Con el objetivo de analizar la situación y ofrecer soluciones viables, NOTICIAS DE GIPUZKOA organizó la jornada Construcción Accesible, un encuentro en el que participaron expertos del sector y en el que se abordaron cuestiones clave como la financiación de obras de accesibilidad, las barreras arquitectónicas, las normativas vigentes y la importancia de la concienciación social.
La jornada contó con el apoyo de Caja Laboral y Onhaus Global System, así como con la colaboración del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN), el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa (COAATG), el Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Gipuzkoa y Álava (CAFGUIAL) y SEOM Rehabilitadores.
Rehabilitación centrada en las personas
Si bien la primera mesa redonda de la jornada se centró en los aspectos técnicos y la financiación, en esta segunda parte el foco estuvo en las personas. Porque la construcción no trata solo de medidas, aislamientos o envolventes térmicas; trata de mejorar la vida de quienes habitan los edificios. Y es que, la rehabilitación es un derecho que garantiza viviendas más saludables, confortables y accesibles.
Para abordar esta cuestión, la mesa redonda reunió a Koldo Monreal, CEO de Onhaus Global System; Nagore Azuabarrena, presidenta del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Gipuzkoa (COAATG); y José David Ros, gerente de SEOM Rehabilitadores.
Los ponentes coincidieron en tres puntos esenciales: la importancia de una planificación previa, la profesionalización del sector como garantía de calidad y la necesidad de un cambio de mentalidad
Un buen estudio previo
La accesibilidad es un derecho fundamental, pero ¿se prioriza realmente a las personas en los proyectos de rehabilitación? Nagore Azuabarrena fue la primera en tomar la palabra: “Es imprescindible hacer un buen estudio previo de las necesidades para obtener el máximo potencial. No se trata solo de mejorar la accesibilidad, sino de buscar la mejor solución económica y funcional”.
José David Ros subrayó la importancia de entender a los vecinos antes de acometer cualquier obra: “Cuando llegamos a una comunidad, lo primero que les preguntamos es qué les duele, qué les preocupa y cómo podemos mejorar su vida. Nada es más importante que poder entrar y salir de tu casa sin dificultades. Sin embargo, las obras de rehabilitación pueden generar molestias, como la imposibilidad de utilizar la escalera durante un tiempo. Por eso es crucial una buena planificación y una comunicación fluida con los vecinos”.
En este sentido, Koldo Monreal insistió en la necesidad de contar con un “director de orquesta” en cada proyecto. “El arquitecto es esa figura esencial que no trabaja solo, sino que se rodea de especialistas. Me sorprende que aún se hagan rehabilitaciones sin esta coordinación. Un buen arquitecto no solo controla lo que se está haciendo, sino que también prevé lo que vendrá después. En Europa ya se aplica la rehabilitación paso a paso, que permite planificar mejoras futuras desde el inicio”.
“Cuando termine la guerra en Ucrania, habrá una gran demanda para reconstruir ciudades enteras. Nos enfrentaremos a un problema serio”
¿Cómo saber si nos han hecho una mala rehabilitación?
Monreal lanzó una pregunta clave: “¿Somos capaces como usuarios de detectar si nos han hecho una mala rehabilitación? Problemas de humedades, aislamiento deficiente o ruidos son algunas de las consecuencias de un mal trabajo”.
Ros corroboró esta preocupación con una experiencia concreta: “Nos hemos encontrado con casos en los que hemos tenido que hacer la rehabilitación de la rehabilitación. Lo barato sale caro. Si un trabajo no está bien hecho desde el principio, los problemas aparecerán en pocos años”.
Los invitados incidieron en que la industrialización en la construcción es una de las soluciones para garantizar calidad y eficiencia. “No solo permite ahorrar tiempo y costes, sino que también facilita la precisión. En obras complejas, como la sustitución de escaleras, la industrialización permite montar la nueva estructura en muy poco tiempo, minimizando las molestias para los vecinos”, explicó Ros.
Monreal añadió que la industrialización no implica estandarización, sino control de calidad: “No significa que todas las soluciones sean iguales, sino que cada elemento ha sido fabricado con precisión y sometido a controles rigurosos”.
