De Zumarraga, al top 13 del FIR farmacéutico: "No me veía toda la vida en una farmacia”
Libe Murua se asegura una de las contadas plazas de interno residente en un hospital de Osakidetza tras brillar entre los 1.482 aspirantes a 352 plazas en España
Poder elegir hospital y especialidad para ejercer de interno residente es un privilegio al alcance de muy pocos. Y Libe Murua Etxarri se ha ganado a pulso el derecho a elegir, después de haber brillado en el FIR, el equivalente al MIR de medicina, pero en el ámbito farmacéutico, dentro de la Formación Profesional Especializada. Esta joven guipuzcoana de 27 años recién cumplidos ha obtenido la 13ª mejor calificación entre los 1.482 aspirantes presentados en todo el Estado español. “Un orgullo” para una joven modesta y discreta, que asegura sentir “curiosidad” por las cosas, y “ganas de seguir aprendiendo”. Pero ya cerca de casa y pensando también en su vida familiar y de pareja.
Libe se ha ganado el derecho a seguir formándose de forma especializada en la profesión que eligió. O en una de ellas al menos, porque esta joven guipuzcoana es farmacéutica y nutricionista al mismo tiempo; ha trabajado en farmacias, con experiencias mejores y peores, y asegura que le gusta el trabajo “de calle”, pero “igual no me veía toda la vida” en esa labor.
Los hospitales públicos de Osakidetza en Donostia y Gasteiz tienen todos los boletos para acoger a esta joven, que trabajará como interna residente de un adjunto y se empapará durante cuatro años del trabajo que quiere hacer en su vida. Decidirá su lugar de destino después de asistir a las jornadas de puertas abiertas. Pero ya sabe que estará cerca de su casa, su familia y su pareja. Los hospitales de Donostia (Hospital Universitario de Donostia) y Gasteiz son sus favoritos a priori.
Los hospitales del Estado español han ofertado para 2025 un total de 352 plazas de interno residente de Farmacia; más que nunca, pero aún así escasas para los 1.482 aspirantes; algunos de ellos llevan años repitiendo en su empeño. De todas esas plazas, sólo 16 son para hospitales de Osakidetza. Y únicamente diez de ellas corresponden a la especialidad que le gusta a Libe: farmacia hospitalaria. Son plazas que se reparten por orden de preferencia, entre las mejores notas. Y Libe parte desde la pole en nuestro territorio.
Tomamos un café con ella en el barrio en el que reside, cerca de la última farmacia en la que trabajó, en la calle Izazpi, mientras estudiaba para FIR (Farmacéutico Interno Residente); hasta que las nueve horas diarias que le exigía su empeño, le hizo apostar de verdad y sumergirse de lleno en el temario.
Estudiante brillante
Desde la segunda mitad de septiembre de 2024 hasta el 25 de enero de 2025, la fecha del examen, Libe ha vivido por y para el estudio. Ha recuperado las sensaciones de aquella estudiante brillante que en su día también pudo estudiar lo que quiso en la Universidad, porque contaba con una nota media de 13,4 sobre 14. El equivalente a 9,57 sobre 10.
Entonces eligió Barcelona, cuando pudo ir a estudiar Farmacia a Gasteiz. Pero un doble grado de Farmacia y Nutrición que ofrecía la Universitat pública de Barcelona (UB), de seis años de duración, la sedujo entonces; una “experiencia” de vida que hoy da cuerpo a su mochila.
Luego realizó las prácticas de grado como nutricionista en el Hospital Clínic de Barcelona y más tarde regresó a Gipuzkoa para aparcar años de estudios y “empezar a ganar dinero” trabajando. Ahora, los estudios la han llamado de nuevo, a sus 27 años, para seguir formándose, esta vez ya de forma absolutamente especializada. Privilegiada, se podría decir, como interna residente de un hospital de Osakidetza. Y un horizonte a cuatro años vista en el que intentará acceder a las bolsas de trabajo del servicio público vasco de salud.
Sanitaria de vocación familiar
¿Por qué un hospital? A Libe siempre le han gustado las Ciencias: química, matemáticas, etcétera; asegura que tenía “más o menos claro que quería estudiar algo del ámbito sanitario. Viene marcada de casa, donde su madre es enfermera y su hermana médico. Pero reconoce que hasta hace poco, no pensó especialmente en trabajar en un hospital.
Los meses de estudio a nueve horas diarias le han valido el éxito. Por delante de Libe sólo 12 personas en todo el Estado español tendrán preferencia para elegir alguna de las 352 plazas de diferentes especialidades ofertadas. Luego llegará su turno. Y detrás, el de otras 339 personas que han conseguido copar las listas.
Va sin ideas preconcebidas. Con ganas de aprender cosas nuevas y “estar actualizada sobre nuevos tratamientos”. Pero asegura que “no esperaba sacar plaza a la primera, porque se presenta mucha gente y varios lo han hecho ya más de una vez”. Y afirma que acabar en el puesto trece “no me lo creía, porque es una pasada”.
"No esperaba sacar la plaza a la primer, y menos en esa posición; no me lo creía"
“Al final es un orgullo también, porque tanto esfuerzo ha merecido la pena. Cuando empiezas la preparación del FIR nadie te asegura nada, y al empezar a estudiar puedes tener la sensación de no saber si te va a servir para algo. Es un proceso duro, y ahora que lo pienso, me digo: no sé ni cómo he sido capaz”.
Oportunidad irrechazable
Una de las posibilidades, dentro del éxito, habría sido ubicarse en una posición intermedia entre los elegidos: un 250 de 352, por ejemplo, con una elevada probabilidad de haber tenido que elegir una plaza más lejana o de una especialidad menos solicitada: “Menos mal que no tengo esa preocupación. Yo creo que lo pasaría mal, porque vivo aquí con mi pareja, cerca de mi familia, pero si se hubiera presentando esa oportunidad, yo creo que la tendría que coger. Pero ha salido perfecto”.
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