La Fiscalía de Gipuzkoa pide penas que suman 31 años y nueve meses de cárcel para un hombre al que acusa de maltratar y agredir sexualmente en distintas ocasiones a su compañera sentimental y madre de su hija, así como de amenazarla, insultarla y coaccionarla.
Los hechos se produjeron entre 2017 y 2021, período en el que nació la hija de la pareja y ambos convivieron en un domicilio de una localidad guipuzcoana, aunque tras un tiempo de ruptura los dos retomaron la convivencia en 2024.
La Fiscalía aclara que a lo largo de todo este período el varón "mantuvo una actitud de dominación y control" sobre la chica "con ánimo de imponer su dominio masculino".
Un contexto en el que seguía tanto a la mujer como a sus amistades y se presentaba en su lugar de trabajo "para pedirle dinero" o acusarla de que tenía una relación sentimental con alguno de sus compañeros.
Amenazas
En esta línea, pedía a la chica que le hiciera videollamadas cuando salía por la noche, además de revisarle el móvil y sacar fotos de sus conversaciones, al tiempo que le decía que "estaba destinada a estar con él, que era suya y que si no lo era no era de nadie", además de amenazarle con matarla, precisa la Fiscalía.
Entre otros episodios de malos tratos, el texto del Ministerio Público relata una agresión sexual sucedida en mayo de 2019 después de que la víctima se negara a tener relaciones con el procesado, una segunda violación ocurrida en marzo de 2021 y una última que tuvo lugar el 8 de septiembre de 2024.
Control
La Fiscalía también describe otras situaciones como el control de las redes sociales de la perjudicada, de las que ella decidió prescindir después de que el encausado le recriminara que subiera fotos y de que el varón se dirigiera a aquellos que escribían comentarios diciéndoles que no lo hicieran porque la víctima "era su mujer y de su posesión".
El Ministerio Público cita también otro caso concreto ocurrido el 31 de diciembre de 2023, en el que el acusado llegó a mandar unos cien mensajes a la damnificada con el pretexto de ver a la hija que tenían en común y diciéndole que "era una vergüenza que le dejase cenar solo" en Nochevieja". Se da la circunstancia que este varón ya ha sido condenado en otro procedimiento judicial paralelo seguido en su contra por quebrantar la orden de alejamiento que en su momento se dictó en favor de la víctima.