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Nueve de cada diez vascos cree que debería comprar menos ropa

Un 60% de los encuestados asegura que presta atención al origen de los productos que adquiere, y el 69% manifiesta que prefiere comprar en tiendas locales

Nueve de cada diez vascos cree que debería comprar menos ropaPexels

Queremos, pero nos cuesta. Y aunque la slow-fashion que engloba la moda sostenible y la compra de ropa de calidad y duradera está en nuestro ideario, la realidad es que ello no siempre se traduce en conductas de compra y muchos nos dejamos seducir por la oferta o el impulso, especialmente entre los jóvenes y mujeres, donde la moda rápida, de tendencia y precios reducidos tiene mayor peso. 

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio encargado por Kontsumobide y que divide a los compradores vascos en cuatro grupos: una mayoría de 35,4% de compradores condicionados por el precio; un 26,2% que compra de forma práctica, cuando lo necesita; un 23,2% que consume de forma impulsiva y rápida; y un 15% de compradores comprometidos con la sostenibilidad.

La encuesta la ha llevado a cabo la firma Ikerfel y ha dado pie a la elaboración del documento Las nuevas formas de consumo en el sector moda, un estudio cuantitativo sobre los hábitos y actitudes de los consumidores de moda en Euskadi. Los datos se obtuvieron mediante 825 entrevistas telefónicas a personas de 18 a 75 años en los tres territorios históricos de la CAV entre diciembre de 2023 y enero de 2024.

El 94% de las personas entrevistadas consideran que les gustaría comprar más moda sostenible, pero sólo el 80% admite que lo hace. Eso sí, la predisposición a pagar más por una prenda sostenible es alta y se observa que un pequeño cambio en el precio puede provocar grandes cambios en la demanda del producto.

La preocupación medioambiental es uno de los elementos más destacados que han manifestado las personas encuestadas. Un 91% muestra esa inquietud cuando se le pregunta, aunque ello “no siempre se traduce en hábitos de compra sostenibles”. Dos factores pesan sobre ello: en primer lugar, que “cambiar hábitos es difícil”; y en segundo, que “el precio es un freno importante para una compra más sostenible”.

El 69% prefiere tiendas locales

Además, un 60% asegura que presta atención al origen de los productos que compra; un 35% asegura que suele comprar ropa de vestir ecológica y el 69% manifiesta que prefiere comprar en tiendas locales. 

Entre las conclusiones del estudio destaca la preferencia por la durabilidad de la ropa. Parece que hay una “clara inclinación hacia la compra de prendas duraderas y la maximización de su vida útil”, mediante su depósito en contenedores para su reutilización en la gran mayoría de los casos y la transmisión a familiares y amigos en un muchas ocasiones también.

A pesar de esa tendencia significativa a apoyar el comercio local y considerar el origen de los productos manifestada por la mayoría, gran parte de los consumidores sigue optando por la moda rápida debido a su accesibilidad y economía.

El estudio ofrece muchos otros datos de interés. Por ejemplo, que el 64% de las personas consumidoras tiende a desconfiar de los descuentos, y cree que normalmente no son lo que parecen. O que son muy pocos los que compran cuando están tristes o deprimidos, aunque los hay: un 6% de forma más o menos recurrente y otro 7%-8% de vez en cuando. 

Tampoco nos dejamos guiar en demasía por influencers. Reconoce que sí lo hace en un alto grado un 8% de las personas consultadas y otro 6% reconoce también cierta influencia, frente a 86% inmune a las sugerencias de los líderes de las redes sociales.

Felices con ropa nueva

A un 40% le hace feliz comprar ropa nueva. O al menos está totalmente o bastante de acuerdo con esta afirmación que otro 26% también suscribe, aunque curiosamente el 86% cree que deberíamos de comprar menos, sin excusas; y otro 9% también suscribe en menor medida esta última creencia.

Según el estudio, “las personas más emocionales” compran lo que refleja su forma de ser, están preocupados por su físico, y la ropa les hace sentir bien en muchos casos. Ocho de cada diez (78%) consideran que la vestimenta refleja su forma de ser y otro 14% añadido suscribe esta afirmación con al menos 5 puntos sobre un máximo de 10.

Por otro lado, casi todos recurrimos en alguna ocasión a comprar en tiendas especializadas y grandes cadenas de moda. Sirva como ejemplo que el 74% de las personas encuestadas asegura haber comprado en el último año ropa en cadenas como Zara, Primark, H&M, Cortefiel, C&A, Springfield, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius, etcétera.

Se supone que lo que más valoramos en términos generales es la calidad de los tejidos o materiales y que esté hecho para durar varias temporadas, por delante del precio, aunque cuando hay que priorizar, el precio escala hasta la primera posición.

Las diferencias entre tipo de comprador son claras: el precio influye más a las personas fast-fashion. Y es la característica más señalada por el colectivo femenino y las personas jóvenes (de 18 a 24 años).

Segunda mano y alquiler

Por otra parte, la adquisición de moda en establecimientos de segunda mano es todavía una forma minoritaria de compra. Mientras que un 16% ha ido a tiendas de segunda mano y un 15% en plataformas de segunda tipo Vinted, Wallapop o similares.

En este caso, se observa una clara vinculación de los y las jóvenes con las plataformas de venta de segunda mano, siendo el colectivo que más usa las páginas web para revender ropa o calzado. Además, son el grupo que destaca por ofrecérsela a amigos o conocidos.

El alquiler de ropa también es una práctica con una “predisposición minoritaria”. Son las personas jóvenes las que más predisposición demuestran respecto a esta alternativa del alquiler, o la de intercambiar ropa con amigos. En todo caso, el informe señala que “las nuevas formas de consumo avanzan de forma lenta”.