Una de las presuntas víctimas del masajista de Donostia, juzgado por agresión sexual a tres menores de 13, 14 y 15 años en 2021, contó a sus amigas que el acusado le había "tocado los pechos e introducido los dedos en la vagina" en un masaje y éstas le animaron a relatarlo a los responsables del centro y a denunciarlo.
En la segunda jornada del juicio que por estos hechos se desarrolla en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa han comparecido nueve testigos. Un décimo testigo no ha acudido a declarar y se le intentará localizar y citar para este miércoles o jueves, en caso de que no pueda, ya que tanto la defensa como una de las tres acusaciones particulares consideran que es importante su declaración, ya que fue la primera persona a la que una de las menores contó la presunta agresión sexual que había sufrido, tras lo cual, al parecer, él contactó con el presunto agresor y su hijastro y les amenazó.
La primera testigo en declarar ha sido una amiga de unas de las víctimas, que en el momento en el que ella le contó lo ocurrido tenía 12 años. "Nos contó en el patio que había un señor, el padre de un amigo suyo, que hacía unos masajes para quitar la ansiedad", ha explicado.
Hechos
Según ha señalado, lo que más le "impactó" es que dijo que el procesado "le había metido los dedos en la vagina" y que "llevaba días que no podía dormir y necesitaba contárselo a alguien". "Éramos unas niñas", ha recordado. "Le dije que había que contarlo a alguien más mayor y fuimos a donde la jefa de estudios", ha señalado.
Además, ha indicado que al principio contaron "por encima" los hechos y dijeron que les había pasado a una de ellas pero sin precisar a cual, pero después la presunta víctima "contó todo" y también que "se lo había hecho a más niñas". También ha apuntado que su amiga "lo estaba pasando mal" y que tras contarlo a la directora y a la jefa de estudios vino el padre de su amiga y también le dijeron lo sucedido.
Otra amiga de la misma presunta víctima, con la que iba a clase de informática, ha señalado que notó a ésta "más callada". "Me lo contó y le animé a denunciar", ha señalado.
Según ha relatado, cuando salieron de clase, en el patio, les trasladó a ella y otras amigas que el acusado, que era "el padre de un amigo suyo" el cual le "animaba" a acudir a la consulta de su progenitor porque "le dolía la espalda", le "había metido los dedos en la vagina" y que, además, "le escribía mucho por Instagram para decirle que le podía quitar la ansiedad".
También ha señalado que su amiga les mencionó que "el padre le decía que fuera porque no le iba a cobrar, como convenciéndole" por la citada red social. Tras mostrarle transcripciones de los mensajes que supuestamente el acusado envió a la menor, la testigo ha explicado que, al principio, su amiga no quería poner la denuncia "por miedo", pero la jefa de estudios y la directora de su colegio les explicaron que "tenían que contar todo y que tenían que llamar a los padres" y ella "al final lo contó y enseñó las conversaciones y todas las pruebas", así como que había otras chicas a las que "había hecho lo mismo".
Según esta amiga, la presunta víctima acudió al masaje con otra chica y cuando les "estuvo tocando los pechos, ella se atrevió a mirarle y tenía cara de que lo estaba gozando". Tras esto ha indicado que la presunta víctima se mostró en los meses posteriores "evadida" en el colegio y "no quería hablar mucho del tema".
No quería contarlo
Otra amiga, que también estuvo en el patio cuando una de las presuntas víctimas contó lo sucedido, ha señalado que "estaba bastante nerviosa" y que el acusado le había pedido "que no contara lo que había pasado", por lo que "le costó decir delante de las profesoras que había sido a ella" a quien habían agredido sexualmente y que después sintió "incomodidad y miedo porque otra persona pudiera tocarla de esa manera, sexualmente".
En la sesión también han declarado la directora del colegio y la jefa de estudios que estaban en una reunión "importante" con el Ayuntamiento cuando varias menores "muy nerviosas" fueron a reunirse con ellas porque tenían algo que contarles.
Según han señalado, les preguntaron "si era normal que un masajista te tocara los pechos y te metiera los dedos en la vagina" a lo que les respondieron que "no, que eso era muy grave" y les pidieron que dijeran a quién le había ocurrido y que había que contarlo a los padres y poner una denuncia en la Ertzaintza.
Una vez que conocieron quién era la presunta víctima, contactaron con su padre, que acudió al centro y allí le relataron lo ocurrido. Según han indicado, la menor les enseñó "mensajes" en los que le preguntaba al hijo del procesado, que era su amigo, "a ver si era normal" lo que le había hecho el masajista, así como conversaciones con éste por redes sociales. "Ella nos dijo que no sólo le había pasado a ella, sino también a otras chicas y a una en concreto muchas más veces", ha explicado la directora del centro.
A continuación ha declarado la madre de una de las presuntas víctimas, que ha señalado que su hija se hizo amiga de la hija del acusado y cuando supo que era masajista "al lado" de donde vivían, le preguntó si podría ser él el que había sorteado un masaje que le había tocado en un sorteo de una red social.
Sin consentimiento
Al tratarse del mismo, solicitó una cita y a los días se dió el masaje. Posteriormente, al parecer, su hija, que solía ir con su amiga a casa del procesado, apareció un día con "unas cintas en la zona baja del abdomen" que al parecer le había colocado el acusado "sin consentimiento" de sus progenitores, algo que no le pareció "adecuado".
Tras contactar con él, le trasladó que "tenía dolores de regla y que a su hija también se las ponía y le funcionaba", a lo que ella le contestó que le había tocado "sin su consentimiento" y que eso "era un delito". "Le prohibí que la volviera a ver o que tuviera ningún contacto con ella", ha añadido.
Además, ha señalado que, posteriormente, su hija "tenía miedo de verlo por la calle" y que, como consecuencia de lo ocurrido, a la joven "a la hora de tener una pareja o relaciones, le cuesta". "Mi hija me contó que esos masajes se los hizo también a otras niñas", ha añadido, por lo que llamó a otra madre y le dijo que "había que ir a denunciar".
En la sesión también han declarado el presidente del Martutene K.E., un técnico de la Real Sociedad, y la presidenta del club de baloncesto Ibaeta, que han señalado que el procesado ejerció de masajista para sus equipos, en el caso del último de forma voluntaria, con menores de entre 13 y 16 años y con adultos con una conducta "correcta".
Fiscalía y acusaciones particulares solicitan penas de más de 45 años para el masajista y más de 160.000 euros de responsabilidad civil. La vista continuará este miércoles con más testigos y peritos.