La Fiscalía ha pedido este miércoles doce años de cárcel para un hombre al que acusa de agredir sexualmente a una niña de 12 años, amiga de su sobrina, que se había quedado a dormir en la vivienda familiar situada en un pueblo de la costa guipuzcoana y a la que el hombre acudió tras haber pasado la noche de fiesta.

Durante el juicio por estos hechos, celebrado en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, la acusación particular que ejerce la familia de la víctima ha solicitado la misma pena que el Ministerio Público, mientras que la defensa ha pedido la absolución de su cliente.

Según la versión de las acusaciones, los hechos se habrían producido el 1 de marzo de 2020, cuando el inculpado llegó de madrugada al citado domicilio donde, antes de acostarse en otra habitación, habría acudido a la estancia en la que dormían las niñas en cuya cama se habría tumbado junto a la víctima y le habría practicado distintos tocamientos de índole sexual, con introducción de los dedos en las partes íntimas de la niña.

Muy borracho

Durante el juicio por estos hechos, el acusado ha explicado que aquella noche llegó "muy borracho" a casa de su hermana, quien le dijo que se acostara en una habitación que estaba libre, donde se quedó dormido sin llegar siquiera a quitarse la ropa.

Aunque ha admitido que antes pasó muy rápidamente por el dormitorio en el que estaban las niñas para recoger un cargador de móvil, el procesado ha negado haberse tumbado en la cama ni haber practicado tocamiento alguno a la víctima.

Ha relatado que cuando, al día siguiente, su hermana le dijo que la niña aseguraba que la habían "tocado" él se quedó "en shock" y ha aclarado que al pronunciar la frase "lo siento" se refería a que lamentaba que la niña hubiera "pasado un mal rato".

Todo ello porque le aseguraron que la pequeña lo había "soñado" y él pensaba que una niña "no se inventaría" algo así, pero en ningún caso porque él "hubiera hecho nada".

Se disculpó

Según ha declarado, éste también habría sido el motivo de por qué se disculpó con la madre de la víctima cuando, al día siguiente, le llamó por teléfono para pedirle explicaciones y ha comentado que incluso se ofreció a "tomar un café" con ella para "aclarar" cualquier duda, aunque le respondió que no y que aquello iba a tener "consecuencias".

En otro momento del juicio se ha visualizado la declaración de la víctima, preconstituida durante la fase de instrucción con el fin de evitar su revictimización y que tuviera que comparecer nuevamente en sala.

En esta grabación, la pequeña ha recordado cómo aquella noche estaba dormida cuando sintió que alguien le "tocaba" por debajo de la ropa interior y, si bien en un primer momento supuso que podría ser un sueño, enseguida se dio cuenta de que era una persona.

Le daba miedo

Con frases seguras y palabras concisas, la niña ha relatado que no se giró porque le daba "miedo" y que intentó evitar la situación haciéndose la dormida y apartándose, a pesar de lo cual los tocamientos "seguían" hasta que aquella persona se fue pero regresó poco después.

En esta segunda ocasión en la que también se produjeron tocamientos, la niña, que notó el contacto de una "pierna con pelos", empujó a la persona que se marchó definitivamente de la habitación, aunque ella no pudo dormir hasta que, ya por la mañana, contó lo sucedido a su amiga, a la madre de ésta y finalmente a su propia progenitora en una llamada telefónica.

Ésta última mujer, madre de la víctima, ha asegurado que supo lo ocurrido a través de su hija, que cuando llamó por teléfono al acusado éste le dijo que lo sentía y que le pidió ir a tomar un café para hablar, sin decirle "en ningún momento" que no hubiera sido él, tras lo que decidió poner una denuncia.

Por su parte, la madre de la amiga de la víctima, en cuyo domicilio habrían sucedido los hechos, ha comentado que aquel día no había más hombres que su hermano en el piso, que éste llegó "bastante borracho" y que se acostó en otra habitación diferente a la de las pequeñas.

También ha explicado que al día siguiente la menor dijo que pensaba que algo la había "rozado" mientras dormía y que ella supuso que podría haber sido el perro, que la habría olfateado, a pesar de lo cual preguntó a la niña si estaba "segura" y le ofreció llamar a sus padres. Ha comentado asimismo que fue ella quien facilitó el teléfono de su hermano a la madre para que pudiera hablar con él. El juicio ha quedado visto para sentencia.