“Las obras de rehabilitación pueden generar molestias, como la imposibilidad de utilizar la escalera durante un tiempo. Por eso es crucial una buena planificación y una comunicación fluida con los vecinos”
Más concienciación
Una de las grandes barreras en las rehabilitaciones accesibles es la falta de concienciación de algunos propietarios. “Muchas veces, estas obras no son bien vistas por quienes no las necesitan. Y si las mejoras benefician a otros vecinos y no a nosotros, la oposición es aún mayor”, lamentó Azuabarrena.
A esto se suma el factor económico. “Vemos comunidades que optan por la oferta más barata sin considerar las consecuencias. Es una mala decisión. Si se da una garantía de 10 años, necesitamos asegurarnos de que la empresa existirá dentro de una década. Además, el coste financiero actual es igual o inferior a la inflación. Hacer una obra dentro de cinco años será mucho más caro que hacerla ahora”, advirtió Ros.
Monreal reforzó la necesidad de un cambio cultural: “Cuando eres propietario de un inmueble, no solo eres dueño de tu vivienda, sino también de una parte de los espacios comunitarios. Tienes derechos, pero también obligaciones. Hay que dejar de ser tan egoístas y empezar a pensar en el bien común”.
“En una rehabilitación no sobra nadie: arquitectos, administradores, gremios… Todos son necesarios para lograr un proyecto exitoso”
Como una intervención quirúrgica
Uno de los errores más comunes en las obras es la falta de planificación inicial. “La gente cree que las reformas siempre acaban costando más de lo previsto porque surgen imprevistos, pero eso no tiene por qué ser así. Si hacemos un buen estudio previo, evitaremos sustos y disgustos”, explicó Azuabarrena.
Monreal comparó la rehabilitación con una intervención quirúrgica: “Hasta que no abres, no sabes exactamente qué vas a encontrar. Por eso necesitas especialistas para cada fase del proceso. Controlar la obra es fundamental. No podemos limitarnos a decir ‘está mejor que antes’, hay que medir y evaluar lo logrado”.
Ros apoyó esta idea: “Un buen arquitecto o aparejador es como un cirujano con experiencia. Para acometer obras complejas como es el caso de las rehabilitaciones de edificios históricos, es necesario tener experiencia previa. Además, la formación continua es esencial para la profesionalización del sector”.
Industrialización y digitalización
Por otra parte, comentaron que uno de los retos del sector es la escasez de mano de obra. “Cuando termine la guerra en Ucrania, habrá una gran demanda para reconstruir ciudades enteras. Nos enfrentaremos a un problema serio”, alertó Ros.
En este contexto, la industrialización y la digitalización se presentan como soluciones clave. “Hoy en día, podemos escanear un edificio y obtener una imagen exacta para cortar los materiales a medida. Esto reduce los tiempos y mejora la precisión”, explicó Ros.
Monreal insistió en que estas tecnologías ya existen, pero deben utilizarse más: “La tecnología está, el conocimiento también y las empresas están preparadas. Ahora solo falta la voluntad para aplicarlo”.
“Es imprescindible hacer un buen estudio previo de las necesidades para obtener el máximo potencial”
Un derecho y una oportunidad
La moderadora del debate, Isabel de Lope, periodista y directora comercial de NOTICIAS DE GIPUZKOA, cerró la mesa redonda con una idea clara: la rehabilitación es un derecho y una oportunidad para construir espacios más saludables, confortables y accesibles.
En ese sentido, los ponentes coincidieron en tres puntos esenciales:
Planificación previa: un buen estudio inicial evita problemas y permite tomar mejores decisiones. Profesionalización: contar con especialistas y una dirección de obra rigurosa garantiza calidad y eficiencia. Cambio de mentalidad: la accesibilidad no es un gasto, sino una inversión en bienestar y calidad de vida.
Como resumió Monreal: “En una rehabilitación no sobra nadie: arquitectos, administradores, gremios… Todos son necesarios para lograr un proyecto exitoso. Una rehabilitación bien hecha mejora de forma brutal el confort y la salud del usuario”.
“En obras complejas, como la sustitución de escaleras, la industrialización permite montar la nueva estructura en muy poco tiempo, minimizando las molestias para los vecinos”
Y Ros concluyó con una reflexión: “No se trata solo de precio, sino de entender qué queremos y qué necesitamos para la vivienda de hoy y del futuro”.