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Joseba AltunaProductor y presidente de Lumagorri

"Buscamos savia nueva en LumaGorri; es un estilo de vida reconfortante"

Lumagorri dio sus primeros pasos en 1993, con un claro propósito: profesionalizar la crianza de las aves en los caseríos

"Buscamos savia nueva en LumaGorri; es un estilo de vida reconfortante"N.G.

Lumagorri nació con la convicción de que era posible recuperar el tradicional pollo de caserío tan apreciado en la gastronomía vasca. Sus pollos se caracterizan por un meticuloso proceso de crianza, en el que se desarrollan de manera libre y natural en las praderas para garantizar una carne compacta y sabrosa. Joseba Altuna, productor y presidente de Lumagorri, opina que la buena situación en el mercado de la que goza la empresa es gracias a su apuesta por la sostenibilidad y la calidad.

¿Cómo fueron los inicios de Lumagorri?

Nuestro proyecto dio sus primeros pasos en 1993, con un claro propósito: profesionalizar la crianza de las aves en los caseríos. En los inicios contábamos con cuatro o cinco productores, quienes llevaron a cabo un rápido proceso de expansión. Dese el principio dimos una importancia capital a la calidad de nuestro producto, lo que desembocó en un rápido aumento de la demanda y en la consecución de los objetivos iniciales de la empresa.

¿Qué cambios ha experimentado la empresa en los últimos años?

Hace 20 años Lumagorri estaba compuesta por alrededor de 50 productores. Hoy somos 32 repartidos en los tres territorios históricos de Euskadi. La cantidad es menor que hace dos décadas, pero se ha alcanzado una profesionalización mucho mayor.

“Hay una evidente desconexión por parte de los jóvenes, quienes no se plantean dedicarse profesionalmente al mundo rural”

¿En qué se caracteriza su producto?

Ponemos mucho énfasis en la crianza de los pollos, que tienen acceso libre a las praderas a partir de las tres semanas de vida, cuando su plumaje ya es el definitivo y consideramos que no están tan expuestos al clima o al ataque de depredadores. Desarrollarse al aire libre les genera muchísimo bienestar. Además, los alimentamos a base de cereales y maíz, lo que posteriormente repercute en su sabor, que se identifica por su intensidad. En cuanto a su textura, es firme y tersa. Estas características se deben a que nuestros pollos han corrido más, han vivido al aire libre y la crianza ha durado mínimo 81 días, 32 más que la de sus homólogos del mercado. Ponemos mucho mimo en el cuidado del ave y en la prevención de enfermedades. Esa es nuestra prioridad. Considero que los consumidores cada vez dan más importancia a lo local a la hora de hacer la compra, y eso es precisamente lo que ofrecemos: un producto de cercanía y con la calidad que garantiza el sello Eusko Label.

¿Cuáles son los objetivos de la empresa a corto plazo? 

Estamos buscando más productores, que en nuestro caso son los socios accionistas. Ya hemos cumplido 32 años, y para seguir por el buen camino y alcanzar otras tres décadas de vida necesitamos savia nueva que perciba lo bonito que es dedicarse a la crianza de aves, una labor realmente reconfortante. Desde siempre, uno de nuestros principales propósitos es que los productores vivan de su trabajo, así como contribuir al desarrollo del primer sector en Euskadi, que atraviesa una situación complicada, no solo en nuestro territorio, sino también en el conjunto del Estado. La falta de relevo generacional es, probablemente, el mayor problema al que nos enfrentamos. Hay una evidente desconexión por parte de los jóvenes, quienes no se plantean dedicarse al mundo rural. Necesitamos que las nuevas generaciones apuesten por el sector primario para desarrollarse profesionalmente. 

“Hoy en día prima la compra en los supermercados y, por norma general, el peso de las carnicerías tradicionales se ve relegado a un segundo plano”

¿Han cambiado mucho las tendencias de consumo en los últimos años? 

Sí, hace tiempo que el comportamiento del consumidor medio no es el que era. Ahora prima la compra en los supermercados y, por norma general, el peso de las carnicerías tradicionales se ve relegado a un segundo plano. Este cambio de paradigma se debe a diversos motivos, entre ellos el poco tiempo que la mayoría de la gente dedica en la cocina. Hay una oferta cada vez más amplia y los clientes muchas veces no conocen las características de los productos que introducen en sus cestas. Tenemos que acostumbrarnos a esta realidad. De todas maneras, sentimos que LumaGorri es una marca tremendamente valorada en Gipuzkoa y en Euskadi en general. Contamos con un sólido posicionamiento en el mercado.

¿Qué supone tener a EROSKI como cliente? 

Es una colaboración que considero beneficiosa para ambas partes. En nuestro caso, una firma tan grande como EROSKI visibiliza nuestra empresa en el mercado. Es uno de nuestros clientes más importantes, sin duda.