Txiki Eguna: la cita en la que Elgoibar se tiñe de rojo sin parar de brincar
Los elgoibartarras se zambullen hoy en el día más especial de sus fiestas de San Bartolomé, al compás de Mauxitxa
Camisetas blancas (sobre todo, a primeras horas) y pañuelo rojo al cuello será el atuendo con el que hoy se echarán a la calle elgoibartarras de todas las edades, dispuestos a exprimir a tope la jornada más esperada, a la vez que única, de lasfiestas patronales de San Bartolomé: el Txiki Eguna. Un día que no da tregua al descanso; alegre y colorido por los cuatro costados, donde las cuadrillas bailan al son de la txaranga Mauxitxa; la capitana, sin duda, de esta celebración bañada en vino tinto.
Trombón en ristre, Beñat Konde volverá a vivir hoy la fiesta desde sus entrañas. Es uno de los músicos de Mauxitxa, formación en la que se enroló hace 21 años. No titubea al afirmar que se trata de una cita “muy especial”. “Yo diría que es el día más importante del año, en el que se reúnen jóvenes y no tan jóvenes; incluso la gente que vive fuera viene a Elgoibar a encontrarse con sus amigas y amigos”, añade sonriente. A pesar de su veteranía Konde no oculta que cada año es como si fuera un estreno.
En la batalla del Txiki Eguna las cuadrillas terminan bañadas en vino, pero en los inicios de este ritual se arrojaban uvas
El Txiki Eguna es una fecha marcada en rojo en el calendario. Toca madrugar. La diana a cargo de Mauxitxa y de los dulzaineros suena a las 7.30 horas y, a continuación, coge el testigo la sokamuturra. Tras los quiebros, cabriolas y recortes de los más osados delante de las vaquillas, es el momento de coger fuerzas y preparar el estómago con un reconfortante hamaiketako a base de caldo y chorizo. Y ya no hay marcha atrás: las cuadrillas ponen el pie en el acelerador e inician su procesión por los bares.
Con el txikiteo en plena ebullición, aprovechando el jolgorio propio de los festejos una amistosa y divertida batalla, que empezó a utilizar uvas como munición –en la década de los 60 del siglo pasado había costumbre de comer esta fruta tras la sokamuturra–, se coló en el programa festivo. La idea cuajó y con el tiempo no solo se ha convertido en un tradición, sino que el vino tinto pasó a ser el arma arrojadiza de este ritual del que solo unos pocos logran salvarse de no remojarse en este caldo.
Seña de identidad
El Txiki Eguna es una seña de identidad de las San Bartolome jaiak. “Es una fiesta elgoibartarra, muy del pueblo”, asegura con rotundidad Konde, que afronta con mucha emoción la trepidante jornada.
Con las camisetas blancas tintadas en moradas y el olor a vino inundando cada rincón, las cuadrillas se reunirán en la calle Errosario para enfilar en kalejira hacia Kalegoen plaza, el centro neurálgico de las celebraciones. “Son cuatro-cinco horas sin parar, cantando, saltando y bailando”, destaca este experimentado músico de Mauxitxa, una incombustible txaranga con más de medio siglo de recorrido a sus espaldas. En su larga historia hay una fecha que no puede pasarse por alto: la de aquel lejano martes 25 de agosto de 1970 que dio inicio al idilio entre este popular grupo y el día del Txiki, que ha ido creciendo de año en año hasta transformarse en la cita de referencia de las fiestas de San Bartolomé para muchos y muchas elgoibartarras.
Un día intenso
El repertorio de piezas ha engordado. Los ritmos que caracterizan a este tipo de formaciones han ido sumando otros estilos y canciones más actuales, empapadas también de pop y rock. “Yo disfruto un montón”, recalca Beñat, a la vez que confiesa que lleva ya unas semanas “deseando” que llegue el gran día. Lo vive intensamente.
Con 13 años este elgoibartarra comenzó su aventura musical en la banda y con 16 dio el salto a la txaranga, el alma de cualquier acontecimiento festivo que, según señala, es “una gran motivación para las y los alumnos de música”. Tocar en la calle, entre amigos, acumulando experiencias positivas, tejiendo recuerdos y llenando la mochila de anécdotas. “Siempre digo que he tenido mucha suerte, estudiando música, viviendo la fiesta desde dentro y, por supuesto, siendo miembro de la txaranga”, insiste Konde, que hoy estará de nuevo al pie del cañón. Dándolo todo como el resto de sus compañeras y compañeros.
En Kalegoen plaza la locura festiva se prolongará hasta las 17.00, y a partir de ese instante, a muchas cuadrillas les llegará la hora de comer. Casi coincidiendo con la merienda, pero es que el Txiki Eguna no hay horarios que valgan, solo hay que cumplir una regla: las ganas de disfrutar. Y de estas las y los elgoibartarras van sobrados.
Otras citas en el programa
Los clásicos ingredientes de la jornada se aderezan hoy con otras propuestas, entre ellas el espectáculo Kiliklon Txorontxaranga, dirigido al público infantil; los partidos de pelota; la fanfarria zaragozana Artistas del Gremio con su genuino estilo de interacción con el público, y la puesta en escena de música en directo, pirotecnia y efectos especiales Su danborrak de la compañía Deabru Beltzak.
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