Campeón de Europa de trial en bici en 2018, Ion Areitio (Hondarribia, 1992), compagina su trabajo en el Golf de Hondarribia con su labor en la ganadería Mugarrieta y su faceta en las redes sociales, en especial en la cuenta de Instagram Mugarrietaganadutegia, donde tiene más de 26.000 seguidores. El hondarribiarra tomó el relevo en el negocio ganadero de su familia, Mugarrieta Ganadutegia, y, además, desde hace tres años muestra su lado influencer y acerca su sector al mundo digital con vídeos y fotos que publica en Instagram. Mañana jueves interviene en el Congreso Gure Lurra en el Kursaal.
Ganadero e 'influencer'. No es nada habitual.
Yo no me considero influencer sino ganadero. El objetivo de todo lo que hago es poder enseñar a la gente lo que es el trabajo de campo, y el sacrificio que tiene vivir con animales. Quiero que la gente sepa qué trabajo hay detrás del trozo de carne que se lleva a la boca.
¿Es fácil compaginar ambas facetas? Supongo que el ganado le exigirá más tiempo.
Como decía yo no me considero influencer, pero es verdad que en el último año Instagram me ha exigido más tiempo de lo esperado y es algo a lo que tengo que dar de comer también. De momento no está siendo difícil, pero me decanto por la ganadería antes que por las redes.
Vayamos al origen. Empezó en la ganadería Mugarrieta hace varios años para compaginarlo con los viajes que hacía por el trial, verdad.
Llevo toda la vida en la ganadería, ya que nací en el caserío. Siempre he seguido el trabajo que se hace de cerca, pero desde los 15 años, cuando mi abuelo decidió dejar el tema y mi madre cogió el testigo, he estado al pie del cañón. En los últimos siete u ocho años he estado prácticamente centrado en esto, a pesar de que en mis inicios lo compaginé con el trial.
"Nuestro entorno es diferente y esa es nuestra lucha. Defender un producto local y diferente"
¿Desde que decidió dedicarse al completo hasta hoy ha cambiado mucho el sector?
Tanto la ganadería como el trial han llevado otra faceta detrás, que es la del trabajo diario fuera de esos dos mundos, que realmente es lo que me da de comer cada día. Antes podía compaginar el trabajo con el trial, y ahora lo hago con la ganadería. El cambio en ningún momento fue brusco, fue poco a poco. Fui quitando horas a una cosa para dárselas a otra y eso me ha llevado a donde estoy. Sigo trabajando en el exterior para ganarme el pan de cada día, pero puedo decir también que el trabajo en la ganadería ha cambiado. La forma de trabajar de Mugarrieta ha evolucionado y exige más horas, al igual que todo el mundo de la ganadería. El primer sector cada vez tiene menos margen y la competencia exterior es grande. La lucha diaria se hace difícil.
Los retos que tiene la ganadería son varios y de mucha complejidad.
Así es, y más hoy en día porque la globalización nos ha llevado a competir con otros mercados mundiales. Nosotros tenemos un entorno diferente a lo que nos encontramos actualmente en el supermercado, y eso nos hace diferentes. Esa es nuestra lucha, defender nuestro producto, un producto local y diferente. Tiene que tener un valor añadido, y no tenemos que competir con el volumen, que ahora mismo es la mayor lucha. Ahí está la clave.
¿Cuándo pensó que dar a conocer su trabajo en las redes sociales podría ser interesante?
Nada cambia de un día para otro. Antes utilizaba las redes para dar a conocer mi faceta trialera, y de vez en cuando lo intercalaba con stories o vídeos de mi trabajo en la ganadería. En un momento surgió, a través de los mensajes que recibía de la gente, la idea de abrir un perfil especifico de la ganadería para mostrar el trabajo que hacemos día a día. Así comencé hace más de tres años, y ahora soy más conocido de lo que era por el boom que hemos vivido en las redes durante el último año.
Gracias a sus vídeos, cualquier usuario puede conocer el mundo ganadero más a fondo.
El objetivo es enseñar a la gente el trabajo que hay detrás del producto que eligen y comen. Las diferencias en los precios muchas veces están ahí. Un trozo de carne no sale de una jornada de ocho horas de trabajo. En una ganadería se trabaja 24 horas al día durante 365 días al año, y eso conlleva una gran responsabilidad.
En Mugarrieta están utilizando mucho la tecnología.
Era un ámbito que nos gustaba y teníamos pensado implantar, y a su vez es una oportunidad que ha surgido a través de las redes sociales. Diferentes marcas tecnológicas están dispuestas a trabajar y colaborar con nosotros y estamos en ello. Últimamente se nos están abriendo muchas puertas que nos están facilitando mucho el día a día.
Aunque parezcan mundos opuestos, ¿podrían ir de la mano en un futuro, evolucionando el trabajo que hacían antes en los caseríos?
Por supuesto. Pueden ir unidos, y creo que ya van unidos. Nuestro objetivo es ser lo más autosuficientes posibles, como eran los caseríos hace un siglo. No dependían de nadie, y eran totalmente autosuficientes. De la mano de la tecnología estamos más cerca de ese objetivo, porque nos facilita el trabajo en muchos aspectos. Ahora podemos decir que con la tecnología podemos ganar tiempo, mejorar el entorno, la tierra, la alimentación de los animales y optimizar los procesos. La ganadería y la tecnología pueden ir unidos sin ningún problema.
"En una ganadería se trabaja 24 horas al día durante 365 días al año"
Volviendo a los retos. ¿Cree que el relevo generacional es una de las barreras que tiene el mundo ganadero?
No es el gran problema, ya que tenemos varios, pero sí es el que más miedo nos da. Un gran porcentaje de los ganadores de Gipuzkoa, en torno al 75%, se jubila en los próximos diez años. Es una estadística bastante heavy y está claro que tenemos que abordarla, porque tenemos un gran problema ahí. Para ello tienen que mejorar muchísimas cosas, y la primera es que nuestro producto tenga un precio justo y una salida digna. No pedimos vivir de subvenciones ni hacernos ricos, solamente poder ganarnos la vida gracias al trabajo que hacemos. Si nuestros productos tienen una salida digna, podremos vivir como cualquier otra persona que trabaja en otro sector.
¿Cree que el contenido que difunde en las redes sociales podría inspirar o impulsar a aquellos que están dudando si adentrarse en este mundo o no?
Diría que sí. Si hay alguien que tiene el gusanillo y con mi labor ayudo a darle el último empujón, me alegraría mucho. Recibo muchos mensajes de gente joven a la que le gustaría comenzar a trabajar en este sector o tomar el relevo de una ganadería familiar, pero todo va unido con lo anterior. Si nuestro producto no tiene una salida digna al mercado y estamos trabajando en balde, podremos inspirar a gente joven, pero ninguno se enganchará a esta cadena.