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Cierra un histórico bar de la Parte Vieja donostiarra: “Hemos recibido un cariño incalculable”

Giroki Taberna baja las persianas tras doce años con sus actuales propietarios, Dean y Denis Tapia

Cierra un histórico bar de la Parte Vieja donostiarra: “Hemos recibido un cariño incalculable”Giroki Taberna

Un histórico bar de la Parte Vieja donostiarra, Giroki Taberna, baja las persianas tras 12 años “duros, pero bonitos”, y de “amor incondicional”. El domingo fue el último día para los actuales propietarios, Dean y Denis Tapia, quienes dejan el local por el retiro de Denis, el aita, y los nuevos proyectos de Dean, el hijo.

Ubicado en la calle Enbeltran número 4, al lado de otros dos históricos como Juantxo Taberna y Danena Taberna, Giroki era conocido por sus bocadillos, pintxos y platos combinados. El más popular, el bocata 'Carolina', estaba compuesto por pechuga de pollo, lechuga y mayonesa, un clásico que ha estado atrayendo a locales y turistas durante varias generaciones.

“Hemos recibido un cariño incalculable”

El domingo, los propietarios del bar se despidieron a través de una publicación en su cuenta de Instagram: “Nos ha llegado el momento de decir agur. Ha sido una experiencia muy bonita. Dura pero bonita. Muchas gracias por estos 12 años de amor incondicional. Hemos conocido gente maravillosa a la que ya consideramos parte de nosotros, y que los mantendremos para siempre. ¡Os queremos!”. Además del texto, figuraban dos fotografías: una de 2013, y otra, muy parecida, de 2025. 

A raíz de ello, Dean Tapia ha comentado a este periódico que han recibido un “cariño incalculable”: “Sabíamos que la gente nos iba a despedir bien, pero lo que hemos recibido ha sido incalculable. La frase más repetida ha sido ‘nos dejáis huérfanos’”. La jubilación de Denis y los nuevos proyectos que tiene en mente Dean no han sido los únicos motivos del cierre de Giroki Taberna: “Cada año los precios son más altos, y tendríamos que subir mucho los precios para que nos fuese rentable. No podíamos hacer eso”.

El bar, que se inauguró en 1978, busca nuevo comprador tras la marcha de la familia Tapia. Dean confía en que aparezca algún comprador para “revivir” el local, pero los altos precios pueden ser “un claro impedimento”.