‘Síndrome postvacacional’, una oportunidad para hacer introspección
Ignacio Gómez Íñiguez, psicólogo y especializado en Psicología de Familia y Pareja, propone un nuevo enfoque para la tristeza que inunda a muchos por la vuelta al trabajo en septiembre
Fue a principios del 2010 cuando los medios comenzaron a hablar del ‘síndrome postvacacional’ para referirse a la depresión, término mal utilizado en este caso, por la vuelta al trabajo tras las vacaciones y, desde entonces, cada septiembre se escucha a algún afectado lamentándose de ello en los rincones de las oficinas. Un asunto que a pesar de que aún no cuenta con muchos estudios científicos, se calcula que lo sufren alrededor de un 30% de la población del Estado. Pero, ¿qué es exactamente este síndrome y hasta qué punto se puede considerar de gravedad?
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Ignacio Gómez Íñiguez, psicólogo colegiado del Colegio Oficial de Psicólogos (COP) y especializado en Psicología de Familia y Pareja, nos explica que “el ‘síndrome postvacacional’ hace referencia a un conjunto de síntomas que tienen un impacto significativo en la vida diaria de las personas”. Sin embargo, el término ‘depresión’ no puede utilizarse a la ligera ya que, además de ser algo más serio, incluye síntomas que duran más tiempo y que requieren un tratamiento y enfoque diferente. “Es raro tener depresión solo por las vacaciones. Este síndrome tiene más que ver con la tristeza que todos percibimos al volver a la rutina”, aclara el psicólogo. La OMS tampoco lo considera una enfermedad, ni un trastorno clínico, sino un fenómeno de adaptación en el que tiene un gran papel la personalidad de cada uno.
Tal y como cuenta Gómez Íñiguez, todo se centra en el neuroticismo que es uno de los Cinco Grandes rasgos de la personalidad según la psicología y el que se encarga específicamente de la estabilidad emocional que tiene el ser humano frente a pequeñas molestias y cambios. “A una persona que tenga un rasgo de personalidad en esta categoría puede afectarle más ya que se considera más quisquillosa y siempre siente algo de insatisfacción”, asegura. Por eso, para hacerle frente recomienda las técnicas cognitivo-conductuales que permiten al individuo identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento negativos, y propone darle una vuelta al 'síndrome postvacacional’. “No hay que agobiarse cuando llega esta época. Debe tomarse como un momento de introspección”, dice.
Hacer un balance
“En esta sociedad en la que vivimos, volcada al exterior, tenemos poco tiempo para sentir las crisis cuando las tenemos para rectificar, modificar y mejorar. El ‘síndrome postvacacional’ es un momento que tenemos todos los años para hacer balance acerca de nuestra vida, por eso es esencial el enfoque que le demos”, determina el psicólogo. Además, asegura que también tienen que ver las expectativas que nos ponemos en septiembre al considerarlo como un “segundo año nuevo”: “Septiembre es un ciclo fuerte porque pasamos de tener libertad total a entrar en el yugo y la carga pesada que uno tiene en su vida ordinaria”.
"Saltamos de una pantalla a otra buscando algo que nos satisfaga"
Un mal enfoque de la vuelta al trabajo puede suponer síntomas como cansancio, malestar, tristeza y, en casos extremos, ansiedad, patologías de miedo y fobias. Pero su gravedad tiene mucho que ver con la profundidad de los sentimientos. Así lo explica Gómez Íñiguez: “Si antes de irte de vacaciones ya tenías un trabajo que te estresaba, que no te gustaba o en el que tenías mala relación con compañeros, esos sentimientos anteriores se mezclarán con la tristeza por la vuelta y se agudizarán”. Así, los síntomas surgirán en la imaginación en el mismo momento de estar de vuelta con las maletas planteando el momento de despertarse, coger el coche y llegar al trabajo.
Para ello, el psicólogo del COP considera la idea del teletrabajo o la flexibilidad horaria como una medida secundaria y propone “aprovechar los últimos días para planificar todo y que el aterrizaje a nuestra vida ordinaria sea relajante y satisfactoria”. La idea es empezar bien las cosas tras sacar conclusiones tanto de las cosas buenas como malas que han ocurrido. “Es un momento en el que nuestro cuerpo está ajustándose de un estilo de vida a otro”. También asegura que es importante continuar con hábitos de ocio o ejercicio físico. Y lo más importante: “Nada de medicación. Esta solo es necesaria en caso de que la persona afectada contase ya con un punto débil o un peso en su vida anterior a las vacaciones”. El ‘síndrome postvacacional’ es normal y se va atenuando cuando nuestro cuerpo vuelve a ajustarse a la rutina.
La revolución del teletrabajo: la nueva normalidad laboral
Efecto en los niños
Con ello, el psicólogo deja claro que la vuelta de las vacaciones es un momento de reflexión sobre lo que está sucediendo en nuestra vida y las expectativas que tenemos. Es decir, “asuntos sobre los que solemos pensar solo cuando cumplimos los 30, 40 o 50”. Pero, entonces, ¿los niños no sienten también esa pesadez en la vuelta al cole? El experto en Psicología de Familia y Pareja habla de ellos, más bien, como una oportunidad para que los padres sintonicen con sus hijos: “En septiembre se puede comprobar cómo se sienten nuestros hijos en la vuelta y por qué. No es lo mismo que esté ilusionado por ver a sus amigos a que esté disgustado, lo que puede suponer una alerta de temas como el bullying”. Es decir, en el caso de los niños, el ‘síndrome postvacacional’ puede servir de indicativo sobre cómo va la crianza.
Lo que está claro, según el psicólogo, es que es un fenómeno moderno y las redes sociales tienen parte de culpa debido a que nos muestran cómo otros disfrutan, provocando FOMO (fear of missing out), es decir, ansiedad por perderse experiencias que otras personas están viviendo y nosotros no. Por eso, la compañía y las expectativas que nos marcamos de las vacaciones pueden perjudicarnos a la vuelta por una insatisfacción que nos lleve a pensar que otros lo han disfrutado más. “Es importante cómo vivimos la idea de viajar ya que a veces volvemos con más estrés o enfadados por problemas que hayamos tenido durante esos días”, explica. Así, Ignacio Gómez Íñiguez comparte su visión general: “Es un tema interesante puesto que nos da una visión del mundo interior de cada uno de la vida que llevamos y los cambios que surgen”.
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