La nueva puerta del santuario de San Miguel de Aralar, que sustituirá a otra que desconocidos dieron fuego el pasado 26 de octubre tras pintar una estrella de David, escribir Jude y rociarla de gasolina, coge forma en Pasaia junto a la réplica la Nao San Juan, un ballenero del siglo XVI que Albaola Itsas Kultur Faktoria está construyendo con técnicas de entonces. “Cuando me enteré de la noticia me indigné. Tenemos un arraigo cultural y emocional muy fuerte hacia el santuario. Más allá de su significado religioso, es uno de los lugares sagrados de la cultura vasca”, señala Xabier Agote, presidente y fundador de esta factoría marítima.

“Es más fácil destruir que construir. En Albaola somos constructores”, remarca, al tiempo que recuerda que dos días antes estuvo hablando de San Miguel con un técnico de Tekniker, fundación privada sin ánimo de lucro especializada en tecnologías de fabricación avanzada. “Tienen un departamento de metrología que nos ha propuesto escanear el San Juan antes de botarlo. Me mostró el magnífico trabajo que hicieron escaneando el retablo de esmaltes de San Miguel y me comentó que habían desarrollado una muy buena relación con los curas y la cofradía”.

Así, a través de dicho técnico, consiguió el teléfono del capellán de San Miguel, Alfonso Garciandía y le llamó. “Después me di cuenta que teníamos algo de madera de los robles de Sakana que nos ha sobrado. Pensé que el destino quiere que vuelva esta madera a Sakana, a San Miguel, de dónde se ve casi todo el valle”, apunta.

La puerta

Agote no se aventura a datar la puerta, de unos dos metros y medio de altura realizada en roble. “Está claro que es muy antigua pero no tenemos datos para contrastar. Si fuese un barco, que evoluciona a lo largo de los siglos, tendría unas características pero una puerta no”, observa. También cuenta que no se puede aprovechar ningún elemento porque está todo seccionado, según pudieron comprobar los técnicos de Albaola tras desmontar la puerta y llevarla a Pasaia el pasado 5 de mayo.

Con la experiencia de la construcción del San Juan, se está realizando de forma artesanal. También se han forjado en Albaola todos los clavos, 120 en total, y otros elementos de hierro de la puerta. La elaboración se puede seguir en el astillero-museo de Pasaia.

En San Miguel acogieron con entusiasmo el ofrecimiento. Además, querían ponerlo en valor y documentar todo el proceso en un vídeo. “Les propuse rematar la acción portando la puerta en procesión en un carro de bueyes como en su día hicimos con el alquitrán procedente de Quintanar de la Sierra. Fue todo un éxito”, observa Agote.

Mar y montaña

El carro con la puerta saldrá de Pasaia el 8 de junio para realizar un viaje en siete etapas que atravesarán distintas localidades de Gipuzkoa como Hernani, Tolosa, Beasain, Lazkao y Ataun, desde donde entrará en Navarra por Etxarri Aranatz el viernes 13. De allí irá hasta Uharte Arakil y el domingo 15 se subirá hasta el santuario, a 1.237 metros de altitud. De la organización se encarga el santuario, que ha querido que coincidea con la inauguración de la ermita de la Trinidad tras las obras realizada, un día grande para el santuario.

Se enmarca en el proyecto Mundu berri baterako ateak, puertas para un nuevo mundo, una iniciativa que busca transformar la agresión sufrida en un gesto de reparación y agradecimiento. Y es que reivindica valores esenciales como la tolerancia, el respeto y el espíritu de auzolan, es decir, la colaboración desinteresada en favor de un bien común. Así, la cultura y el trabajo colectivo se convierten en puertas abiertas hacia un futuro compartido que trasciende fronteras.

Construcción en red

Para llevar adelante el proyecto, a partir de la iniciativa impulsada por Albaola y desde un compromiso colectivo con la preservación del patrimonio, se ha articulado una red de entidades en la que cada una, desde su ámbito específico, conocimiento, experiencia y una firme vocación de servicio, enriquecen el proyecto con una mirada plural y colaborativa. Además de la factoría marítima de Pasaia participa la empresa Virtualan, especializada en patrimonio digital, que desarrollará material divulgativo y Clau Creative Servicios, que se encargará de documentar todo el proceso. Completa esta red colaborativa la Cofradía de Pescadores Elkano de Getaria.

Al respecto, Agote destaca la vinculación de San Miguel con el mar. ”Las mareas vivas de septiembre en la costa se llaman mareas de San Miguel. Es una advocación que está presente en diferentes escudos de pueblos de Gipuzkoa, que aparece en barcos. San Miguel arcángel tiene un sentido protector, retener al dragón, al igual que en Aralar. En la Edad Media la visión de la mar era que estaba llena de monstruos”, observa.

Lo cierto es que la tradición cristiana sitúa sus apariciones en lugares elevados, a menudo en la costa, como es el caso de Mont Saint-Michel, en Normandía, el Monte Sant’Angelo, junto al Adriático o St. Michael’s Mount, en el Reino Unido, todos ellos importantes centros de peregrinación marítima durante el Medievo.