, que es de madera, ardió… “y las llamas llegaban hasta el techo”, relata: “Desde fuera vi cómo se estaba quemando mi casa”.

Denuncia el dueño de La Cuchara de San Telmo que el incendio está provocado “por una negligencia total por parte del bar Senra”. “Cerraron el domingo por la tarde sabiendo que ahí tenían una avería. Tienen una parrilla ilegal, una extracción mal hecha… No es algo que se forme en una hora, sino en días”, explica Alex Montiel, que por ahora duerme en un hotel a la espera de una solución por parte del Ayuntamiento, ya que “van a pasar meses” hasta que pueda regresar a su casa.

"Podía haber sido una tragedia"

También habla de “negligencia” Ignacio Soto, vecino del tercer piso del inmueble, a este periódico: “Todo es por la parrilla ilegal que tienen, añadido al mal mantenimiento del local. El año pasado ya tuvimos un desalojo por humo”.

Este vecino de la Parte Vieja estaba el domingo a la noche en casa con su mujer y sus mellizos de seis años. “Unos ertzainas nos tocaron el timbre y nos pidieron que desalojáramos el edificio porque había humo. A la una dieron por extinguido el foco que había en el bar. Por lo visto había algún desperfecto en la campana y un tubo extractor que estaba muy caliente”. El lunes por la mañana “empezó de nuevo el humo, esta vez con fuego, y dejó al menos dos pisos del entresuelo destrozados. El resto de pisos, como el nuestro, estaban con humo, pero parece que el fuego ha afectado a algunos cimientos del edificio, que es muy antiguo, con la estructura de madera”.

No ha habido daños personales, pero dice Ignacio Soto que “podía haber sido una tragedia”. Ahora toca pensar en aspectos prácticos: “Nosotros estamos en casa de mi suegra a la espera de lo que nos digan. Ahora mismo no sabemos cuándo podremos volver”.

"Preocupación" en Parte Zaharrean Bizi

La asociación vecinal Parte Zaharrean Bizi ha reaccionado con preocupación al incendio que se produjo en el bar Senra y que ha provocado daños importantes en el edificio, además del desalojo de las familias. "Estamos muy preocupados. La ausencia de daños personales no reduce su gravedad ni la intranquilidad que causa, ya que muchas de las viviendas de nuestro barrio tienen la estructura de madera y en sus bajos se encuentran 200 establecimientos hosteleros (con sus cocinas, frigoríficos, congeladores, extractores, aparatos de ventilación, etc.)", dicen en un comunicado.

"Nos dirán que ya se controlan las condiciones de seguridad, pero desconfiamos de ello. Son 14 los incendios que la asociación tiene contabilizados. ¿Realmente el Ayuntamiento realiza los controles adecuados? ¿Podemos estar tranquilos quienes vivimos en la Parte Vieja?", se preguntan desde Parte Zaharrean Bizi.

Por ello, la asociación tiene tres exigencias: "Que las revisiones que se realicen a las cocinas de los establecimientos hosteleros no sean de mero trámite, sino que sean ajustadas a lo que dice la normativa, que dé inicio a un control exhaustivo de todas las actividades calificadas como molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, y que realice sin tardanza un control de los almacenes que existen en el barrio, cerrando aquellos que sean ilegales y comprobando el cumplimiento de las condiciones de aquellos que cuenten con autorización".