Situado en el centro de Euskadi, a menos de 1 hora de las capitales vascas, Eibar se presenta como un destino turístico de alto interés cultural e histórico. Aunque tradicionalmente ha sido reconocida por su industria y su espíritu trabajador, la ciudad esconde dos tesoros patrimoniales que invitan a un viaje al pasado: el Museo de la Industria Armera y el Centro de Interpretación de la Guerra Civil en Arrate. Ambos espacios ofrecen una inmersión única en momentos clave de la historia local y nacional, convirtiendo a Eibar en parada obligatoria para los amantes de la memoria histórica, la industria y el turismo con identidad.

El papel transformador de la industria

El Museo de la Industria Armera de Eibar se ubica en Portalea, edificio emblemático que albergó durante décadas la sede de AYA (Aguirre y Aranzabal), una de las firmas más reconocidas de escopetas finas a nivel mundial. Hoy reconvertido en centro cultural, el edificio es un símbolo perfecto de la transformación de la ciudad: de fábrica a museo, de industria a patrimonio.

Este museo no solo es un homenaje a la relevancia industrial de Eibar, sino también una ventana a la evolución técnica y social de una ciudad que durante siglos fue sinónimo de precisión mecánica y manufactura de armas de fuego.

Jon Iraola, alcalde de Eibar

Jon Iraola, alcalde de Eibar Izaro Zubeldia

El recorrido por sus salas permite conocer desde los orígenes artesanales de la armería en los siglos XV y XVI, hasta la sofisticación de la producción en serie del siglo XX. Se exponen armas históricas, maquinaria especializada, herramientas tradicionales y documentos que reflejan la influencia de esta industria en la vida cotidiana de los eibarreses. También hay espacio para la evolución de otros sectores en los que Eibar destacó, como la producción de bicicletas, motos o máquinas de coser.

El museo pone especial énfasis en el papel transformador de la industria en la identidad de la ciudad. A través de paneles explicativos, audiovisuales y piezas interactivas, el visitante puede comprender no solo el desarrollo técnico, sino también el impacto humano y cultural de esta actividad. Se recuerda también la importancia del diseño industrial, con piezas de gran valor estético y funcional que nacieron en los talleres eibarreses.

Además, el museo está especialmente orientado tanto a expertos como al público general, ofreciendo visitas guiadas, talleres y exposiciones temporales que enriquecen la oferta. Es un lugar donde tradición e innovación conviven, haciendo de la historia industrial algo accesible, fascinante y muy vivo.

Escenario de batallas y trincheras

A pocos kilómetros del núcleo urbano, en un entorno natural de gran belleza como es el santuario de Arrate, se encuentra el Centro de Interpretación de la Guerra Civil. Esta iniciativa cultural permite conocer en profundidad uno de los episodios más trágicos y determinantes del siglo XX español desde la perspectiva local, pero con resonancia nacional.

Durante los primeros meses de la Guerra Civil, Eibar fue un punto estratégico en el frente norte. Las colinas de Arrate y sus inmediaciones fueron escenario de intensos combates y trincheras, lo que dejó una huella imborrable en la memoria de la comarca. El centro, inaugurado recientemente, combina el rigor histórico con una presentación didáctica y emotiva.

En su interior, el visitante encuentra una cuidada exposición con mapas, fotografías, testimonios orales y objetos recuperados del campo de batalla. Se muestran uniformes, armamento ligero, restos de estructuras defensivas y documentos originales que ayudan a entender no solo la dimensión bélica, sino también la vida cotidiana durante el conflicto.

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Uno de los elementos más destacados del centro es su apuesta por los testimonios: los protagonistas son los vecinos y vecinas de Eibar, cuyas voces, a través de grabaciones y escritos, nos interpelan desde el presente. También se abordan cuestiones como la represión posterior, el exilio y la reconstrucción social.

A través de recorridos guiados por los montes de Arrate, los visitantes pueden recorrer antiguas trincheras y posiciones defensivas, con explicaciones históricas y paisajísticas. Esta experiencia al aire libre combina naturaleza e historia, haciendo de la visita un acto de recuerdo, respeto y reflexión.