El consejero de Salud del Gobierno vasco, Alberto Martínez, ha presentado este viernes el Plan Oncológico Integral de Euskadi 2025-2030, una estrategia que busca mejorar la tasa de supervivencia de las personas con cáncer y la calidad de vida tanto de pacientes como de supervivientes. Para ello, el plan se sustentará en el abordaje integral de la enfermedad en todas sus etapas, así como en el avance en prevención y diagnóstico precoz, el acceso equitativo a los recursos, la atención personalizada y los tratamientos avanzados.

Martínez, acompañado del viceconsejero de Salud, Gontzal Tamayo, y la directora general de Osakidetza, Lore Bilbao, ha presentado el plan en un acto que ha reunido a las cerca de 200 personas que han participado en su elaboración en la Torre BAT de Bilbao.

En este sentido, el consejero ha destacado la amplia participación en la confección del nuevo Plan Oncológico Integral, muchas de cuyas 142 acciones responden a peticiones hechas por los pacientes. Ejemplo de ello son la no presencialidad de las consultas para evitar desplazamientos innecesarios, la planificación de futuras citas o la potenciación de la comunicación con el personal sanitario para facilitar el acompañamiento.

“El nuevo plan no solo da continuidad al camino iniciado por el anterior, sino que lo amplía y transforma”, ha afirmado Martínez, que ha añadido que incorpora “una visión más ambiciosa, equitativa y centrada en las personas”, además de estar alineado con Europa y con el Pacto Vasco de Salud. “Este plan constituye el instrumento estratégico del sistema de salud de Euskadi para abordar de forma integral una de las principales causas de mortalidad” en la CAV, según el consejero. 

El cáncer, de hecho, es la primera causa de mortalidad entre los hombres (33,8 %) y la segunda entre las mujeres (22,3 %) en el territorio vasco. Según datos del Departamento de Salud, entre 2015 y 2019 se diagnosticó una media anual de 14.327 casos de cáncer en Euskadi, aunque desde 2012 se observa una tendencia a la baja gracias a los programas de cribado de Osakidetza. Asimismo, la supervivencia a cinco años ha mejorado en la mayoría de los tipos de cáncer, especialmente en los de mama (88 %) y próstata (90 %).

Siete prioridades, 35 objetivos y 142 acciones

El Plan Oncológico Integral de Euskadi 2025-2030 está compuesto por un total de 142 acciones orientadas a cumplir 35 objetivos, todo ello dentro de las siete áreas prioritarias definidas en la estrategia.

La primera prioridad, que lleva por nombre ‘Las personas como eje central’, establece “el fundamento ético y operativo” del plan. Así, pretende humanizar la atención sanitaria convirtiendo a los individuos, sean pacientes, cuidadores o profesionales sanitarios, en “el eje vertebrador de todas las actuaciones del sistema”. En segundo lugar está el área ‘Modelo asistencial’, que busca garantizar una atención equitativa, eficiente y de calidad “que disponga de rutas asistenciales específicas e incorpore la investigación oncológica”.

La tercera y cuarta prioridad, centradas en la prevención y en la detección del cáncer, respectivamente, fomentarán la reducción de la exposición a factores de riesgo y los estilos de vida saludables, así como los cribados en personas asintomáticas y la vigilancia en personas con alto riesgo genético.

El quinto apartado, ‘Atención integral’, aborda los cuidados desde el momento del diagnóstico hasta el final de la vida de los supervivientes, pasando por la fase de tratamiento y recuperación. De esta manera, buscará reducir al máximo el tiempo entre la sospecha y el inicio del tratamiento, así como innovar en terapias y brindar apoyo a los supervivientes en áreas como la alimentación o el ejercicio.

El plan también pone el foco, mediante su sexta prioridad, en la mejora de los resultados en salud, “entendidos como los cambios positivos en el estado de salud atribuibles a las intervenciones sanitarias”. Para ello, fortalecerá los sistemas de información y registro y promoverá “una gobernanza del dato clara y eficaz”.

Por último, la nueva estrategia impulsará el traslado de los avances científicos a la práctica para mejorar la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes de cáncer. En este sentido, se pondrá “especial énfasis” en la medicina de precisión personalizada y las terapias avanzadas, mientras se impulsan también investigaciones desde otros ámbitos que puedan satisfacer las necesidades de las personas enfermas.