"Fue algo increíble", es una de las frases que más se repiten entre los vecinos de La Bisbal d'Empordà que sufrieron ayer la tormenta de granizo, con el saldo de una niña de 20 meses muerta por traumatismo, medio centenar de heridos leves y, además, decenas de edificios y vehículos con los cristales rotos.

Y es que los diez minutos que duró la granizada sobre La Bisbal y alrededores ha dejado un balance de decenas de coches y edificios con cristales rotos y abolladuras, por lo que el ayuntamiento se plantea solicitar que se declare zona catastrófica.